La subida récord del IPC eleva la presión para negociar subidas de los sueldos y el aumento del salario mínimo

  • Los sindicatos exigen abrir ya esas conversaciones y advierten de que no hacerlo podría incrementar la "conflictividad".
  • La CEOE no está por la labor y pide "en la medida de lo posible" que se traslade el aumento de costes "a precios y salarios".
  • Trabajo mantiene sus planes de cerrar un aumento del salario mínimo en enero, mientras Calviño no se pronuncia.
La ministra Yolanda Díaz conversa con Unai Sordo (CCOO) y Pepe Álvarez (UGT).
La ministra Yolanda Díaz conversa con Unai Sordo (CCOO) y Pepe Álvarez (UGT).
EFE
La ministra Yolanda Díaz conversa con Unai Sordo (CCOO) y Pepe Álvarez (UGT).

La importante subida del IPC, que cerró el año 2021 en máximos no registrados desde hace 30 años, aumenta la presión sobre dos negociaciones: la relativa a la subida del salario mínimo, que el Ministerio de Trabajo se ha comprometido a cerrar antes de terminar enero, y la que reclaman abrir los sindicatos con la patronal para elevar los sueldos sujetos a convenio. Este viernes, las centrales sindicales han exigido que estos últimos crezcan más de lo previsto debido a la elevada inflación, y además presionan para que el Gobierno y los empresarios se sienten ya a negociar un nuevo incremento del salario mínimo hasta el entorno de los 1.000 euros al mes en 14 pagas, tal y como se comprometió Trabajo a hacer a finales del año pasado.

Este viernes se dio a conocer que el IPC acabó el año pasado en un 6,5%, una cifra excepcionalmente alta para lo que venía siendo habitual en las últimas décadas. Hasta ahora, ese alza de precios registrada en los últimos meses se debía, fundamentalmente, al aumento del coste de la electricidad y los carburantes. Pero el aumento ya ha comenzado a trasladarse a otros productos básicos de la cesta de la compra: según las cifras del Instituto Nacional de Estadística, alimentos y bebidas no alcohólicas fueron en diciembre del año pasado un 5% más caros que en el mismo mes de 2020, el mayor porcentaje de crecimiento interanual desde septiembre de 2008.

Tras conocerse esta nueva cifra al alza de los precios, los sindicatos mayoritarios coincidieron en reclamar que se abran ya conversaciones con la CEOE para un nuevo Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva, un texto en el que CCOO y UGT aspiran a lograr subidas salariales que compensen, siquiera parcialmente, el aumento de los precios en el último año. "El desfase entre la subida del IPC, del 3,1% interanual, y la subida salarial pactada en los convenios, del 1,5%, debe corregirse en la negociación colectiva", exigió este viernes CCOO.

En un comunicado, el principal sindicato de España sostuvo que "lo que ha sucedido no estaba contemplado en ninguna previsión" y, por tanto, las moderadas subidas salariales que se han acometido para este año no sirven. Según los datos de CCOO, los incrementos salariales pactados en convenio durante el pasado año -aplicables a 7,7 millones de los más de 20 millones de trabajadores españoles- se situaron de media en el 1,47 %, más de punto y medio por debajo del crecimiento de la inflación en 2021. El 16% de los empleados en compañías y sectores en los que se negoció un nuevo convenio no tendrán ninguna subida, el 15% disfrutarán de un incremento inferior al 1%, el 46% se beneficiará de un aumento de entre el 1% y el 2%, y el 17% verán crecer su sueldo entre el 2% y el 3%.

Eso significa que apenas "el 6% de los trabajadores con convenio en vigor tiene una subida pactada por encima del 3%", concluye CCOO, lo cual implica que "la inmensa mayoría de los asalariados cubiertos por convenios colectivos perderá poder adquisitivo" en 2022 si las empresas no cambian de planes. Por ello, el sindicato exigió a la CEOE sentarse a negociar "cuanto antes" mayores subidas para que el alza de los precios "no recaiga sobre las espaldas de los trabajadores", mientras la UGT dejó caer que no firmar un acuerdo en este sentido podría incrementar "la conflictividad en las empresas".

No obstante, la patronal no parece por la labor de asumir estas demandas. Este viernes, la CEOE insistió en que la subida de los precios es "puntual" y está muy condicionada por el aumento del coste de la electricidad y los combustibles, y pidió evitar "en la medida de lo posible" que se traslade ese aumento "a precios finales y salarios". La organización empresarial, además, sostuvo que algunos sectores han sufrido "una reducción significativa de los márgenes" de beneficio al no haber subido los precios de sus productos y servicios pese al aumento de los costes de producción.

El salario mínimo, la siguiente negociación

Donde la CEOE sí parece que tendrá que sentarse a corto plazo es en la mesa de diálogo social para acordar una nueva subida del salario mínimo. Pese a haber transcurrido ya la mitad de enero, el Ministerio de Trabajo mantiene su previsión de que el aumento de este indicador quede aprobado antes de fin de mes. Pero la patronal ya se opuso a apoyar una subida del salario mínimo de apenas 15 euros el pasado septiembre, y parece complicado que dé su beneplácito a un aumento hasta el entorno de los 1.000 euros al mes, desde los 965 euros mensuales en los que está el indicador ahora mismo. 

En este sentido, UGT urgió este viernes al Gobierno a convocar "inmediatamente" la mesa, si bien Trabajo aún no ofrece detalles sobre cuándo tendrán lugar las primeras reuniones. El Ministerio que lidera Yolanda Díaz, eso sí, insiste en que la subida del salario mínimo tomará como referencia el informe del comité de expertos seleccionado por el propio Ejecutivo el año pasado, que trazaba una senda por la que, en 2022, el indicador alcanzaría los 996 euros al mes. Ese aumento supondría un crecimiento del salario mínimo en 2022 del 3,2%, lo que supondría garantizar el poder adquisitivo de sus perceptores tras la subida del 3,1% del IPC el año pasado.

La cuestión, sin embargo, amenaza con abrir una nueva grieta en el Gobierno. La vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño, se mostró ya muy reacia a aprobar la subida del salario mínimo de hace unos meses, y el frenazo del crecimiento económico de España que pronostican instituciones como el FMI o la Comisión Europea no es el mejor contexto para que Calviño se muestre proclive a otra subida apenas unos meses después de la que situó el salario mínimo en 965 euros. La vicepresidenta no se ha pronunciado aún sobre esta cuestión, pero el pasado diciembre llamó a moderar las subidas salariales para evitar que tuvieran "un impacto negativo sobre el crecimiento".

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