La apertura de los colegios en este segundo curso de pandemia está siendo planificada para repetir el 'éxito' del año pasado –cuando pudo desarrollarse con una más que relativa normalidad–, pero la variante delta plantea numerosas incógnitas. Esta versión de la Covid, más contagiosa que las anteriores, empezó a ganar terreno en España en junio, después de que terminaran las clases, y ahora es un misterio y "una preocupación" por cómo afectará su presencia hegemónica -el 88% de los contagios son por esta variante- en el retorno de los alumnos a las clases.
"Tenemos una incógnita, el año pasado funcionó todo muy bien pero no estaba la variante delta, que lleva desde el mes de julio, no hay la experiencia en las escuelas", apunta el vicepresidente de la Asociación Española de Vacunología, Fernando Moraga Llop.
"Es un elemento de preocupación. Sabemos que es más transmisible y que la población infantil y parte de la adolescente no está inmunizada. Hay un elemento de preocupación de que pudiera incrementarse la incidencia entre la población no vacunada", añade el experto en vacunas de la Asociación Española de Pediatría (AEP), Ángel Hernández-Merino, sobre lo que podría ocurrir con el regreso al colegio.
La variante delta, originaria en la India, empezó a circular por España entre mayo y junio de este año, después de provocar estragos en el país asiático. Como un cuentagotas, fueron conociéndose casos en distintas comunidades, especialmente de marineros o personas que habían regresado del país, y a medida que se iba sabiendo de ella que era más contagiosa -pero no más letal- que las anteriores, se fue extendiendo por todo el país.
Para ello, aprovechó el caldo de cultivo del final de las clases y los exámenes y de las fiestas y viajes de fin de curso a continuación. Dieron el pistoletazo de salida a un verano en el que -con la población más mayor casi totalmente inmunizada y con los mayores de 40 a buen ritmo de vacunación-, los contagios se cebaron con los más jóvenes, en el verano de la quinta ola, que empieza a darse por superada ahora que empieza el curso.
Vacunas para repetir el éxito del curso pasado
Según apuntó en el Congreso esta semana la ministra de Sanidad, Carolina Darias, el curso pasado fue un "éxito colectivo" y, en plena pandemia, solo estuvieron cerradas el 0,4% de las aulas. El objetivo de este curso es repetir esta experiencia, y responsables políticos y expertos sanitarios tienen claro que hay que potenciar al máximo la asistencia presencial a las clases y el contacto directo con profesores y entre compañeros.
Pero estas previsiones y necesidades chocan con el riesgo que supone la variante delta entre una población escolar que en parte estará sin inmunizar: los de 12 a 19 años que queden por recibir los dos pinchazos y los menores de 12, para los que de momento no están indicadas las vacunas contra la Covid. En todo caso, las vacunas también son otra novedad importante de este curso, y Hernández-Merino confía en que sirvan para neutralizar el riesgo de la delta. Este jueves, el 71,7% de las personas entre 12 y 19 años tenía puesta al menos una dosis de vacuna y el 32,2% tenía pauta completa.
"Que el grupo de mayores esté vacunado será un plus" para evitar una sexta ola, dice Moraga Llop, que desde la Asociación Estatal de Vacunología pide "intentar en estas semanas la cobertura vacunal", después de un mes de agosto en el que las vacaciones redujeron las tasas de pinchazos diarios.
Sanidad calcula que a final de este mes habrá terminado de vacunarse a la franja de 12 a 19 años y esta semana rechazó de plano fijar un horizonte todavía de cuándo podrá continuar la inmunización por debajo de esa edad.
Así pues, la falta de ensayos clínicos de las farmacéuticas para vacunar a los menores de 12 años y de la autorización de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) para hacerlo, trazará en los colegios una frontera entre alumnos mayores de 12 años y menores de esa edad, un grupo por el que la delta tendría más fácil colarse.
Descartar una sexta ola
En todo caso, Hernández-Merino se atreve a descartar una sexta ola que, como la quinta, se extienda entre la población no vacunada, en este caso, los menores de 12.
"No creo que vaya a ser igual que en verano", afirma, porque la actividad social es "distinta". En los meses de vacaciones, hubo "ocio con poco control" y adolescentes "con tiempo libre casi las 24 horas de día", algo "distinto" al ambiente de las clases, "donde no van a estar cantando y gritando todos a la vez", comenta.
Sobre la línea entre alumnos vacunados y no vacunados, apunta otra ventaja: que estarán inmunizados los adolescentes, que tienen "mucha interacción social entre ellos" y no lo estarán los niños, cuyas relaciones son "más fáciles de controlar".
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