Invierno seco, olas de calor más tempranas y persistentes... las claves de la virulencia de los incendios de este verano

Miembros de la UME intentan apagar el incendio forestal de Casas de Miravete, en Cáceres.
Miembros de la UME intentan apagar el incendio forestal de Casas de Miravete, en Cáceres.
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Miembros de la UME intentan apagar el incendio forestal de Casas de Miravete, en Cáceres.
El incendio forestal que afecta a Pont de Vilorama, en Barcelona, mantiene en alerta a los servicios de emergencia. 
ATLAS

La foto tuiteada por Óscar, un bombero forestal, refleja la magnitud de los incendios que están arrasando España en los últimos días. El helicóptero que en ella aparece se antoja minúsculo frente a la inmensidad de las llamas y el agua que lanza se evapora antes de que toque el suelo. "A veces ni los medios aéreos son efectivos", lamenta el autor del mensaje. La instantánea es del fuego de Mijas, en Málaga, pero se repite en otros puntos del país. Porque los incendios se convierten en un problema verano tras verano, pero ¿qué está provocando que este año estén siendo especialmente virulentos?

Hace tan solo un mes que la Unidad Militar de Emergencias (UME) dio por iniciada su campaña estatal de lucha contra incendios forestales y a estas alturas ya se habla de que estamos ante el peor verano del decenio. En todo 2012 se quemaron 216.000 hectáreas y ahora, en lo que va de año, se han calcinado cerca de 100.000, la mayoría de ellas en las últimas semanas. El dato resulta especialmente alarmante si se compara con el de todo 2021, cuando ardieron 87.000 hectáreas. 

"No había llovido como otros años y la primera ola de calor fue inusualmente temprana, a mediados de junio. Eso secó mucho el combustible, lo que provoca que las llamas se propaguen más rápido. Pese a las tormentas posteriores, ha llegado una nueva ola de calor más persistente de lo normal. Suelen durar unos días y esta lleva una semana. El problema se agrava cuando ni por la noche refresca, con lo que la violencia de las llamas no disminuye", explican fuentes de la UME a este diario. En ese contexto, la más mínima racha de viento puede hacer que los rescoldos se reaviven. "Tenemos que vigilar los perímetros con más intensidad para que no salten nuevamente", agregan las mismas fuentes.

Las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) apuntan a una remisión de las temperaturas el lunes y el martes, pero se estima que el miércoles los termómetros vuelvan a subir, sobre todo en el este de la Península. Sin quitar la vista del resto de focos, esto llevará a estar igualmente alerta de lo que pueda ocurrir en esa zona. Este fin de semana, Extremadura, Castilla y León, Andalucía, Galicia y Cataluña fueron las cinco comunidades autónomas que concentraron los peores fuegos. Una quincena de grandes catástrofes que, según los últimos datos, habían calcinado en su conjunto más de 22.000 hectáreas.

"No solo están siendo virulentos por el número de hectáreas afectadas. También porque al estar el combustible tan seco, y con ello los árboles, las llamas cogen mucha altura y se produce lo que denominamos antorchamiento. Esos fuegos quedan fuera de la capacidad de extinción", señalan desde la UME. Es precisamente lo que Óscar destaca en su tuit, situaciones en las que resulta complicado incluso actuar con medios aéreos. En esos casos los efectivos deben trabajar de forma indirecta. Las tareas se centran entonces en evitar que el incendio se extienda eliminando la vegetación que haya en su trayectoria.

Alertar con rapidez

Dadas las circunstancias, y a la vista de que cualquier chispa puede originar una tragedia, las autoridades están haciendo hincapié en medidas preventivas y restrictivas. La Junta de Castilla y León ha declarado por ejemplo la 'situación de alarma' del 16 al 19 de julio. Con ella se prohíben trabajos en el monte y en la franja de 400 metros de terreno que lo circunde con cosechadoras empacadoras, desbrozadoras o equivalentes, y con cualquier otra maquinaria que genere deflagración, chispas o descargas eléctricas. Además, es obligatorio disponer de medios de extinción y personal suficientes para controlar los posibles incendios que se puedan originar como consecuencia de las labores agrícolas.

Las llamas cogen mucha altura y se produce lo que denominamos 'antorchamiento'. Esos fuegos quedan fuera de la capacidad de extinción

La resolución también impide la autorización del uso del fuego y fuegos artificiales, así como de barbacoas y de los ahumadores de la actividad apícola. Igualmente recomienda a toda la población evitar el tránsito libre por los montes, excepto cuando sea para acceder a una propiedad o a entornos urbanos, conlleve el desarrollo de actividades profesionales o de ocio autorizadas, se trate de actuaciones de emergencia o interés general, o se vayan a realizar trabajos de vigilancia y extinción de incendios.

Desde la UME instan en la misma línea a "actuar con sentido común" y piden a los ciudadanos que llamen al 112 a la mínima señal de humo que puedan detectar. "Es clave actuar sobre los focos con rapidez", aseguran y remarcan que "si hay un pequeño conato y se reacciona rápido se impide que el fuego vaya a más y coja fuerza". Es tarea de todos hacer lo posible para que las trágicas imágenes que se están viendo no vuelvan a repetirse. 

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