En poco más de dos semanas, más de 6 millones y medio de andaluces están convocados a las urnas. En unas elecciones que se circunscriben a la comunidad para elegir a su nuevo Parlamento, del que saldrá el próximo Gobierno de la Junta, es obligado pensar en estos comicios como un termómetro de la situación política nacional. ¿Está estancado el PSOE? ¿Confirmará el PP las buenas expectativas que le auguran las encuestas? ¿Continuará Vox su fulgurante ascenso y será decisivo? ¿Se confirmará la debacle de Ciudadanos? ¿Qué pasará con la izquierda a la izquierda del PSOE?
Todo lo que ocurra, inevitablemente, se analizará en clave nacional de cara al próximo ciclo electoral que se avecina para 2023: municipales y autonómicas en mayo y generales a finales de año. Andalucía es la comunidad más grande de España y, por tanto, el enclave deseado para cualquiera de los dos grandes partidos: el PSOE por ser su feudo histórico en el que gobernó casi 40 años y el PP por haber conquistado el santo grial socialista.
La convocatoria electoral se hará sin la 'interferencia' que podía suponer la sentencia del Tribunal Supremo sobre los ERE de Andalucía. La resolución que examinará las condenas a los expresidentes andaluces Manuel Chaves y José Antonio Griñán esperará a después de los comicios, por la regla no escrita de los tribunales de poner en suspenso decisiones importantes para no obstaculizar el juego político.
Primer duelo Sánchez-Feijóo
El Gobierno de Pedro Sánchez empieza a acumular el desgaste propio de varios años de legislatura, pero también acuciado por su gestión de las diversas crisis a las que ha debido hacer frente. Primero, la pandemia de coronavirus y ahora, las consecuencias económicas derivadas de la invasión rusa de Ucrania, que ha terminado por desbocar la inflación que ya se venía acumulando desde el pasado otoño.
Y el PP, por su lado, está en pleno ascenso, después de la abrupta crisis interna que vivió en febrero y que acabó encumbrando a Alberto Núñez Feijóo a la presidencia del partido. El de Andalucía será, por tanto, el primer duelo electoral Sánchez-Feijóo porque aunque son unos comicios autonómicos, será la primera vez que midan sus fuerzas y pongan a prueba sus respectivos liderazgos.
Al PSOE no le ayuda tener a un candidato a la Junta de Andalucía todavía muy desconocido. El exalcalde de Sevilla Juan Espadas lleva relativamente poco tiempo al frente de la oposición en la comunidad autónoma. Ganó las primarias a Susana Díaz, pero desde la dirección socialista reconocen que aún no le ha dado tiempo a ser un candidato popular que se ofrezca como alternativa al Gobierno del popular Juanma Moreno.
Dos estrategias de campaña
De ahí que el PSOE vaya a echar el resto en la campaña andaluza y será muy habitual ver a Pedro Sánchez, además de barones del partido y ministros, en actos y mítines para respaldar a su candidato. La implicación de Sánchez en la campaña será, por tanto, buen termómetro del estado de aceptación del PSOE en el Ejecutivo estatal.
Los socialistas tienen en mente en todo momento la barrera psicológica de los 33 escaños, su mínimo histórico, los que consiguió Díaz en 2018 con 1,2 millones de votos. Sacar menos sería, por tanto, un fracaso. Y la última encuesta del CIS no permite tener muchas confianzas, al situar al PSOE en una horquilla de entre 32 y 36 parlamentarios. Eso sí, ningún partido en Andalucía da por hecho que los socialistas puedan bajar del millón de votos.
Si los socialistas van a darlo todo en esta campaña que ahora arranca, el PP confía tanto en la victoria del presidente Juanma Moreno que ha planteado dos semanas de actos centrados en su gestión y en su figura, no tanto en las siglas del partido. Por supuesto, Feijóo acudirá a diversos actos -en seis provincias, tal y como ha confirmado su equipo-, pero los populares tienen claro que la figura de su candidato es más que suficiente para lograr la mayoría.
¿Un segundo gobierno para Vox?
La cita del 19-J volverá a ser un termómetro para el estado de Vox. Si Andalucía fue el primer territorio en el que lograron representación parlamentaria autonómica, el partido que lidera Santiago Abascal confía en, ahora sí, ser decisivo para la formación de un gobierno en el que puedan exigir estar.
Para Vox, pasaron los días de apoyar desde fuera, como ha pasado hasta ahora en Andalucía y también ocurre en Madrid. Ahora quieren gestionar. El precedente está en Castilla y León, donde en marzo pasado consiguieron la vicepresidencia y tres consejerías.
Sería, por tanto, una nueva carta de presentación de cara a las citas electorales del año que viene. Los de Abascal aspiran a extender su presencia en otras comunidades autónomas y ayuntamientos y afianzar el tercer puesto a nivel nacional.
Ciudadanos, ¿irrelevante?
PP, PSOE y Vox acapararían la mayoría del voto, según todas las encuestas. Pero las elecciones en Andalucía van a suponer un nuevo examen para el declive de Ciudadanos. Los naranjas se estamparon en Cataluña en febrero de 2021 al pasar de 36 a 6 escaños; desaparecieron de la Asamblea de Madrid en mayo de 2021; redujeron a un único representante su representación en Castilla y León el pasado mes de febrero, y ahora tienen la prueba de fuego de Andalucía para no ser cada vez más irrelevantes.
Su pérdida de poder en Andalucía dejaría a la formación con muy malas perspectivas para las citas electorales del año que viene y el liderazgo de Inés Arrimadas, aún más debilitado.
No obstante, es cierto que desde el PP confían en seguir tejiendo alianzas con Ciudadanos, no sólo en Andalucía, sino en el plano nacional. Fruto de ello es la decisión de Feijóo de ir con el partido de Arrimadas al Tribunal Constitucional para recurrir el decreto de la Generalitat de Cataluña que ignora la sentencia judicial que obliga a impartir en castellano un mínimo del 25% en las aulas.
Ensayo del proyecto de Yolanda Díaz
La otra clave de estas elecciones será comprobar qué aceptación tienen las candidaturas a la izquierda del PSOE. Una de ellas, Por Andalucía, reúne a Podemos, IU y Más País y podría verse como un ensayo de lo que en un futuro puede ser el proyecto político de la vicepresidenta del Gobierno Yolanda Díaz. Un proyecto que aún no ha empezado a conformar, pero que también se está preparando para el gran año electoral de 2023.
La conformación de la papeleta de Por Andalucía no estuvo exenta de polémica y Díaz intervino en el último momento para apoyar explícitamente a Inma Nieto como la candidata de esta coalición. Todas las fricciones surgidas durante la negociación terminaron por abrir un cisma entre IU y Podemos y amenazan con dejar tocado el proyecto de la vicepresidenta.
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