Sánchez plantea un tope para contener el precio de la luz que triplica el coste normal y Podemos se opone por excesivo

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz.
EFE
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, prepara junto con el Gobierno de Portugal una propuesta para el Consejo Europeo del la semana que viene que consiste en reintroducir el precio máximo para la energía de 180 euros por megavatio/hora que existió hasta 2019, aunque con la diferencia de que entonces nunca se alcanzó y que ahora, con el precio del gas "disparado" y tirando hacia arriba de resto de fuentes de energía, se ve como un mal menor porque parece claro que esta vez sí se llegará a él. Este tope es un precio más de tres veces superior al que se pagaba hace solo un año y el ala del Gobierno de Unidas Podemos lo rechaza porque, aseguran los morados, supondrá "que la factura siga desbocada".

La vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, confirmó este jueves que España está trabajando con Portugal en una propuesta para fijar un precio máximo a la energía en el mercado mayorista de 180 euros por megavatio y hora. Esa referencia, ha dicho en una entrevista en Onda Cero desde Bruselas, "ya existía como límite y nos parecía imposible [alcanzarla] en España y Portugal, hasta que en 2019 se nos prohibió mantener topes". Sin embargo, hoy, con los precios disparados, "es poco discutible que debe ser el tope máximo que debemos aceptar en nuestro mercado", ha añadido.

Esta propuesta forma parte de la ofensiva que está preparando el Gobierno de cara a la cumbre europea de finales de mes, en la que el Ejecutivo busca que la UE adopte una decisión común para limitar los altos precios de la energía. Una manera de hacerlo, que también contempla la Comisión Europea, es fijando un precio máximo. 

Pedro Sánchez visitó este jueves Rumanía y, el viernes, acudirá a Roma para reunirse con los primeros ministros de Italia, Portugal y Grecia, países con cuyo apoyo cuenta a priori España para desvincular el precio de la electricidad en el mercado mayorista del coste del gas. Este viernes por la tarde, Sánchez volará a Berlín para cenar con el canciller alemán, Olaf Scholz, que no ve con tan buenos ojos la propuesta.

En esta búsqueda del consenso en la UE para intentar que, como quiere el Gobierno, Bruselas acceda a que el precio del gas deje de fijar el precio de toda la energía necesaria para producir a diario la electricidad que necesita cada país es donde ha surgido la propuesta conjunta que previsiblemente llevarán España y Portugal al Consejo Europeo de la semana que viene. 

Aunque 180 euros supone rebajar el precio que se paga ahora por la electricidad, en el fondo se trata de una cantidad muy superior a lo que se pagaba apenas hace meses. También a la que se pagaba antes de 2019, cuando la UE prohibió los topes a los precios de la energía. Como ha dicho este jueves Ribera, entonces era "inimaginable" alcanzar los 180 euros. Ahora se da por seguro que sí se hará y que el resto de energías distintas al gas se aproximarán al tope. 

Por lo que respecta a los productores de gas, la propuesta de Madrid y Lisboa contempla compensar a las centrales de ciclo combinado por el coste adicional de producir gas natural, bien a cargo de un fondo europeo o a escala nacional, al coste de aumentar el déficit de tarifa. Como su homólogo portugués, Ribera lo ha defendido este jueves. "Pagar el gas al precio del gas aunque esté por encima de 180 es más barato que pagar toda la electricidad al precio del gas", ha dicho.

Un tope que sí bajaría los actuales precios

En todo caso, si la UE termina dando luz verde a un tope máximo de 180 euros por megavatio y hora -o permite que cada Estado miembro pueda hacerlo si lo desea, como también plantea España-, se fijaría una cantidad que está claramente por debajo de lo que se ha venido pagando en el mercado mayorista en los últimos meses pero que, en realidad, es más de tres veces superior a lo que era habitual antes de que el gas se disparara, algo que ha empeorado desde que empezó la guerra en Ucrania. De momento no hay desabastecimiento en la UE, que sigue comprando gas ruso, pero en el sector se reconoce que hay "miedo", que hace subir los precios.

Por ejemplo, este viernes la luz se cobrará a una media de 232,28 euros el megavatio/hora-, de modo que topar a 180 euros supondría rebajar el precio más de 50 euros. Esta diferencia es todavía mayor -de 364 euros- si nos vamos a uno de los días en los que la luz fue más cara, el 8 de marzo, con una media diaria de 544 euros.

La cosa cambia si vamos un poco más hacia atrás, apenas un año, en una situación que puede considerarse 'normal'. En marzo de 2021 ya se había superado la caída del consumo por la pandemia, que 'tiró' los precios de la energía bien por debajo de los 40 euros y todavía no habían empezado las tensiones de final de año. En ese contexto, por ejemplo, el 3 de marzo de 2021, el coste promedio diario de la luz fue de 54,57 euros por MWh. Es decir, más de tres veces más barato que el precio máximo que ahora proponen España y Portugal como remedio al actual encarecimiento de la energía.

Tal y como ha apuntado Ribera, la cifra de 180 no es nueva, porque ya fue el precio máximo que existió en España y Portugal -que comparten mercado energético- hasta que en 2019 una directiva de la UE lo prohibió y amenazó con sancionar a España si no la trasponía. En su lugar, la ley europea exigía a los Estados miembros que "los precios de la electricidad reflejen la oferta y la demanda reales". 

Sin embargo, la cifra de 180 puede no ser familiar porque en aquellos tiempos nunca se llegó a ella, ya que el mercado de precios de la energía estuvo siempre bien por debajo. "En este momento, cuando se quitó [en 2019] no existía riesgo de que se fuera ahí arriba", apuntan en el sector. "Hasta este año jamás se había alcanzado un precio de 180 ni medianamente parecido", abunda Jorge Morales, experto en regulación eléctrica y director de Próxima Energía, que ha pasado de pagar 50.000 euros semanales para servir a sus clientes, que pagaban 4-5 euros, a 200.000 y hace unos días 400.000 euros, con lo que la factura de sus clientes subió a 20. "En enero de 2021, con Filomena, estaba a 90-100 y estaba todo el mundo escandalizado", recuerda y considera el tope que proponen España y Portugal "positivo pero insuficiente".

Hasta el año pasado y, con excepciones puntuales, el precio "habitual" de la energía era de 40-50 euros el MWh, de modo que 180 está muy por encima. Sin embargo, para Morales es un primer paso para asegurar a distribuidoras y consumidores que la luz no subirá por encima de ese precio. En todo caso, teniendo cuenta el descenso actual -de 544 el 8 de marzo a 234 este jueves-, puede que para el Consejo de Ministros del 29 de marzo la luz esté de nuevo por debajo de 180. Lo que ocurre ahora, apunta Morales, es que estamos en una "situación de máxima incertidumbre" porque "en cualquier momento Rusia puede cortar el gas a Europa y si no existe ese tope, nos podemos acordar mucho de que no existe".

Unidas Podemos, tajante: "No es suficiente"

La propuesta que hizo pública este jueves Ribera no ha gustado a sus socios de coalición. Unidas Podemos ha asegurado que no es ni mucho menos "suficiente" que el precio de la electricidad en el mercado mayorista quede limitado a un máximo de 180 euros el megavatio/hora, en palabras de la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz. Los morados insisten en que la factura debe bajar a niveles previos a la escalada de precios, y además plantean que la UE debe evitar los parches y reformar de raíz el mercado eléctrico europeo para evitar que el precio de la luz generada en centrales de gas determine el de toda la producción, que en su mayor parte se obtiene de fuentes más baratas.

En este sentido, Díaz señaló unas horas después de que Ribera anunciara la iniciativa que aún "no están cerradas las propuestas" que se presentarán para contener la factura de la luz, y además recordó que el Gobierno está "trabajando en una salida común europea". Para conseguir que el recibo baje, insistió la vicepresidenta segunda, "no llega solo con topar los precios, la discusión es cuánto y cómo se paga", y Unidas Podemos aboga por topes mucho más bajos que el de 180 euros planteado por Ribera.

Más taxativo fue el portavoz morado en el Congreso, Pablo Echenique, que recordó que "el coste marginal de producir un MWh de las amortizadísimas centrales nucleares e hidroeléctricas es de alrededor de 40 euros y menos de 10 euros", respectivamente. Por ende, poner un tope de 180 euros sin evitar que el gas siga determinando el precio de toda la electricidad implicaría que las eléctricas pudieran obtener beneficios de entre 140 y 170 euros por megavatio por costes que no han tenido. "Hay que sacar ya el gas del tramposo mercado marginalista para limitar los obscenos beneficios caídos del cielo del oligopolio eléctrico", señaló a este respecto el portavoz de Unidas Podemos.

Echenique, además, recordó la propuesta morada de establecer "un recargo especial en el impuesto de sociedades" que pagan las eléctricas "para ayudar a los consumidores con la recaudación extra". Y denunció que "es insultante que, en 2021, con la factura más cara de la historia, las eléctricas cuadruplicaran sus beneficios y el presidente de Iberdrola —imputado por presuntamente contratar al mafioso Villarejo para extorsionar a sus rivales— ganase más de 35.000 euros cada día".

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