Ciudadanos europeos aportan sus ideas para luchar contra el cambio climático

Imagen de una jornada de la Conferencia sobre el Futuro de Europa celebrada este 21 de noviembre.
Imagen de una jornada de la Conferencia sobre el Futuro de Europa celebrada este 21 de noviembre.
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Imagen de una jornada de la Conferencia sobre el Futuro de Europa celebrada este 21 de noviembre.

La contaminación, la deforestación, la sobreexplotación de los recursos o el difícil acceso a una movilidad más limpia o la falta de transporte público en zonas rurales son algunos de los problemas para los que 200 ciudadanos europeos buscan soluciones este fin de semana durante la Conferencia sobre el Futuro de Europa.

Este sábado y domingo se celebra de forma telemática la tercera ronda de paneles ciudadanos de esta Conferencia, organizada por las instituciones comunitarias para recabar directamente la opinión de ciudadanos de a pie sobre distintos temas, en esta ocasión, el cambio climático y el medio ambiente.

En el grupo de Pablo Javier Sánchez, estudiante de Derecho de 19 años, el debate gira sobre la contaminación, cómo reducir el uso de plásticos, malgastar menos vidrio o reducir las emisiones en los transportes, y sobre el coste que implican las medidas para conseguirlo.

"Está el tema de los coches eléctricos, pero ahí entramos en diferencias de precios abismales. No todo el mundo se puede permitir coches eléctricos, cuestan muy caros", dice en conversación telefónica este gaditano, que cree que "todavía falta mucho por hacer" para lograr una movilidad "cien por cien no contaminante".

Entre las propuestas esbozadas por los ciudadanos que participan en el debate, figuran las ayudas para la adquisición de este tipo de vehículos o la firma de acuerdos con empresas para que los comercialicen a precios asequibles.

A juicio de Sánchez, en materia de contaminación lo primordial sería acabar con el uso de plásticos. La Unión Europea, dice, podría jugar un papel en este capítulo, así como para aumentar la persecución jurídica de los delitos ligados a la deforestación o el tráfico de animales.

La reducción de embalajes, de plástico y papel, así como su reciclaje son algunas de las soluciones planteadas por los europeos para reducir el exceso de producción y la sobreexplotación de los recursos naturales, uno de los problemas abordados por el grupo en que ha participado la leonesa Eva del Amo.

Ella apuesta por legislaciones que eviten el desperdicio de alimentos, por el uso de electrodomésticos energéticamente eficientes y por utilizar las políticas de impuestos para penalizar a las empresas que no reciclen ni reutilicen.

La UE, opina, debería "fomentar la producción europea" y asegurar que quienes quieran vender en Europa se atengan a las legislaciones medioambientales comunitarias. "Tendríamos que darle mucho más poder (a la UE) y acortar las burocracias", dice por teléfono Del Amo, desempleada de 62 años.

Residente en la localidad tarraconense de Roda de Bara, echa en falta subvenciones para instalar placas solares que permitan aprovechar la climatología de la zona y explica tuvo que comprar un coche híbrido de batería, y no enchufable, porque en el pueblo no hay dónde enchufarlo. La conexión a internet, añade, también falla a menudo.

Y es que las diferencias entre las zonas urbanas y las rurales, y las dificultades que encuentran estas últimas, son un denominador común en los países europeos, como ha constatado Juan Ramón García, fotógrafo de 61 años.

"En las zonas rurales el transporte público está poco desarrollado, es poco competitivo y no es atractivo para lo usuarios, con lo cual se prima utilizar el coche privado, lo que conlleva que hay una fila de coches por la mañana con una sola persona", explica García, que reside en Toledo.

A la hora de buscar soluciones, añade, intentan "no hacer utopías", sino proponer alternativas realistas. "A mi me gustaría tener más transporte público, pero eso implica un coste y no sé si hay recursos", indica, subrayando que los participantes no son políticos de profesión.

En todo caso, como sus dos compañeros, considera que estos debates son una experiencia positiva y enriquecedora y confía en que tengan algún impacto en las políticas de la UE. "Mi grano no hace granero, pero algo ayuda, aunque sea una milésima", resume Del Amo.

Las ideas de los participantes serán recogidas en sendos documentos que se debatirán en pleno en enero y diciembre.

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