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Entrevista

Pilar García, pediatra: "Un 90% de las personas con síndrome de Kabuki tienen discapacidad intelectual y buen pronóstico"

Pilar García, directora médica de la Fundación Jérôme Lejeune en España.
Pilar García, directora médica de la Fundación Jérôme Lejeune en España.
Fundación Jérôme Lejeune
Pilar García, directora médica de la Fundación Jérôme Lejeune en España.

El síndrome de Kabuki es una de las conocidas como "enfermedades raras”, debido a que su prevalencia es muy baja, afecta a 1 de cada 32.000 personas. Debe su nombre a la semejanza de los rasgos faciales de estas personas con el maquillaje de los actores de Kabuki, un teatro tradicional de Japón, país donde se describió por primera este síndrome, en el año 1981. Con el objetivo de darle mayor visibilidad, este 23 de octubre se celebra su Día Internacional.

Para conocer un poco más acerca del síndrome de Kabuki hablamos con Pilar García Fernández, médico pediatra con una larga trayectoria nacional e internacional en el neurodesarrollo infantil que, a partir de diciembre, dirigirá el primer centro médico de la Fundación Jérôme Lejeune en España dirigido a personas con discapacidad intelectual de origen genético.

El centro médico tiene un reto ambicioso, atender a 4.000 pacientes al año. ¿Cómo surge el proyecto? ¿Existe una alta demanda de personas con discapacidad intelectual de origen genético en España? En 2015, cuando la Fundación Jérôme Lejeune aterriza en España, empezamos a hablar con asociaciones estatales y todos demandaban algo similar al instituto médico que la fundación tiene en París, donde se pone a la persona en el centro. La idea es que haya una atención global, con una única historia médica, donde pediatra, médico de familia y geriatra, estén encargados de organizar y coordinar toda la vida sanitaria de esa persona y anticiparse a lo que pueda ocurrirle. Además, tenemos enfermera y 11 especialidades: neuropsicólogo, podólogo, nutricionista, cardiólogo, otorrino, oculista, dentista, endocrino, traumatólogo, neurólogo y psiquiatra. Todos trabajan con la misma filosofía, que es dedicar al paciente y las familias el tiempo que haga falta. También mantenemos una relación muy directa entre la atención clínica y la investigación. De nuestros pacientes podemos extraer muchas conclusiones, podemos aprender mucho. 

Hay más de 250 anomalías cromosómicas que cursan discapacidad intelectual y muchas no se conocen

Aunque el síndrome de Down es la discapacidad intelectual de origen genético más predominante, existen muchos otros síndromes poco conocidos como el X- Frágil o el de Kabuki. ¿Por qué es importante también darles visibilidad?Hay más de 250 anomalías cromosómicas que cursan discapacidad intelectual y muchas no se conocen porque toda la parte genética ahora mismo está sufriendo un desarrollo tremendo. El síndrome de Down es la más frecuente, pero hay muchísimas más de las que hay muy poca información. Son padres que están muy solos y es importante, por ejemplo, que haya días internacionales para que la gente sepa que existen y que los padres, que muchas veces ni siquiera lo saben, se les encienda la alerta y puedan verse acompañados, porque la travesía  es muy dura. El poder dar visibilidad a síndromes y discapacidades que no son tan conocidos es muy importante y los padres lo agradecen mucho.

A pesar de que la discapacidad intelectual es la discapacidad más frecuente en España, no hay registros que permitan saber de cuántas personas estamos hablando...Se dice que entre un 1-2% de la población tiene discapacidad intelectual, pero todo es muy estimativo. Del síndrome de Down, se estima que hay 35.000 personas en España, una cifra que se va manteniendo porque las personas con síndrome de Down cada vez alcanzan una edad mayor al tiempo que nacen menos por el diagnóstico prenatal. Es decir, en el futuro probablemente disminuirá esta prevalencia, pero no hay datos reales de cuántos son. Con el síndrome de Kabuki pasa igual, se conocen una serie de datos de los que están registrados, pero no hay muchos.

Se estima que la prevalencia del síndrome de Kabuki es de un caso entre 32.000, pero se desconoce cuántos casos hay. ¿Falta mucho diagnóstico?No hay un registro en España en el que figuren cuántas personas lo padecen. Seguramente la prevalencia sea mayor de 1 de cada 32.000 nacidos vivos, porque hay muchos que no están diagnosticados porque son casos muy leves que, si no tienes una experiencia, pueden pasar desapercibidos. También se cree que muchos abortos espontáneos podrían tener esta mutación en el gen, por lo que probablemente la prevalencia sería mayor. Además, aunque existe desde siempre, no la descubrieron hasta hace 40 años, así que habrá personas que nunca se diagnosticaron. De hecho, incluso ahora hay niños sin diagnosticar porque los rasgos faciales no son muy evidentes y tienen una discapacidad leve.

El síndrome de Kabuki tiene origen genético, pero, ¿cuál es la causa exactamente? ¿Es hereditario?Está causado por mutaciones principalmente en dos genes, KMT2D y KDM6A. La mayoría de las veces, al menos en un 70% de los casos, son mutaciones espontáneas, es decir, el gen se altera de forma espontánea, no es hereditario. Esto es importante que los padres lo sepan porque la probabilidad de que puedan volver a tener otro hijo con síndrome de Kabuki, en la mayoría de los casos, es como en el resto de la población, de un 1%. Luego, por otro lado, sí hay otras causas, un 30%, que sí pueden ser hereditarias. Para eso está el estudio genético en el que, según como se vea que es el gen hay más o menos probabilidad.

A medida que van creciendo, los rasgos faciales característicos se notan menos

Entonces, para una persona con síndrome de Kabuki ¿cuál es la probabilidad de que se lo transmita a un hijo?No se sabe muy bien porque como el síndrome se ha descubierto tan tarde no hemos tenido tantos casos de personas que tengan hijos y no hay estadísticas sobre ello. Lo que sí se sabe es que, si ha sido una mutación espontánea, no tendría por qué reproducirse. Pero si ellos no tienen el gen KMT2D que es autosómico dominante la lógica dice que la mitad de los hijos sí podrían tenerlo, independientemente de si la persona con el síndrome es mujer u hombre. Si es del otro gen que es más raro y está ligado al cromosoma X, el KMD6A, si es la mujer la que lo tiene el 50% de los hijos lo tendrían y el 50% de las hijas serán portadoras. Si el afectado es un hombre, el 100% de los hijos serán sanos y el 100% de las hijas estarán afectadas.

Una de las características más llamativas de este síndrome son los rasgos faciales, ¿van cambiando con la edad?Algunos sí cambian. Las personas con síndrome de Kabuki suelen ser personas que, de niños, tienen ojos almendrados y tienen el párpado inferior en la parte externa un poco invertido. Tienen orejas grandes y despegadas y pestañas muy largas. Las cejas también son pobladas y arqueadas, pero en los laterales son muy finitas y escasas. Además, muchas veces se ve el dedo meñique curvado hacia adentro (clinodactilia) y el paladar muchas veces tiene forma ojival y eso dificulta un poquito el habla y la alimentación. Otra característica bastante típica es lo que se llama almohadillas fetales en los dedos. A medida que van creciendo, todo esto va disminuyendo, porque si la cabeza crece, lógicamente los rasgos faciales se van a notar menos.

¿Qué otras características son comunes en estas personas? ¿Cómo es su desarrollo psicomotor?Sobre todo, la hipotonía (bajo tono muscular), que tienen desde que nacen y que después va mejorando, y mucha dificultad para alimentarse, hasta el punto de que, si no se pueden alimentar por sí solos, se les tiene que hacer un botón de gastrostomía, incluso a veces tienen un reflujo gastroesofágico grande. Luego, al contrario, la mayoría termina con obesidad, a partir de los 7-8 sobre todo de los 10 años empiezan a engordar.

También tienen un retraso psicomotor, hasta en el 90% de los casos. Empiezan a hablar más tarde e igual no se les entiende igual de bien, pero no solo por dificultad de aprendizaje, sino también porque tienen esas características faciales y físicas. Sin embargo, prácticamente todos hablan y andan. Muchos de estos niños tienen retraso psicomotor y, después de los 6 años, a un 90% se les diagnostica una discapacidad intelectual leve o moderada. Hay algunos que no tienen discapacidad intelectual, pero estamos hablando de un 10%.

Las personas con síndrome de Kabuki tienen, aunque no siempre, otras afectaciones como malformaciones congénitas cardíacas, alteraciones oculares y auditivas, problemas neurológicos... ¿También crisis epilépticas?En torno a un 20% más o menos pueden tener crisis epilépticas, es mucho más que la población general, pero estamos hablando de que un 80% no las tiene. No olvidemos que no es una enfermedad, sino un síndrome, esto es, tienen más posibilidades de tener enfermedades asociadas, pero no la van a tener 100% seguro. Tampoco va a tener una malformación cardiaca obligatoriamente, aunque un 50% puede tenerla. Pueden tener malformaciones renales en un 20%. Hay que estar muy pendiente de la sordera, hasta un 50% la pueden tener, por muchos motivos, como la otitis, o la configuración de su macizo facial. Algunos tienen más facilidad para tener infecciones y las articulaciones son más móviles y pueden tener luxaciones de rodilla y se ve porque el niño no quiere andar. También hay alteraciones oculares, pueden tener estrabismo en el 50% de los casos o miopía o astigmatismo, en un 30%.

¿Suelen tener problemas de aprendizaje en la escuela?Depende de la capacidad que tenga intelectualmente y de su conducta. Si son niños con una discapacidad leve pueden ir a un colegio ordinario, aunque probablemente necesitarán adaptaciones curriculares. Necesitan apoyos fuera del colegio de logopeda, fisio, psicólogo o de un psicopedagogo que les ayude en el aprendizaje. En el colegio, hay niños que les cuesta mucho centrar la atención a veces y alguno necesitará una medicación específica. El apoyo escolar casi todos.

Con tantas afectaciones, ¿pueden llevar una vida independiente?La mayoría van a poder ser adultos independientes con supervisión. Si están dentro del 10% sin discapacidad intelectual no van a tener problema, porque cuanto más leve es la discapacidad, más fácil es integrarse en la en la sociedad de forma plena. Los que tienen más discapacidad tendrán más dificultad, pero, como del resto de patologías que asocian casi ninguna es invalidante, su pronóstico es bueno y pueden vivir una vida normal con una supervisión, según sus capacidades intelectuales. Pueden llegar a tener un trabajo adaptado en una vida independiente, a lo mejor en pisos tutelados dependiendo un poquito de la capacidad de cada uno, pero su expectativa de vida, de pronóstico, es bueno.

A nivel social y anímico suelen ser personas tranquilas y con buen carácter

El síndrome de Kabuki es una discapacidad permanente, es decir, no tiene cura, pero ¿cómo puede tratarse?No tiene tratamiento farmacológico como no lo hay para el síndrome de Down o el síndrome de X frágil, pero sí para cualquier patología que asocien. En el caso del síndrome de Kabuki, la fisioterapia es fundamental para la hipotonía, también el logopeda porque tienen cierta dificultad para hablar, que empiecen desde pequeñitos es básico. El tema del aprendizaje es muy importante y una vez que cumplen los 6 años continúan porque les va a variar mucho. Tienen que aprender buenas conductas adaptativas, ser capaces de ser autónomos y luego ya por supuesto el pediatra y el médico de familia irá viendo en cada etapa del desarrollo no solamente la parte física sino la parte social y, si tienen una patología asociada, tratar eso. A nivel social y anímico suelen ser personas tranquilas y con buen carácter, a veces tienen hiperactividad o autismo, pero no parece que sea más frecuente que en el resto de personas.

¿Cuándo suele presentarte los primeros síntomas y cuándo se diagnostica?Primero se empieza con un diagnóstico de sospecha, por eso es muy importante conocer este síndrome igual que el resto. Si es una persona con hipotonía, dificultad de alimentación, un retraso psicomotor o una discapacidad intelectual y tiene una serie de características faciales, eso ya es un diagnóstico de sospecha. Ahí se puede hacer, o bien un panel dirigido a esos genes más frecuentes o, si los rasgos son inciertos, un exoma. La prueba genética es la que nos va a dar el diagnóstico, pero ya en los primeros meses se puede ver: la hipotonía es desde que nacen y la dificultad para alimentarse y los signos físicos también están desde el principio.

¿La esperanza de vida de estas personas es menor que la del resto?Probablemente sea la misma, pero hay muy pocos registros por lo nuevo de la enfermedad. Por lógica, teniendo en cuenta que ninguna de las patologías asociadas suele ser grave, la epilepsia se trata y es lo peor, las cardiopatías igual, no debería de haber una diferencia. De todas formas, tenemos que esperar a que todas esas personas lleguen a esa edad porque no sabemos si ocurre como con el síndrome de Down, que llegan hasta los 60-65 perfectamente, pero con unas características de envejecimiento mucho más precoces. En el síndrome de Kabuki no hay estadísticas, sobre todo por la parte cognitiva. Por lo demás, no hay constancia de que haya mayor prevalencia de tumores o de otro tipo de deterioro cognitivo.

Las enfermedades raras, por su baja prevalencia, suelen investigarse poco. En el caso del síndrome de Kabuki, ¿se han producido avances significativos a nivel científico en los últimos años?No demasiados porque hay síndromes que se estudian muy poco y se tiende a llevar la investigación a los más conocidos, a los más frecuentes. Generalmente suelen ser familiares de personas que lo tienen los que montan fundaciones, recaudan dinero, y establecen líneas de investigación, pero realmente muchas no hay. Por eso, necesitamos investigar y concienciar mucho para que se pueda conocer más. Este síndrome no se va a curar, es genético, pero la investigación debería ir hacia encontrar la manera de que, con una medicación, podamos inhibir determinados enzimas que puedan estar desarrollando distintas patologías. Esto es muy complicado, pasará mucho tiempo antes de que se pueda hacer.

La investigación es la única manera de conseguir que podamos mejorar su calidad de vida verdaderamente

La Fundación Jérome Lejeune en España ha destinado más de 2,5 millones de euros en investigación. ¿Por qué es importante investigar estas enfermedades que generan discapacidad intelectual y tienen origen genético?Porque debemos intentar mejorar la vida de estas personas y la única manera es investigando. Por un lado es la atención, estar pendientes de todo y la prevención, pero ahí estamos limitados. La investigación es la única manera de conseguir que podamos mejorar su calidad de vida verdaderamente, mejorar la capacidad cognitiva. Para facilitar la investigación, tenemos un biobanco en París con más de 20.000 muestras, que también tendremos en España, que permite poder estudiar, porque cuantas más muestras tengamos conoceremos más síndromes que ahora mismo no se conocen. Este biobanco está al alcance de cualquier institución que quiera seguirnos la línea de investigación. Nosotros financiamos muchísimos líneas de investigación, pero hace falta gente interesada en hacer estos proyectos y entidades que donen dinero porque estas investigaciones siempre son muy caras.

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