La covid se resiste a irse en 2023: la situación en China preocupa al mundo y fuerza a los países a recuperar medidas del pasado

2022 ha sido el tercer año en pandemia por la covid.
2022 ha sido el tercer año en pandemia por la covid.
Henar de Pedro
2022 ha sido el tercer año en pandemia por la covid.
Ante el repunte de casos en China, España ha sido el segundo país en adoptar estas medidas, después de Italia y Francia lo hará la próxima semana.
Henar de Pedro

Comienza 2023 con el mundo pendiente de China, igual que hace tres años, cuando la pandemia saltó en un mercado de Wuhan. Arrancamos el nuevo año en una situación "muy diferente a la que teníamos hace un año", cuando nos sacudió la primera oleada de ómicron, pero los especialistas se resisten a considerar que esto ha terminado: "Sería un craso error decir que ya no estamos en pandemia". La "preocupación internacional" -en palabras de la ministra Carolina Darias- por la explosión de contagios en China y que esto derive en una nueva variante diferente, las secuelas a largo plazo que deja en aproximadamente el 15% de los casos y las aún elevadas cifras de mortalidad están en el punto de mira.

Los especialistas van a seguir muy pendientes del comportamiento de la covid y otras enfermedades respiratorias de aquí al mes de febrero, periodo en el que normalmente se concentra la circulación de los virus respiratorios. "Para tener una imagen real de cómo va a ser 2023 hay que esperar a febrero, que es cuando las principales olas de virus respiratorios ya deberían haber dado la cara. En ese momento podremos decir si parece que no vayamos a tener una temporada tremenda o si se nos ha desmadrado", explica el presidente de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), Óscar Zurriaga.

"Lo ideal para los epidemiólogos es erradicar enfermedades, pero lamentablemente, la covid está lejos", agrega tajante el presidente de la Fundació UITB (Unitat d'investigació en tuberculosis a Barcelona), Joan Caylà."Me temo que de la covid habrá que seguir hablando", agrega. La alta circulación del virus en China ha despertado las alarmas ante la posible aparición de una nueva variante diferente que pueda hacernos retroceder en la evolución epidemiológica. Igual que a finales del año pasado ómicron obligó a cambiar muchos planes navideños. "Este virus es muy difícil de controlar y no hay que darle oportunidades. Si hay transmisión en gran cantidad, la probabilidad de que surja una mutación aumenta. En este sentido, supone un gran peligro China, con 1.400 millones de habitantes. Su política covid cero era muy dura, pero muy buena porque prácticamente no tenían casos. Pero ahora se les complica". 

El gigante asiático, tras relajar las estrictas medidas de su política covid cero (ya no aísla en hospitales o centros de cuarentenas a contagiados leves o asintomáticos o contactos de casos, ya no exige PCR negativa para ir a muchos lugares públicos, retirará las cuarentenas al entrar al país y dejará de realizar pruebas a los alimentos importados, por ejemplo), está enfrentándose a su primera gran ola, con récord de contagios y fallecimientos, con un nivel de inmunidad que no es el deseado porque las vacunas empleadas no son tan eficaces como las distribuidas en Occidente y por la cobertura: el 68% aproximadamente de la población mayor de 60 años cuenta con la tercera dosis (en España, este porcentaje es del 94,1% y el 55% lleva ya cuatro pinchazos). Además, la inexistente inmunidad natural por escasez de contagios tampoco ayuda. La situación ha llevado a varios países, España entre ellos, a anunciar que exigirán un test de covid negativo a los viajeros que lleguen a sus territorios procedentes de China, una medida que ha sido cuestionada por algunos especialistas, que dudan de su efectividad a la hora de frenar la transmisión.

La transmisión en China, en cambio, no supone, de entrada, un "reto" para los países de la Unión Europea (UE) debido a que las variantes que circulan por el gigante asiático son las mismas que ya circulan en el continente, y a la alta inmunididad y los índices de vacunación europeos, según ha tranquilizado el Centro Europeo para el Control de Enfermedades (ECDC). Coincide con esta tesis el presidente de la Sociedad Española de Medicina Preventiva y Salud Pública (Sempsph), Rafael Ortiz: "Las noticias de China podrían hacernos pensar en una nueva ola, pero salvo que haya un cambio importante de variante, su efecto en Europa debería ser limitado".

Para Ortiz, "la pandemia ha finalizado en nuestro entorno" por los altos niveles de inmunidad adquiridos. "Aunque en los próximos años podemos tener picos epidémicos ante nuevas variantes, es improbable que afecte a gran parte de la población y que los ingresos hospitalarios sean limitados. Los casos de coronavirus serán endémicos, y afectarán sobre todo a las personas vulnerables por su patología de base y afectación inmunitaria, tal y como ha ocurrido siempre con la gripe y otras enfermedades víricas respiratorias. Queda por saber si tendremos nuevas variantes de interés, pero es probable que se vayan limitando en el tiempo", augura.

¿Endémico?

El virólogo de referencia en Alemania, Christian Drosten, también ha dicho en una reciente entrevista para el diario Tagesspiegel que, una vez pasado el invierno, la inmunidad de la población será tan amplia y tan resistente que el virus ya no tendrá la capacidad de provocar una nueva oleada de casos en verano, a no ser que mute de nuevo. Para él, el virus ya se puede considerar "endémico" y "la pandemia ha terminado".

El presidente de la SEE considera que Drosten "pone muchos condicionantes a sus palabras. Menciona que [se puede dar por terminada la pandemia] siempre y cuando no aparezca una nueva variante que desbarate todo. El noviembre de 2021 estábamos todos ligeramente esperanzados y apareció ómicron y nos descabaló las posibles cábalas. Con los matices que pone, se puede estar de acuerdo. Si la situación se mantiene, no aparece una nueva variante y las vacunas mantienen su eficacia, lo normal es pensar que el SARS-CoV-2 seguirá ahí como otros virus respiratorios, aunque todavía sigue causando mayor mortalidad que otras enfermedades, pero no tendrá esa gravedad vista en los años 20, 21 y principios del 22", asevera Zurriaga.

Aunque todavía sigue causando mayor mortalidad que otras enfermedades, no tendrá la gravedad de 2020, 2021 y principios del 22"

Sobre esta cuestión endémica, el catedrático en Microbiología de la Universidad Complutense de Madrid, Víctor Jiménez Cid, explica que las enfermedades endémicas se circunscriben a una región concreta, y este no es el caso del coronavirus, que sigue expandido por todo el mundo. "Será un virus respiratorio más con el que tendremos que convivir, no de forma estacional todavía, sino en función de cuándo vayan surgiendo variantes. De momento no estamos en estacionalidad, sino es una especie de 'micro-olas' que se solapan unas con otras y que causan muchos contagios pero con poco impacto en los hospitales. Esta es la tendencia que seguirá el virus".

Por su parte, el epidemiólogo Joan Caylà discrepa de pensar que la pandemia ha terminado: "La realidad es que la primera causa de mortalidad en España es la covid, por lo que sería un craso error decir que ya no estamos en pandemia porque la población pensaría que el problema ya está superado y no es así".

Datos de mortalidad

Según las cifras definitivas del Instituto Nacional de Estadística (INE) de defunciones por causa de muerte del año 2021, 39.444 personas murieron por covid-19 identificado (un 34,6% menos que en 2020) y, según los datos provisionales relativos al primer semestre de 2022, otras 20.915 murieron por coronavirus (un 28,6% menos que el mismo periodo de 2021). 

"Por desgracia, la covid fue en 2021 y ha sido en la primera mitad de 2022 la primera causa específica de muerte, según los datos provisionales del INE. Esperemos que en 2023 no podamos decir eso. En el segundo semestre de 2022 mantenemos una mortalidad estable, aunque superior a la deseada y casi inasumible", valora Zurriaga, que también es investigador de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universitat de València. 

"Que una enfermedad infecciosa sea la primera causa de muerte en España no pasaba desde la primera mitad del s.XX, con la tuberculosis o la pandemia de gripe"

La mortalidad que sigue ocasionando el coronavirus, unas veinte defunciones diarias según los informes del Ministerio de Sanidad, es lo que más preocupa a Caylà. "Que una enfermedad infecciosa sea la primera causa de muerte en España no pasaba desde la primera mitad del s.XX con la tuberculosis o con la pandemia de gripe de 1918", advierte en conversación con 20minutos.

"Que estemos mejor que hace un año no quiere decir que estemos como quisiéramos estar". La ansiada normalidad, considera Zurriaga, "no se ha recuperado todavía", por lo que reclama "más esfuerzos" para aumentar la cobertura de vacunación con dosis de refuerzo. "Gracias a la vacunación hay mucha gente que se ha olvidado de que la enfermedad sigue estando ahí, pero creo que hay que recordar que sigue habiendo fallecimientos todos los días", lamenta.

Carta dosis y duración de la inmunidad

El ministerio de Sanidad ha ampliado recientemente la cuarta dosis de la vacuna de la covid (o segunda de refuerzo) a todas las personas que la soliciten porque no existe contraindicación, independientemente de su edad, si bien la recomienda encarecidamente para las personas vulnerables. A pesar de esta ampliación de la disponibilidad de las vacunas, su administración se ha ralentizado: si el 94% de los mayores de 60 años cuenta con tres dosis en España, solo el 55% lleva cuatro pinchazos. Por esta razón, la ministra Darias animó el pasado viernes a la población a reforzar su protección frente al virus.

Una de las grandes dudas desde que comenzó la campaña de vacunación apunta a la duración de la inmunidad. Mientras que los anticuerpos neutralizantes sí decaen con el tiempo, a los seis meses aproximadamente, según se ha ido observando, la inmunidad celular, que es la que protege a largo plazo, sigue resistiendo para proteger frente a la enfermedad grave y la muerte y, además, "la mayoría de los epítopos reconocen incluso las variantes, lo cual es muy bueno", destaca el presidente de la Sociedad Española de Inmunología (SEI), Marcos López Hoyos. "Habrá que ver hasta cuándo protege la inmunidad celular, pero calculo que todavía hay margen. Los estudios van saliendo y vamos a ir comprobando, pero sabemos que la inmunidad celular dura años en otras enfermedades y para covid será algo semejante", expone a 20minutos.

A la pregunta de si recomienda la vacunación con la cuarta dosis a la población general, López Hoyos subraya que "sobre todo para la gente más frágil y de mayor edad. Desde el punto de vista inmunológico, todavía no vemos el momento para la población general". Las personas con la pauta completa de vacunación, sin patologías graves ni en situación de inmunosupresión, asegura, estrenan el año nuevo con un buen 'colchón' inmunitario. "En principio, tenemos una buena respuesta celular y podemos estar tranquilos para entrar en 2023".

Sobre las vacunas, el microbiólogo Víctor J. Cid anota un deseo para este año: "Que siga potenciándose la actualización de vacunas con variantes diferentes para mantener el nivel de protección adecuado para los más vulnerables".

Así hemos pasado 2022

En términos de covid, este año en España fue el año de pasar de contar todos los contagios (detectados) a vigilar exhaustivamente a los mayores de 60 años e incluir la vigilancia general del SARS-CoV-2 en la red centinela junto a otras infecciones respiratorias como la gripe. También nos hemos despedido de las mascarillas, salvo para ir al médico, coger el transporte público o visitar a un ser querido en una residencia de mayores. Tuvimos dos grandes olas: las pasadas Navidades, cuando ómicron nos sorprendió con su alta capacidad de transmisión, y en verano, cuando los sublinajes de ómicron BA.4 y BA.5 causaron la última gran curva de contagios. 

"Hace un año estábamos en la subida del pico más importante que hemos tenido de toda la pandemia, pero nos pilló vacunados. Fue la última ola que causó impacto social. La diferencia respecto a 2021 es que no ha habido una sucesión de variantes con saltos importantes, sino que la evolución del virus ha sido 'más light': siguen circulando versiones de ómicron que son suficientemente diferentes como para reinfectar, pero a la mayoría de las personas lo hace de forma leve", expone el microbiólogo Víctor J. Cid.

El especialista apunta una fecha: el 28 de marzo, día en el que las personas contagiadas pero asintomáticas o con síntomas leves y los contactos estrechos de los casos no estaban obligados a aislarse en sus casas. Pasaba a ser una opción personal. A partir de ahí, "cambió la actitud y la percepción de la pandemia", subraya Jiménez Cid. 

Ese día también cambió el sistema de contabilización de los contagios: los informes del Ministerio pasaron a informar de la incidencia únicamente entre las personas de 60 y más años, que son las de mayor vulnerabilidad, pero la vigilancia en la población general se integraba en la red centinela de las infecciones respiratorias como se viene haciendo con la gripe desde hace años. Un sistema que el presidente de la SEE, Óscar Zurriaga, considera ofrece "la información que se necesita" para seguir la evolución de la covid. "Es una de las grandes noticias de este año, que se haya podido poner en marcha en tan poco tiempo y teniendo en cuenta cómo está la Atención Primaria", afirma a 20minutos.

Para el catedrático de la Complutense Víctor J. Cid, dejar de contar todos los contagios "tiene un coste que puede merecer la pena o no a los sistemas de salud". El microbiólogo asevera que "en 2022 se han infectado muchísimas más personas que en 2020 y 2021 juntos, pero son infecciones que ya no revisten gravedad y no merece la pena informar, como cuando tienes un catarro. Esto está bien hecho o no. Ojos que no ven, corazón que no siente. Pero luego está el covid persistente, que todavía no está lo suficiente estudiado y responde a secuelas con componentes múltiples que muchas veces son difíciles de detectar y adscribir a una infección concreta. Quizá no deberíamos relajarnos tanto", señala.

Apenas un mes después de empezar a hablar de la 'gripalización de la covid', el 20 abril, las mascarillas dejaron de ser obligatorias en espacios interiores, salvo en centros sanitarios, medios de transporte y residencias de mayores. Respecto a su uso en los medios de transporte, mientras que en el resto de la Unión Europea apenas se exige ya la mascarilla, la ministra de Sanidad, Carolina Darias, se mantiene inamovible. "Sabemos de su importancia y, por tanto, las medidas que tenemos siguen siendo válidas", zanjó el pasado viernes.

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