Si usted tiene que ir al médico en un comunidad distinta a la suya, tendrá que contarle lo más detalladamente posible al doctor cuáles son sus antecedentes médicos para que pueda atenderle de la forma más adecuada. Eso, si no es algo más grave y se ve obligado a acudir de urgencias e inconsciente a un hospital, en cuyo caso sus familiares o amigos serán casi la única fuente de información para que los médicos aborden el problema y sepan, por ejemplo, si es usted alérgico a algún medicamento.
Para terminar con estas situaciones, el Ministerio de Sanidad y las comunidades activarán en los próximos meses un plan para digitalizar y hacer interoperables los historiales clínicos de los pacientes, de manera que si tienen que ir al médico en otra autonomía, este pueda acceder a ella desde su ordenador O, al menos, a la información más relevante sobre su estado de salud.
El plan para digitalizar las historias y hacerlas accesibles en cualquier comunidad figura dentro del llamado "Data Lake sanitario", una de las inversiones planteadas en el capítulo para Sanidad del Plan Nacional de Recuperación, que en conjunto está dotado con 100 millones de euros. El resultado final debería ser algo similar a lo que ocurre ya en el ámbito farmacéutico, donde un ciudadano de una determinada autonomía puede retirar sus medicamentos en farmacias de una comunidad diferente.
La llave de la puerta del laberinto
También permitirá empezar a poner fin al "laberinto" que describe la doctora Laura Carbajo, que trabaja en un centro de salud en Andalucía y es miembro de la junta permanente de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC). "A día de hoy existe, en teoría, esa interoperabilidad, pero es como cuando uno tiene una puerta por la que tiene que atravesar un gran laberinto. La puerta está, pero hasta llegar a la llave, cuesta", describe gráficamente.
Las comunidades comparten un sistema similar que Carbajo califica de "muy complejo" y que permite que los médicos puedan ver en su ordenador información sobre antecedentes médicos, alergias o tratamientos o e intervenciones previas de un paciente que reside en otra comunidad, pero solo al final de un proceso que empieza por solicitar y obtener un "certificado de profesionalidad" ante el servicio sanitario de la comunidad donde ejerza.
Se tiene que pedir "proactivamente" y las unidades de personal deben darle de alta, en un trámite que lleva su tiempo y exige el desplazamiento del profesional para hacerlo. Además, Carbajo afirma que muchos profesionales desconocen este paso previo y, en todo caso, si no se ha hecho antes, no se podrán solucionar las dudas sobre la historia del paciente cuando acuda a la consulta o a un servicio de urgencias.
"En la práctica, si no sabes que eso funciona así, llega un paciente de otra comunidad o del extranjero y no tienes acceso", dice la doctora Carbajo. Los médicos pueden expedir una receta para que un paciente de otra comunidad compre su medicamento al salir de la consulta, pero sin ver su historia, salvo que se haya hecho todo ese proceso previo.
Según la experiencia que relata la doctora Silvia Durán, coordinadora de la Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (AMYTS), "una persona que entra en un centro de salud tiene de inicio una historia que está blanca, sin empezar". "Hay que esperar bastante ahora mismo para que la historia informativa de otra comunidad pase a otra y muchas veces nunca llega", dice y lamenta el inconveniente que supone algo así. Si es en una consulta normal, porque con tres minutos para atender a cada paciente "no hay tiempo" para que este haga una exposición detallada de sus dolencias. Y porque "si la persona viene en una situación de urgencia vital, en shock o inconsciente, es imposible saber la historia y hay que hablar con la familia", relata.
Proyecto piloto
Lo que se busca ahora es que los doctores tengan acceso a las historias médicas desde su ordenador. La puerta han empezado a abrirla Castilla-La Mancha y Canarias, que participan en un proyecto piloto de la UE, también con fondos europeos, por el que en abril firmaron un convenio para aplicar una nueva tecnología que permita que un médico canario conozca el historial de un paciente castellanomanchego y a la inversa, sin tener que enviarla por mensajería o conocerla por teléfono, prácticas corrientes ahora.
Castilla-La Mancha, de hecho, ha intentado unir a la Comunidad de Madrid, limítrofe y con una población muy superior de y ello hablaron hace meses los presidentes, Emiliano García Page e Isabel Díaz Ayuso, sin que haya habido avances de momento.
Ahora, el planteamiento de Sanidad es más amplio y uno de los proyectos 'no Covid' de la ministra, Carolina Darias, de ahora en adelante, es el de utilizar parte del fondo de recuperación de la UE para hacer interoperables los sistemas informáticos de los sistemas autonómicos de salud para que sea posible un acceso a las historias clínicas desde cualquier punto.
"Es una cuestión absolutamente técnica, abrir un portal interoperable que tenga más sentido", pide la doctora Carbajo. Al estilo, quizá, de lo que existe dentro de Andalucía, cuyo sistema tiene colgado un resumen de las historias clínicas. No todo, pero sí "lo importante".
Durán sugiere, por su parte, un sistema parecido al de las medicinas: que en una tarjeta sanitaria nacional se puedan cargar los datos, de manera que "la historia clínica pueda viajar con el paciente de manera inmediata, a través de la tarja o de los sistemas informáticos de los sistemas sanitarios".
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