El 'boom' de los opositores mayores de 50 años: "Ahora me apetece más estabilidad y asegurarme una jubilación digna"

Examen de oposiciones en el BEC
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Examen de oposiciones en el BEC

Nuria Avilés nunca se había planteado opositar. Poco se podía imaginar la madrileña que, a sus 51 años, este sería el camino elegido para recuperar una estabilidad que le arrebató el coronavirus. La crisis derivada de la pandemia le obligó a cerrar su negocio en pleno 2020 y el golpe fue doble al percatarse de que el mercado laboral tiene cierta tendencia a penalizar la edad. Lo mismo le ocurrió a Emilio Guerrero, de 53 años, quien ve en las convocatorias de empleo público una oportunidad para asegurarse cierta calidad de vida en el futuro. Como ellos, otros miles. Y es que solo en los últimos dos años se ha duplicado la cifra de opositores mayores de 50 años.  

Casi uno de cada tres parados en España tiene más de 50 años y, según un estudio de Opositatest, el número de opositores mayores de esa edad se disparó en apenas dos años: si en 2019 representaban un 5% del total de aspirantes, en 2021 esa cifra ascendió al 11,8%. "Buscan la estabilidad laboral. La mayoría tiene más de cinco años de experiencia y han visto que en la empresa privada es muy difícil compatibilizar la vida laboral y familiar. Por tanto, ven en las entidades públicas la posibilidad de una mejora de esas condiciones, que ahora es para ellos lo más importante", explica a 20minutos Jacobo Fariña, coautor del estudio. 

Avilés tomó la decisión de empezar a prepararse las pruebas para acceder a administrativa en la Comunidad de Madrid en 2021. No era su primera opción, ni lo había sido nunca, pero sí vio que era la única alternativa posible ante un escenario que se complicó en cuestión de meses. "La gente me dijo que estaba un poco loca por ponerme a estudiar a estas alturas, aunque también es cierto que tengo una hermana funcionaria que me animó a hacerlo", cuenta a este diario.

"Me lo empecé a plantear después de la pandemia. Yo tenía un negocio, un parque infantil en la capital, y tuve que cerrarlo en diciembre de 2020 porque me suponía mucho coste. Empecé a buscar trabajo, echar currículums, pero para los mayores de 50 años está mucho más complicado entrar en el mercado laboral, aunque tengas mucha experiencia", relata Avilés.

"No me queda otra"

Lo más complicado para esta madrileña de 51 años, más allá de tener que asimilar y memorizar un volumen de contenido muy extenso tras de décadas sin estudiar, está siendo comprometer su tiempo personal y familiar. "Le tienes que dedicar muchas horas, y aunque mis hijos ya son relativamente mayores (tienen 15 y 20 años) están en casa y también estudian, por lo que tengo que seguir pendiente de ellos", explica. Pero las opciones, lamenta, son escasas. "No me queda otra que ponerme a estudiar para poder trabajar. Es una pena que solo puedas optar al funcionariado para entrar en el mercado laboral", concluye. 

La situación de Avilés sirve como claro ejemplo para ilustrar varios de los datos que se reflejan en la encuesta: el 97% de los opositores mayores de 50 años tiene más de cinco años de experiencia laboral, el 72% tiene hijos, y el peso vocacional se reduce a la mitad respecto al perfil general (solo el 7,9% lo hace por vocación). 

"Mucha gente no tiene vocación o priorizan la estabilidad laboral, sobre todo llegados a estas etapas. También hay que tener en cuenta que si tienes la vocación de ser, por ejemplo, policía o juez, lo normal es que antes de los 50 años ya lo hayas intentado", detalla Fariña, coautor del estudio. 

"La tormenta perfecta"

La pregunta al constatar ese 'boom' de opositores de mayor edad es la siguiente: ¿Por qué ha cambiado tanto el panorama y la demanda en tan solo dos años?, o ¿qué ha cambiado desde 2019 para que tantas personas aboguen por este camino? Lo cierto es que no hay un factor único que pueda explicar ese cambio de paradigma, sino que más bien se trata de una "tormenta perfecta" de acontecimientos, tal y como lo define Emilio Guerrero. Él es uno de los que ha optado por intentar pasarse al empleo público a sus 53 años. 

Los estragos causados por la pandemia, la dificultad de ser contratado a medida que se alcanza una mayor edad y el crecimiento considerable de la oferta de empleo público han sido los ingredientes perfectos para propiciar este cambio de paradigma.

"La gente ha cambiado sus prioridades. Es una mentalidad de buscar una mejor calidad de vida"

"Yo dirigía una empresa de marketing digital. Decidí dejarla en verano de 2019 y ponerme a buscar otro trabajo y, pese a que me encontré con dificultades por la edad, acabé encontrando", cuenta Guerrero a 20minutos. Sin embargo, ni él ni el resto de la población mundial se podía imaginar que nada más ni nada menos que una pandemia complicaría las cosas. "Me contrataron el 8 de marzo y me despidieron el 14 de ese mes, cuando se declaró el estado de alarma", explica. Fue entonces cuando empezó a valorar las posibilidades que tenía y a plantearse optar por estudiar para las oposiciones y ponerse "en serio" en julio de 2021. 

Según Jacobo Fariña, de Opositatest, este cambio no es algo que se pueda demostrar con datos, aunque reconoce que el mensaje general que les llega es que "la gente empieza a valorar otras cosas". "El covid lo ha cambiado todo. Hay personas que se asentaron en el teletrabajo, u otras que quieren mejorar sus condiciones... es un poco un cambio a nivel global", subraya. Según Fariña, "es como que la gente se ha despertado y ha cambiado sus prioridades. Alomejor prefieren no hacerse 10 horas al día, aunque tengan un buen sueldo en la privada, sino más bien tener un trabajo cómodo. Y como las condiciones no han mejorado en el sector privado, la gente busca alternativas. Es una mentalidad de buscar una mejor calidad de vida", incide. 

"Me encontré con lo que llaman edadismo"

"Siempre pienso que hice una transición un poco brusca. No solo porque me quedé sin trabajo, sino que el trabajo que desempeñaba durante años me estaba quemando, y creí que sería más fácil un cambio abrupto... pero me encontré con lo que llaman edadismo", afirma. 

Emilio Guerrero asegura que esa discriminación por edad no es algo que haya notado de forma explícita o directa, sino que más bien es lo que él ha percibido en cada una de las entrevistas de trabajo que ha ido haciendo en los últimos meses. "He visto que me salen más oportunidades si oculto la edad en el currículum. Al principio era fácil, porque los encuentros solían ser online, pero ya son presenciales últimamente, y es algo que no puedo ocultar". 

"Lo que buscaba en un trabajo cuando tenía 20 años ya lo he cumplido. Ahora lo que quiero es estabilidad"

Ahora espera a que salgan las convocatorias para gestión de Estado, que es la vía por la que ha optado, en parte por la cantidad de plazas que salen y "porque el temario se ajusta a mis inquietudes personales". De momento, relata, está estudiando por su cuenta. "Probablemente el siguiente examen sea el año que viene, así que seguramente contrate durante los últimos meses a un preparador para que me apoye sobre todo en el ejercicio práctico", asevera. 

Más allá de las circunstancias derivadas de la crisis sanitaria o de los obstáculos encontrados en el proceso de búsqueda de trabajo, para Guerrero hay un punto muy a favor que apuntala su determinación a prepararse unas oposiciones. "He entendido que lo que pudiera buscar en un trabajo cuando tenía 20 años, ya lo he cumplido. Ahora me apetece más estabilidad y cotizar lo suficiente para tener una jubilación digna". concluye. 

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