El miedo y la impotencia de los vecinos que dejan sus casas por las llamas: "Parece una película de ciencia ficción, de terror"

Un bombero llora en las inmediaciones del incendio de Losacio.
Una mujer se desespera ante el avance de las llamas.
EUROPA PRESS
Un bombero llora en las inmediaciones del incendio de Losacio.
Sobrepasados ante tanta desolación, las palabras se ahogan, porque el fuego de la sierra de Zamora aterra.
ATLAS

Cuando Tere responde al teléfono, apenas acierta a excusarse por no poder atender la llamada en condiciones: está haciendo las maletas para abandonar Santa Croya de Tera, el pueblo donde se ha refugiado del incendio originado en Losacio (Zamora) y que este lunes por la tarde la Guardia Civil desalojando. Es la segunda vez en 24 horas que debe recoger sus pertenencias y emprender un rumbo incierto para huir de las llamas, después de haber sido evacuada de Villanueva de las Peras, donde regenta un bar.

Se trata del dramático escenario en el que se encuentran inmersos los vecinos de la sierra de la Culebra, que ya vieron arder a finales de junio unas 30.000 hectáreas y contemplan ahora cómo el desastre se repite. En esta ocasión, las llamas han provocado dos muertes y una desaparición y han obligado a desalojar ya una veintena de localidades, mientras continúan su avance descontrolado, avivadas por las altas temperaturas y el viento. No es, no obstante, el único fuego que asola España, donde se queman también Cataluña, Galicia, Andalucía y Extremadura.

Entre los afectados por el incendio de Zamora, se halla Laura, que no alcanza a contener las lágrimas mientras relata cómo el fuego ha acabado con su modo de vida. Apicultora, trabaja y reside en Escober de Tena (uno de los municipios evacuados) y llora ahora la desaparición entre las llamas de todas las colmenas con las que produce miel para después venderla. "Esto está fuera de control. He perdido todos los asentamientos, absolutamente todos", se lamenta, presa de la rabia y la frustración.

"Parece una película de ciencia ficción, de terror. Es una angustia, un malestar, no sabría ni definir los sentimientos. Quien no lo está viendo no puede imaginárselo. Es horrible, lo que se ha vivido aquí antes y lo que se está viviendo ahora", asegura abrumada, en referencia al incendio de la sierra de la Culebra de hace tan solo un mes. 

Ahora se ha trasladado con su hija y su madre a Santa Eulalia de Tábara, un pueblo cercano, que todavía no ha sido evacuado por la Guardia Civil, aunque duda cuánto tiempo podrán permanecer en él. "Ignoramos si aquí va a pasar lo mismo. En mi pueblo, de repente, tuvimos que meterlo todo en un macuto y marcharnos, sin tiempo para nada. O desalojas o te quemas", dice resignada, mientras se desesperada ante la incertidumbre sobre el estado de quienes se quedaron en Escober. "Tenemos familiares todavía ahí y no sabemos nada porque no hay cobertura", asegura.

La noche en vela

Esta impotencia la comparte Olga, propietaria de un asador en Tábara, otra localidad abandonada por sus habitantes por la cercanía del peligro. Con domicilio en Litos, esta hostelera ha pasado la noche en vela pendiente de si, además de su negocio, el fuego iba a obligarla a dejar también su hogar. Así fue. El lunes por la mañana, la Benemérita evacuó el pueblo y ella se decantó por trasladarse con su familia a Zamora capital, donde tienen otra vivienda. Sin embargo, su mente cotinúa en la sierra zamorana.

"Parece una película de ciencia ficción, de terror. Es una angustia, un malestar, no sabría ni definir los sentimientos. Quien no lo está viendo no puede imaginárselo"

"Desde mi casa veía las llamas, todo el monte quemándose, y no podíamos hacer nada. No hay mucha información, pero nos han dicho que las llamas están a punto de alcanzar Litos. Todos tenemos miedo, lo llevamos mal. No sé ni cómo definir cómo nos sentimos, es un cúmulo de sensaciones malas que no sabes cómo describir", ahonda. 

Quedarse para defender el pueblo

En contra de lo que han hecho Tere, Laura y Olga, Juan Félix optó por quedarse en su pueblo, Bercianos de Valverde, cuando el instituto armado lo desalojó este lunes por la mañana. En un principio, pensó en regresar a Madrid, donde reside de manera habitual, pero prefirió finalmente  permanecer en la localidad y tratar de defenderla del fuego. Junto a tres vecinos más, ha constituido una especie de 'retén', que trata de impedir la entrada de las llamas al municipio.

"Con unas mangueras, estamos mojando las hierbas secas que rodean el pueblo para evitar que prendan, porque, si acaba llegando el fuego a las primeras casas de adobe, arderá entero. También tenemos unos maíces con los que golpear las llamas en el caso de que se acerquen más", narra, al tiempo que reafirma su voluntad de quedarse allí mientras la Guardia Civil no les fuerce a marcharse, al considerar que no corren "demasiado peligro".

En esta tesitura, el panorama que describe Juan Félix, al que se le ha quemado una finca de pinos, resulta aterrador. "Es tremendo, dantesco. El fuego está a cinto y pico metros de las casas y rodea por completo el municipio. Hay momentos, según cómo sopla el aire, en los que el cielo está completamente negro por el humo. Además, hay lluvia de cenizas de gran tamaño, que pueden prender si caen sobre hierbas secas", destaca. Y comenta, no sin ironía: "Igual ya no volvemos a tener más incendios porque este arrasa ya con todo".

"Es tremendo, dantesco. El fuego está a cinto y pico metros de las casas y rodea por completo el municipio"

Sobre la tragedia de haber llegado a esta situación, se queja su hermano, José Carlos. Aunque vive en Valladolid, pasó el fin de semana en Bercianos de Valverde y observó con horror cómo el fuego avanzaba inexorablemente. "Llevamos muchos años advirtiendo de la situación, porque ya no hay agricultura y está todo tapado por jaras de dos metros. En 2021, pedimos que se limpiara, pero dijeron que tardarían al menos dos años", explica.

"Esto va a ser una catástrofe grande. En esta zona, lo único que tenemos es el monte, para el Camino de Santiago, los níscalos, los boletus, los ganaderos... Se está quemando todo, lo que quedaba después del otro incendio", detalla, mientras mantiene su intención de regresar a Bercianos de Valverde el próximo fin de semana para tratar de ayudar en lo que pueda.

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