El Gobierno ha criticado este viernes la carrera fiscal a la baja emprendida por las comunidades autónomas presididas por PP y ha advertir que la desigual rebaja de impuestos entre los distintos territorios solo perjudica a los contribuyentes. "Lo que están proponiendo es desmantelar el Estado del bienestar, en este momento lo deseable sería que alguien ponga orden", ha reprochado al líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, la vicepresidenta primera, Nadia Calviño. Frente a la postura de los populares, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha defendido una armonización de impuestos sobre la base de que no todas las comunidades tienen la misma capacidad fiscal que Madrid.

Montero ha aclarado que el motivo por el que la Comunidad de Madrid puede permitirse bajar los impuestos no es su "talento", su "capacidad de emprendimiento" ni sus "políticas públicas", sino su condición de capital. El "efecto capitalidad" y el "diseño radial fruto de nuestra historia y de 40 años de dictadura" provoca, según ha explicado la ministra, "una mayor concentración de rentas altas y de patrimonio en la zona de Madrid" que se traduce en una mayor recaudación fiscal y anima al Gobierno autonómico a bajar los impuestos. "Eso provoca en el resto del territorio una situación de 'dumping' fiscal en la que hay otras comunidades autónomas que piensan que por el hecho de que se bajen los impuestos en Madrid están en una desventaja competitiva", ha añadido.

La titular de Hacienda ha insistido en que esa lógica "solo puede beneficiar a la capitalidad y, por tanto, perjudica al resto". Por ello, ha defendido apostar por una armonización fiscal cuando se aborde la financiación autonómica. "No es vaciar de competencia la capacidad autonómica", ha insistido Montero, que ha aclarado que "una cuestión es la armonización y otra distinta la centralización". "El debate de la fiscalidad no puede mantenerse al margen del de la financiación", ha añadido la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez.

Espiral de bajada de impuestos

Lo que el Gobierno quiere evitar es una espiral de bajada de impuestos que, según Montero, perjudica a los contribuyentes. "Cuando esto se produce pierden los ciudadanos, son ellos los que disfrutan del Estado del bienestar", ha sostenido. También la portavoz del Gobierno ha denunciado que "la dirección no es lanzar rebajas impositivas, agredir a otras comunidades haciendo llamamientos a sus contribuyentes ni enfrentar a unos contribuyentes con otros".

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En la misma línea, Calviño ha afeado el comportamiento "irresponsable" de los líderes populares artífices de esta carrera fiscal a la baja, "que va en contra de la cohesión social y territorial" y que supone "desmantelar el Estado del bienestar". "En este momento lo deseable sería que alguien ponga orden, yo me pregunto si hay alguien al mando ante esta política de saldos", ha agregado en referencia a la diferente postura de las comunidades gobernadas por el PP. Más directa ha sido la titular de Hacienda que ha sostenido que "sería bueno que el señor Feijóo definiera cuál es la posición respecto al impuesto de patrimonio en el conjunto del  territorio".

Galicia ha sido la última en sumarse, parcialmente, a la bajada del impuesto de patrimonio anunciada esta semana por el presidente andaluz, Juanma Moreno, emulando a Esperanza Aguirre, que dio este paso en la Comunidad de Madrid en 2011. En lugar de su supresión total, el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, ha optado por ampliar la bonificación del 25% al 50% en el presupuesto de 2023. También su homólogo murciano, Fernando López Miras, ya ha anunciado que seguirá los pasos de Andalucía. De las comunidades populares, solo Castilla y León ha descartado, por el momento, esta rebaja fiscal.

Un "esfuerzo" de las grandes fortunas

Asimismo, Montero ha defendido el impuesto a las grandes fortunas y ha pedido un "mayor esfuerzo a los que tienen mayor capacidad económica", al igual que se ha hecho con la banca y las eléctricas, recordando que "la clase media de nuestro país es la que relativamente más contribuye al sostenimiento del Estado del bienestar". 

También el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha amparado esta medida como una forma de gestión de la crisis distinta a la que se hizo en 2008. Donde hubo "rescate bancario" y "ayudas a los más pudientes", ahora se está proponiendo, según Sánchez, "un gravamen extraordinario" encaminado a la "redistribución" de la riqueza y a "financiar el Estado del bienestar".