La crisis energética asfixia la economía: el 40% de las empresas ha subido sus precios de venta en 2022

Cadena de montaje en una empresa de fabricación de automóviles en Galicia.
Cadena de montaje en una empresa de fabricación de automóviles en Galicia.
M. V. RODRÍGUEZ / EP
Cadena de montaje en una empresa de fabricación de automóviles en Galicia.

La crisis energética que azota a Europa en general y España en particular desde hace más de medio año está provocando que cada vez más empresas opten por trasladar el aumento de costes que sufren a sus precios finales. El dato de aumento de la inflación interanual de marzo ya reflejó que los precios de consumo se habían disparado hasta un 9,8% -el máximo desde 1985-, pero sin ahondar en cuántas firmas habían elevado precios.

Ahora, una encuesta realizada por el Banco de España certifica que el 40% de las empresas españolas afirma que ha tenido que subir sus precios de venta en lo que llevamos de año ante el aumento de costes que sufren. La investigación que ha publicado el supervisor bancario refleja la opinión de 5.798 empresas y su trabajo de campo se ejecutó entre el 23 de febrero y el 10 de marzo. Por ello, según explica el organismo en una nota, "las respuestas recogidas podrían haber comenzado a reflejar el impacto sobre las percepciones empresariales de la invasión rusa de Ucrania".

Esas cuatro de cada diez compañías que han subido precios durante este primer trimestre del año suponen un porcentaje 10 puntos superior a las que dijeron haberlo hecho en el cuarto trimestre de 2021. Sin embargo, el porcentaje de firmas que espera subir precios a lo largo de 2022 se mantiene estable en torno al 60%.

En cualquier caso, el documento del Banco de España señala que las subidas de precios finales que están acometiendo las empresas están por debajo de los crecientes costes de producción que afrontan, algo que -para el supervisor- apuntaría a "una compresión de los márgenes empresariales".

Y es que la presión inflacionista que afrontan las compañías es cada vez mayor. No en vano, el 80% de las firmas encuestadas sostiene haber detectado un aumento en los costes de sus consumos intermedios -los bienes y servicios que emplean en su proceso de producción- en lo que llevamos de año. Además, una proporción similar espera nuevas subidas de costes en lo que resta de 2022. 

En concreto -señala el Banco de España- las empresas de menos de 50 trabajadores son quienes declaran estar sufriendo más presiones inflacionistas. Y con ello, mayores incrementos de precios en sus productos.

El peor contexto económico se refleja en los datos de facturación. En el primer trimestre del año, un 25% de las empresas dijo haber registrado menos ventas que en el trimestre anterior. "Las empresas españolas están percibiendo una evolución de su actividad menos dinámica en el primer trimestre, por debajo de lo pronosticado el trimestre anterior", explica el Banco de España.

Preocupan el precio de la energía y la política económica del Gobierno

Entre los factores que más están condicionando su actividad, las empresas señalan en un 79% de los casos el aumento de los costes de la energía, una cifra que, según el estudio, solo recogería parcialmente los incrementos de precios recientes en estos productos. Además, en sectores especialmente dependientes de la electricidad, el gas y los combustibles como son el transporte, la industria o la agricultura, el porcentaje de firmas afectadas se eleva al entorno del 90%.

La otra gran preocupación de las empresas es la incertidumbre sobre la política económica del Gobierno, algo que inquieta al 74% de los encuestados. Para el supervisor bancario, este elevado porcentaje podría estar ligado al alza en los precios de la energía "y a las posibles medidas para mitigar su impacto" que pudiera adoptar el Ejecutivo. Conviene recordar que la encuesta se realizó cuando todavía la Unión Europea no había autorizado la "excepción ibérica" con la que España y Portugal pretenden reducir la factura de la luz.

En otro orden de cosas, la dificultad para obtener suministros y la escasez de mano de obra -otras de las dificultades que han surgido a los empresarios con la pandemia- no han variado sustancialmente desde diciembre del año pasado. Así, algo más de un 30% de encuestados denuncia estar sufriendo problemas para abastecerse, un porcentaje que se dispara especialmente entre la industria manufacturara y el comercio. En lo tocante a los problemas para encontrar trabajadores, una de cada cuatro compañías afirma estar experimentando dificultades, especialmente en la construcción (40%), aunque también en la hostelería, los transportes y la información y las comunicaciones.

Las incertidumbres sobre la pandemia y la evolución de la demanda, dos fuentes tradicionales de inquietud para el tejido empresarial desde la irrupción de la pandemia, han perdido fuerza en los últimos tres meses. No obstante, la incierta evolución del coronavirus sigue condicionando la actividad del 45% de las empresas.

La agudización de las dificultades ha llevado a que cada vez más empresas retrasen su recuperación total del golpe sufrido por el coronavirus a 2023. En concreto, una de cada cuatro firmas cree que tendrá que esperar al menos esa fecha para que su actividad vuelva a ser la misma que antes de la pandemia, mientras que un 18% confía en lograrlo a lo largo del año. Además, otro 19% considera que aún hay demasiada incertidumbre como para establecer una fecha de recuperación, mientras que el 38,1% sostiene haberse recuperado ya. 

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