Las mascarillas, una "barrera" para el aprendizaje: "A los niños de la pandemia les está costando más empezar a hablar"

Una niña muestra una mascarilla infantil mientras sale a la calle en el primer día de relajamiento de las medidas de confinamiento marcadas por el Gobierno de España durante el Estado de Alarma ocasionado por la Pandemia Covid-19 en Abril 26, 2020 en Pamplona, Navarra, España CORONAVIRUS;PANDEMIA;INFANCIA;NIÑO;MASCARILLA; 26/4/2020
Una niña muestra una mascarilla infantil.
Eduardo Sanz / Europa Press
Una niña muestra una mascarilla infantil mientras sale a la calle en el primer día de relajamiento de las medidas de confinamiento marcadas por el Gobierno de España durante el Estado de Alarma ocasionado por la Pandemia Covid-19 en Abril 26, 2020 en Pamplona, Navarra, España CORONAVIRUS;PANDEMIA;INFANCIA;NIÑO;MASCARILLA; 26/4/2020

La comunicación no verbal es la forma más antigua de comunicación de los seres humanos. Antes incluso de que aprendiéramos a expresarnos con palabras, la expresión corporal era la principal herramienta para trasladar una emoción, una orden o una advertencia. Fue, de hecho, un proceso cognitivo crucial sin el cual no hubiera sido posible el paso hacia el lenguaje verbal. Ahora, tras dos años de pandemia en los que las mascarillas han pasado a ser el principal complemento facial, están saliendo a relucir los efectos que está provocando en el aprendizaje de los más pequeños el hecho de interactuar con media cara cubierta. 

Ya desde su nacimiento, un niño empieza a imitar las acciones, los gestos e incluso las emociones que ve en los demás, mediante las bautizadas como neuronas espejo por su descubridor, el neurobiólogo italiano Giacomo Rizzolati, en 1996. Lo que se está viendo en estos dos últimos años es que la mascarilla supone un obstáculo en ese canal que se extiende entre dos personas, en este caso entre un niño y un adulto, lo que a su vez implica el riesgo de retrasar el aprendizaje o el desarrollo del lenguaje en una edad clave. 

"Vemos que a los niños de la pandemia, los que ahora tienen dos o tres años, les está costando más empezar a hablar y, si antes el desarrollo del lenguaje ya estaba consolidado a los dos años, ahora vemos que se está retrasando a los tres", explica a 20minutos, Sylvie Pérez, profesora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). 

Sin embargo, Pérez insiste en no atribuirlo todo únicamente a la pandemia, pues es una tendencia que los profesionales ya venían percibiendo desde antes de la crisis sanitaria. "Ya lo empezamos a ver porque se habla poco con los niños, hay mucha comunicación con pantallas y con imágenes, etc. Y yo creo que un trabajo que podríamos haber hecho precisamente, porque ya lo intuíamos, se nos ha roto", afirma la psicopedagoga y también profesora en un colegio. 

Las expresiones perdidas

Alegría, sorpresa, tristeza, enfado, miedo... Hay más de cuarenta músculos en la cara que estimulan los gestos faciales. Expresiones que, ahora, quedan escondidas y se pierden en muchas ocasiones detrás de una mascarilla. "Impide que el niño vea la boca de la otra persona. Aunque ellos no la lleven, porque si son menores de seis años no es necesario, les falta el modelaje del adulto.  Lo normal es que ellos copien el movimiento de los labios o de la lengua al hablar, y ahora todo eso no lo ven. Entonces, copian las palabras de lo que oyen, pero no de lo que ven", explica Pérez.

Además, hay que tener en cuenta que los niños más pequeños solo han visto a la mayoría de adultos con mascarilla y no tienen recuerdo de otro contexto diferente. "A todas las figuras adultas de referencia que no son los padres les han visto con mascarilla. Yo he visto cómo incluso ya dibujan a la gente con mascarilla o que, al poner una película en clase, te dicen asombrados que es algo antiguo", relata Pérez. 

"A todas las figuras adultas de referencia que no son los padres les han visto con mascarilla"

Esto, al final, dificulta también la labor de los propios docentes, que se las apañan para ir adoptando estrategias que reduzcan ese efecto. "No ven la expresividad de tu cara, no te escuchan igual de bien y no pueden leerte los labios para aprender. Si estás enfadada o si estás contenta, no lo notan igual. Cuando lloran y acudes a ellos solo ven los ojos. Para contar cuentos, por ejemplo, muchas veces nos ponemos una pantalla transparente y nos quitamos la mascarilla, porque si no, no te entienden igual", relata a 20minutos Cristina Tierra, profesora de Educación Infantil en un colegio madrileño. 

"Los profesores también hemos aprendido estrategias, como vocalizar más, hablar más despacio, movernos, coger cosas o usar soportes visuales. Yo creo que al principio les costaba más entendernos", señala Pérez, asegurando que los pequeños se están empezando a adaptar. 

Un problema reversible

Ahora bien, no se trata de algo permanente ni irreversible. "Es recuperable, tiene solución, pero hay que ser conscientes de ello", asevera la psicopedagoga Sylvie Pérez. 

"Sí que es verdad que es algo que perjudica sobre todo a los que ya tienen un problema previo de aprendizaje, pero tampoco tiene que llegar el mensaje de que las mascarillas son malas o que es una generación perdida, pues eso no es verdad", sostiene Quique Bassat, epidemiólogo y coordinador del grupo de trabajo de Reapertura de la Escolarización de la Asociación Española de Pediatría (AEP). El pediatra reconoce que, especialmente para los niños más pequeños, ha supuesto "una barrera adicional" que "no les ha ayudado en nada", por lo que defiende que retirar la mascarilla "progresivamente" ayudará a que recuperen la normalidad.

"Es recuperable, tiene solución, pero hay que ser conscientes de ello"

Bassat aboga por quitar las mascarillas también en el interior de las aulas, ahora que la situación pandémica dista mucho de la de los primeros meses. Además, asegura que el caso de las escuelas puede monitorizarse y usarse como "punto de partida" para llevar a cabo una "estrategia escalonada" mediante la cual ir quitando "poco a poco" las mascarillas. 

Un escudo para la falta de autoestima de los adolescentes

No hay que dejar de lado también los efectos que el uso de las mascarillas puedan estar teniendo en los niños de mayor edad. "Estamos viendo que, ahora que se pueden quitar las mascarillas en el patio, hay muchos niños que no se la quitan. En cuanto hacemos alguna actividad física, o de teatro, o en definitiva una actividad al aire libre en la que se podían sacar las mascarillas, hay muchos alumnos que no se la retiran", afirma la profesora Sylvie Pérez. 

Según cuenta, muchos niños, y sobre todo adolescentes con más dificultades sociales o con tendencia a autoaislarse, han acudido a las mascarillas como herramienta de protección ante cualquier inseguridad. "Es un poco como los chavales que van con capucha siempre o con una gorra. La mascarilla no ha dejado de ser una barrera de relación con el entorno que les ha ido bien", subraya. 

Pese a que es un efecto que, igual, no está acaparando gran atención, Pérez insiste en que hay que tenerlo en cuento para que los psicopedagogos y los docentes puedan ir trabajando en reforzar ámbitos como la aceptación de la propia imagen. "Es un asunto de autoestima y de que te da una sensación de protección; pero no de la salud (que también hay quienes han sido muy conscientes en este aspecto por haber padecido situaciones duras en su entorno) sino de refugio a la hora de relacionarse con los demás", concluye. 

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