El Consejo de Ministros ha aprobado este martes el real decreto que, más de dos años después del inicio de la pandemia, elimina la obligación de llevar mascarilla, también en espacios cerrados. No obstante, habrá excepciones, porque seguirá siendo obligatoria en transportes públicos, centros, servicios y establecimientos de carácter sanitario y en residencias de ancianos y también la "recomendación" de que determinados colectivos vulnerables sigan haciendo un "uso responsable" de ella. Según ha explicado la ministra de Sanidad, Carolina Darias, se dirige en concreto a los mayores de 60 años, a personas inmunodeprimidas, embarazadas, profesores con factores de vulnerabilidad y en reuniones familiares donde haya personas que tengan factores de riesgo.

"Las mascarillas dejan de ser obligatorias, salvo en determinadas excepciones", ha dicho Darias en la rueda de prensa al término de un Consejo de Ministros que ha decidido el eliminar la obligación del uso de "uno de los elementos más simbólicos de la pandemia", que, sin embargo, no se irá definitivamente. 

"Dejará de ser obligatoria, pero seguirá entre nosotros como un elemento de protección, especialmente a personas vulnerables", ha reiterado la ministra que, sin embargo, ha reclamado la misma "prudencia" y "uso responsable", en la línea del "sentido común" que reclamó este lunes el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, o este martes el consejero madrileño de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero.

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"Vamos a recuperar normalidad y mostrar nuestros rostros y sonrisas", ha celebrado al lado de Darias la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, parafraseando la expresión que empleó el año pasado el Gobierno cuando levantó por primera vez la obligación de llevar las mascarillas al aire libre.

Tal y como ha dicho Darias, con el real decreto de este martes -que entrará en vigor el miércoles, en cuanto sea publicado en el BOE- dejará de ser obligatoria "con carácter general" también en los espacios cerrados, lo que, por ejemplo, también se aplicará a estadios de fútbol y de baloncesto que desde el verano del año pasado han estado sometidos a normas específicas de aforo y otras prevenciones contra la Covid.

Empresas y colegios

El fin de la obligación de llevarlas también se aplica como "regla general" en otro ámbito que en los últimos días ha generado controversia, en los entornos de trabajo, dado que el Gobierno permite que los departamentos de riesgos laborales de cada empresa evalúen el riesgo y pueda determinar que los trabajadores sigan llevándola, en cuyo caso será obligatoria.

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"La regla general es que no serán obligatorias en el ámbito laboral. Ahora bien, si los servicios de prevención hacen una evaluación del riesgo de ese puesto de trabajo [de un empleado dado] y determinan algunas medidas, entre ellas la mascarilla, sí será obligatorio", ha explicado Darias, que ha descartado que esta cuestión vaya a producir litigiosidad entre empleados y empresas. Para ello, ha apuntado que el Gobierno actualizará este mismo martes la guía de prevención de riesgos laborales que ha estado a disposición de las empresas a lo largo de la pandemia.

Por otra parte, la ministra de Sanidad ha dejado claro que la mascarilla sí que pasará a la historia definitivamente en otro espacio que en los últimos meses ha sido terreno de desencuentro con algunas comunidades autónomas. En los colegios, ha dicho, "en ningún caso se establece la obligatoriedad". "Si hay un ámbito donde está muy clara esta medida es en el escolar y el impacto que la pandemia ha tenido en los niños y niñas", ha añadido.

Uso responsable

A pesar de la desaparición de la mascarilla como norma general, el decreto incluye también excepciones donde seguirá siendo obligatoria y también "recomendaciones" a los colectivos que, por considerarse vulnerables, deberían seguir llevándola en los lugares cerrados.

En el capítulo de la recomendación, el Gobierno pide un "uso responsable" de la mascarilla en los espacios cerrados a los mayores de 60 años, personas inmunodeprimidas por enfermedad o con factores de riesgo como el embarazo. 

También, dentro del aula, a los profesores que tengan algún factor de vulnerabilidad y en "eventos multitudinarios y aglomeraciones", incluidos "en el entorno familiar de celebraciones cuando estemos con personas con algún factor de vulnerabilidad", como por, ejemplo, es la edad.

Se mantiene la obligación

En el capítulo de "excepciones" y de lugares donde la mascarilla seguirá siendo obligatoria, los primeros son todos los lugares que tengan consideración de centro, servicio o establecimiento sanitario, lo que incluye, por ejemplo, hospitales, centros de salud, centros de transfusión de sangre o farmacias.

Serán todas las instalaciones que tienen alguna de estas tres consideraciones según el real decreto de 2003 que los definió y donde también figuran como "centros sanitarios" hospitales de salud mental y otros centros de internamiento, clínicas dentales, todo tipo de consultorios, clínicas de reproducción asistida y centros de reconocimiento.

Según esta misma norma, también son "establecimientos sanitarios" los botiquines, las ópticas, las ortopedias y los establecimientos de audioprótesis, de modo que también en ellos seguirá siendo obligatorio el uso de mascarillas.

Según ha explicado Darias, tendrán que llevarla quienes trabajen en ellos o quienes los visiten, pero no quienes permanezcan ingresados, por ejemplo, en un hospital. Los pacientes no tendrán que ponérsela en su habitación.

Algo similar ocurre en la segunda excepción, en las residencias de mayores. Allí, sus trabajadores o quienes vayan de visita sí deberán llevar la mascarilla puesta, pero no quienes vivan en ellas porque se considera que están en su domicilio. 

La tercera excepción son los transportes públicos. La mascarilla seguirá siendo  obligatoria en aviones, trenes, transporte por cable y autobuses y en el interior de los barcos cuando no se pueda mantener una distancia de 1,5 metros. Donde se levanta es en los andenes y en estaciones o accesos para tomar el transporte público.