Y al despertar de la pesadilla, ya no éramos los mismos: tiempos de soledad, de pesimismo... y de regreso a la familia

  • ESPECIAL | Dos años de la pandemia que nos cambió vida.
  • Los jóvenes y los ancianos son señalados por los expertos como los grupos sociales que se han llevado la peor parte.
  • ​El uso extensivo de la comunicación digital ha impulsado el teletrabajo, pero también ha generado estrés y hartazgo.
Los cambios que estos dos años han operado en todos nosotros son innegables, la gran duda es si estos será efímeros o se mantendrán.
Los cambios que estos dos años han operado en todos nosotros son innegables, la gran duda es si estos será efímeros o se mantendrán.
Jorge París
Los cambios que estos dos años han operado en todos nosotros son innegables, la gran duda es si estos será efímeros o se mantendrán.

No hemos salido mejores. Esa es quizás la principal conclusión compartida por analistas y el común de los mortales tras dos años padeciendo una pandemia que ha aumentado la desigualdad y ha roto la salud mental de miles de personas, pero también ha profundizado en las nuevas formas de comunicación y en el trabajo a distancia.

Gabriela Olías tiene ahora 23 años. Cuando empezó la pandemia estaba en el tercer año de la carrera de periodismo, el momento en el que los estudios se vuelven más prácticos y los estudiantes comienzan a trabajar como becarios en empresas. La universidad mandó a los alumnos a casa, inicialmente, por un plazo de dos semanas que acabó convirtiéndose en un año y medio de estudios telemáticos.

"Para mí fue horrible el hecho de no ir a clase, era super desmotivador levantarte y ponerte con el monitor a ver la clase, al principio nos alegramos, pero luego se me hizo super duro", declara Olías, que considera que este periodo de anomalía en la universidad ha sido un lastre para su formación y también para sus perspectivas de encontrar un trabajo acorde con sus estudios.

"Independizarme lo veo lejano la verdad porque ahora dicen que está habiendo trabajo, pero no tengo mucha esperanza por las condiciones laborales que se puedan dar, no van a ser suficientes", prevé Olías.

fotografo: Jorge Paris Hernandez [[[PREVISIONES 20M]]] tema: Cambios sociológicos por la pandemia. Gabriela
Gabriela sufrió una gran desmotivación con sus estudios cuando las clases empezaron a ser telemáticas y ha perdido la oportunidad de hacer prácticas en empresa.
Jorge París
"Independizarme lo veo lejano, no tengo mucha esperanza por las condiciones laborales que se puedan dar"

La suya es la situación de toda una generación de jóvenes españoles que, según los expertos consultados, han sido los que han tenido que asumir las consecuencias más duras de la pandemia en lo referente a lo económico, lo psicológico y lo social.

A la interrupción obligada una etapa clave para su socialización se ha sumado un parón en la economía que ha golpeado especialmente a este grupo social, en el que se concentran los trabajadores más pobres.

"Lo que está claro es que la Covid no ha afectado de igual manera a toda la población, ha afectado más a la población más vulnerable y la juventud ya estaba en una situación muy vulnerable", declara Verónica Díaz Moreno, profesora de Sociología de la UNED.

Un 38,5% de jóvenes de entre 25 y 34 años se auto ubicó como pobre en una escala numérica en la encuesta sobre infancia y juventud publicada por el CIS el pasado mes de julio frente a un 18,2% que se situaba en la mitad baja de la misma escala antes de la pandemia.

La consecuencia más inmediata de este agravamiento de la situación precaria de muchos jóvenes españoles será, para Díaz Moreno, el retraso aún mayor de fases vitales como la emancipación o la edad de tener el primer hijo, una de las más altas de la Unión Europea ya antes de la pandemia.

"Económicamente y en temas de igualdad hemos salido bastante peor", apostilla la psicóloga.

"Económicamente y en temas de igualdad hemos salido bastante peor"

Los mayores y el miedo

Si los jóvenes se han llevado las peores consecuencias económicas y laborales de la pandemia, los más mayores son los que han tenido que padecer un mayor estrés y miedo por ser el grupo social más amenazado de muerte por la pandemia desde un inicio. La protección que se ha ejercido sobre ellos ha tenido, en algunas ocasiones, resultados casi tan funestos como la propia Covid-19.

Para Mateo Fernández, de 83 años, el confinamiento no fue una etapa especialmente traumática en lo personal. Lo pasó junto a su mujer, que estaba teletrabajando. "Estoy más solo en casa ahora que en el tiempo de confinamiento", declara. Todos los días bajaba al quiosco a comprar el periódico y recuerda haberse cruzado un día con otro anciano que estaba parado en la acera.

"Me acerqué, la gente mayor estamos deseando hablar y enseguida enganchamos algo de conversación, así que le pregunté si necesitaba alguna cosa y me contó que la pandemia le estaba haciendo polvo porque su mujer tuvo un ictus y estaba en la residencia y él solo en casa se apañaba fatal, tenía el hombre síntomas de una depresión", recuerda este profesor jubilado.

Después del confinamiento, Fernández retomó su actividad como miembro de la ejectuvia del centro de mayores de su barrio, un punto de encuentro para muchos ancianos que viven solos y que cerró sus puertas durante meses, agravando la situación de muchos de ellos.

"La gente echaba mucho de menos el centro de mayores porque es un sitio al que acuden para no estar solos y les sirve mucho porque hay muchos talleres tanto de tipo intelectual como manual", explica Fernández. "Ya, como estamos saliendo, el sentimiento va cambiando, pero algunas personas han pasado bastante miedo, no se atrevían ni a a ver sus nietos y esa sensación de soledad genera una cierta depresión".

fotografo: Jose Gonzalez [[[PREVISIONES 20M]]] tema: Testimonio Mateo. Cambios sociológicos en pandemia.
Mateo forma parte de la junta directiva de un centro de mayores y asegura que muchas personas de su generación están cayendo en la depresión por la pandemia.
 José González
"Ya, como estamos saliendo, el sentimiento va cambiando, pero algunas personas han pasado bastante miedo"

Este aumento de la soledad no deseada ha tenido su reflejo en otro incremento: el de la demanda de terapia psicológica para personas mayores, que han sido el grupo que en mayor medida han empezado a solicitar estos servicios junto con los adolescentes y las personas jóvenes.

"Se ha notado de una manera considerable el número de personas de edad avanzada que o bien lo piden ellos o bien los hijos cuando ven cómo están cayendo en estados de tristeza que es sobrevenida que no era propia antes", declara Rosana Pereira, directora de Haztúa Psicología Positiva. "Ha sido un punto de inflexión, como un golpe que nos noquea y nos cuesta luego salir adelante y, a veces, ese golpe me trae la conciencia de que había mucho más detrás que nunca había puesto sobre la mesa".

El teletrabajo y las redes sociales

Con el coronavirus llegaron las restricciones, las más duras y las que más impacto han tenido, las relacionadas con la movilidad y el distanciamiento social. Durante los más de dos meses de confinamiento estricto, tuvimos que hacer un uso hasta antes nunca visto de herramientas de comunicación digital y de redes sociales. Parte de ese uso extensivo, probablemente, haya llegado para quedarse.

"Se han reforzado muchísimo y se han revalorizado porque nos han ayudado muchísimo a sobrevivir estas épocas", declara Inés Alberdi, catedrática de Sociología de la Universidad Complutense, en relación al uso de herramientas que se volvieron tan populares durante el confinamiento como Zoom o Skype, así como el uso aún más intensivo de Instagram o Whatsapp.

"Por ejemplo, para el tema del trabajo se han revalorizado muchísimo las nuevas tecnologías, se ha aprendido a trabajar a distancia y, yo creo”- opina la socióloga- "que si se usara bien, para gastar menos, usar menos tiempo de oficina y dejando que unos días o unas horas la gente pueda teletrabajar, eso facilitaría también la vida familiar".

fotografo: Jorge Paris Hernandez [[[PREVISIONES 20M]]] tema: Testimonio Inés. Cambios sociológicos en pandemia
Gracias al teletrabajo, Inés ha podido pasar un valioso tiempo junto a sus dos hijos adolescentes y, ahora que ha regresado a la oficina, trata de pasar más tiempo con ellos.
Jorge París
"El teletrabajo me hizo darme cuenta de que vivía en piloto automático, de manera muy rutinaria: trabajas, haces la compra, las duchas de los niños, la cena…"

Para Inés Valera, una trabajadora de una aseguradora de 41 años y madre de dos hijos de 13 y 15, el teletrabajo era algo "que se veía lejos" antes del confinamiento. De los meses encerrada en casa teletrabajando, destaca el "valioso tiempo" que pudo pasar con sus hijos y también el haberse dado cuenta de que algo en su vida no iba bien.

"El teletrabajo me hizo darme cuenta de que vivía en piloto automático, de manera muy rutinaria: trabajas, haces la compra, las duchas de los niños, la cena…", describe Valera. "Estando en casa con los niños, me di cuenta de que no estaba invirtiendo el tiempo de calidad con ellos que debía y me ayudó a valorarlo más. Ahora que he vuelto a la oficina, intento aprovechar más mi tiempo de ocio y estar más con ellos. Mi relación con mis hijos se ha hecho más fuerte".

La sobreexposición en redes sociales y el uso constante de dispositivos electrónicos ha terminado por sobrepasar a algunas personas, que, frente a la corriente mayoritaria de usar cada vez más el teléfono, han optado por un apagón digital tras el confinamiento.

"Antes de la pandemia me relacionaba mucho con redes sociales el tema es que en el confinamiento me rallé un poco de tanto usarlas, me dio ansiedad y me quede depre", declara Tomás Pérez, un consultor tecnológico de 26 años. "Me quité todas las redes sociales y ahora sigo sin redes sociales ni nada y, bajo mi punto de vista, tengo una relación más sana con mis amigos y mi entorno social".

Para él la pandemia ha sido un periodo ideal para reflexionar, aunque admite que no ha cambiado "demasiado" tras estos dos años. "El aprender a estar uno consigo mismo es algo positivo que me llevo de la pandemia", declara Pérez, que también saca un balance positivo en lo familiar de este tiempo: "De las pocas cosas buenas que voy a recordar del confinamiento es que pude pasar mucho tiempo con mi familia".

fotografo: Jorge Paris Hernandez [[[PREVISIONES 20M]]] tema: Testimonio Tomás. Cambios sociológicos por la pandemia
Tomás decidió abandonar todas las redes sociales durante el confinamiento, cuando se sintió agobiado por el uso intensivo que se hizo de ellas en ese periodo.
Jorge París
"De las pocas cosas buenas que voy a recordar del confinamiento es que pude pasar mucho tiempo con mi familia"

Probablemente, la familia, con todos los nuevos significados que ha ido adoptando en los últimos años, sea la institución que ha salido más reforzada de la pandemia.

"Los núcleos familiares son más reducidos de lo que eran tradicionalmente, pero con la pandemia se ha visto que es una institución importante", declara la socióloga Inés Alberdi. “La mayoría de las encuestas reflejaban que cuando le preguntabas a la gente qué es lo que había sido más duro de vivir, sobre todo en el confinamiento, respondían: 'No ver a mis seres queridos'. Lo que ves con esa contestación es que la familia es una red muy grande, una familia amplia con la que se tienen muchísimas relaciones".

Los cambios que estos dos años han operado en todos nosotros son innegables, la gran duda es si estos será efímeros e irán desapareciendo a medida que vayamos recuperando plenamente la normalidad o bien se mantendrán, marcando para siempre a todas las generaciones que hemos vivido este periodo.

"Que vayan a tardar mucho o poco en desaparecer esos cambios o que se hayan quedado para siempre... Yo confío en que no", declara la psicóloga Rosana Pereira. "Son miles de años de comportarnos de una determinada manera como seres sociales para que, en dos años, por grave que haya sido el impacto, se vaya a perder la relación piel con piel, el contacto personal y físico, en eso, poco a poco, iremos volviendo a la normalidad". 

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