La OCDE elogia la coordinación entre Sanidad y CC AA frente a los recelos que lastran la vacunación en otros países

Largas colas para la vacunación sin cita horas antes de la entrada en vigor del pasaporte covid
Largas colas en Valencia para la vacunación sin cita horas antes de la entrada en vigor del pasaporte Covid.
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Largas colas para la vacunación sin cita horas antes de la entrada en vigor del pasaporte covid

Se han peleado en privado y, sobre todo, en público, ha habido acusaciones de no enviar dosis suficientes o de frenar la administración de una determinada vacuna por causas injustificadas... pero a pesar de todas las controversias entre Ministerio de Sanidad y comunidades, su coordinación –con su centro en el Consejo Interterritorial de Sanidad– para crear la estrategia nacional de vacunación y garantizar que las dosis llegan a cada punto de vacunación es un elemento más que explica la alta cobertura de vacunación en España, según un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que vincula el nivel de confianza en los políticos a la tasa de vacunación.

Los analistas de la OCDE citan la organización institucional en España en un reciente informe sobre el "papel de los gobiernos" en conseguir que los ciudadanos se vacunen contra la Covid. Actualmente lo está el 66% de la población de la UE, un porcentaje muy elevado comparado con otras regiones del mundo pero que en países como Bulgaria o Eslovaquia solo llega al 25 y al 46% respectivamente. Ante este fenómeno, la OCDE analiza el papel de los gobiernos para hacer que sus ciudadanos se vacunen y, a su juicio, su capacidad para trasladarles que son "competentes" para organizar el proceso de vacunación y de hacerlo de una manera "justa" son cuestiones claves a las que España ha logrado responder.

Así aparece en dos documentos de la OCDE, un informe de hace unos meses y una nota sobre "la dimensión espacial de la confianza en los gobiernos y vacunaciones" elaborada para la reunión de comité de desarrollo regional del mes pasado, que destaca el entramado institucional entre Gobierno central y comunidades para promover la idea de "competencia" a la hora de suministrar las vacunas. "Los gobiernos tienen que demostrar su capacidad para procurar el suministro y diseñar y aplicar campañas efectivas de vacunación", dice, para a renglón seguido poner como ejemplo "la estrategia nacional de vacunación diseñada por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, un cuerpo colegiado en el que participa el Ministerio de Sanidad y los consejeros de Sanidad de las comunidades autónomas y ciudades".

Rango del porcentaje de población con pauta completa en países de la OCDE. En segundo lugar por la izquierda está España.
Rango del porcentaje de población con pauta completa en países de la OCDE. En segundo lugar por la izquierda está España.
OCDE

La OCDE afirma que otro factor que genera confianza es que la ciudadanía perciba que se administra de forma "justa", en un proceso "en fases" empezando por los más mayores, vulnerables, sanitarios de primera línea y enfermos, como también se ha en España, incluso para la tercera dosis. "Estratificando a la población, los gobiernos deben asegurar que manejan las expectativas públicas y explicar no sólo por qué es justo pero también por qué priorizando a determinados grupos de población es eficiente y esencial para controlar la fase más aguda de la pandemia", indica el documento.

Desconfianza creciente

Estos factores forman parte del índice de la OCDE sobre confianza de los ciudadanos en su gobiernos, que considera clave de por qué la vacunación progresa en unos países y se queda rezagada en otros. Es lo que llama la "geografía del descontento" que hace que, por ejemplo, en España tenga pauta completa el 79% de la población, el 81,9% en Portugal o el 82% en Dinamarca, mientras que la cobertura en Bulgaria es del 26%, del 55,3% en Eslovenia o del 46,6% en Eslovaquia.

"En muchos países se observan niveles crecientes de desconfianza en la capacidad de su gobierno para gestionar la crisis y poner en pie políticas coherentes", dice la OCDE, que señala que el problema "se extiende a la aceptación de la vacuna".  

Así pues, una vez que la comunidad científica ha hecho su parte para crear vacunas seguras y efectivas y que esta información llega a los ciudadanos libre de la "manipulación de datos" y de las "teorías científicas no probadas" que ha traído consigo la "infodemia" –el exceso de información sobre la pandemia–, la OCDE considera que el papel de los políticos y la percepción que de él tienen los ciudadanos es otro factor clave para que estos vayan o no a vacunarse. "La confianza en las vacunas debe complementarse con la confianza en las instituciones responsables de la vacunación", dice en su informe, que precisa que esta confianza deben entenderse "como la creencia por parte de una persona de que otra persona o institución actuará de acuerdo a las expectativas que se tienen de que haya un comportamiento positivo". 

El verde más claro corresponde a los países con menor cobertura de vacunación y el más oscuro, a los de mayor.
El verde más claro corresponde a los países con menor cobertura de vacunación y el más oscuro, a los de mayor.
ECDC

Por ejemplo, alerta de que "un cuarto de la población en Francia, Alemania o Estados Unidos rechaza la vacuna", en una "elevada proporción" entre los grupos de edad más jóvenes. "Más del 50% de franceses de 25 a 34 años y un tercio de los holandeses de esa edad dicen que probablemente o definitivamente no se vacunarán". En España también se aprecia un descenso de la tasa de vacunación estas edades, pero más leve: el 77,7% de los ciudadanos de 30 a 39 años y el 79,4% de entre 20 y 29 tiene pauta completa.

Problemas con AstraZeneca

Si la imagen de que los políticos son capaces de organizar la vacunación de forma efectiva y justa contribuye a aumentar la cobertura, la OCDE señala dos elementos que actúan en el sentido opuesto, uno sobre el secretismo de los contratos que se firmaron con las farmacéuticas y otro acerca de las "controversias" que rodearon a la vacunas de AstraZeneca.

En este sentido, recuerda las alarmas que saltaron en la primavera de este año por los casos de extrañas trombosis que se asociaron a las vacunas de AstraZeneca y que provocaron que, en cuestión de semanas, la UE suspendiera su administración hasta que la Agencia Europea del Medicamento (EMA) estableció un vínculo entre el suero y esos trombos, lo que llevó a países como España a acotar su uso a la población de 60 a 69 años.

Los cambios de criterio y las distintas decisiones que se tomaron en la UE sobre AstraZeneca contribuyeron a una "confusión y dudas entre la población" que, según la OCDE, todavía continúa. En España, las "discrepancias" en torno a la vacuna de la Universidad de Oxford han sido la única vez en que la población receló de forma clara de una vacuna, con cancelaciones de citas en aquellos días, explica el informe.

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