Joan Ferran Historiador y articulista
OPINIÓN

No son formas

Jóvenes de la organización Batec han levantado este miércoles por la mañana las barreras de la estación de Rodalies de Arc del Triomf y amenazan con dejar de pagar a partir del 11 de mayo
Jóvenes de la organización Batec han levantado este miércoles por la mañana las barreras de la estación de Rodalies de Arc del Triomf y amenazan con dejar de pagar a partir del 11 de mayo
BATEC
Jóvenes de la organización Batec han levantado este miércoles por la mañana las barreras de la estación de Rodalies de Arc del Triomf y amenazan con dejar de pagar a partir del 11 de mayo

No pretendo discutir acerca de las inversiones en infraestructuras del Estado en Cataluña. Tampoco polemizar sobre quién es el titular del servicio de Rodalies responsable de garantizar el acceso a los trenes, el cobro de los billetes y la seguridad. 

Sigo abogando por la libertad de expresión y manifestación de todas aquellas personas que consideren conculcados sus derechos como ciudadanos o usuarios. Reivindicar más inversión en transporte público me parece una buena causa. Pero de ahí a confundir churras con merinas va un abismo. 

El vicepresident del Govern y conseller de Polítiques Digitals i Territori, Jordi Puigneró, lo hace con una frecuencia exagerada. Lo ha hecho en sede parlamentaria mostrando su apoyo y ‘empatía’ hacia una acción de protesta, promovida y protagonizada por un colectivo, que insta a la ciudadanía a colarse sin pagar en los trenes de Rodalies. 

Compartir desde un gobierno autonómico una reivindicación no comporta necesariamente bendecir las transgresiones de los demandantes"

De nuevo nos hallamos ante las declaraciones de un gobernante al que le cuesta deslindar su rol institucional de su pulsión activista. Eso no es bueno, no son formas ni facilita la negociación de los traspasos pendientes con la ministra de Transportes, Raquel Sánchez. 

Compartir desde un gobierno autonómico una reivindicación, no comporta necesariamente bendecir las transgresiones de los demandantes. Puigneró lo hace con sus palabras y su laissez faire. Bendice una dinámica que hoy pone en un brete a Renfe pero que, en un futuro no muy lejano, le puede afectar a él. Eso sí, en caso de que siga gobernando.

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