La espectacular escalada de precios en el mercado de la energía ha disparado la inflación de la electricidad en España a niveles nunca antes vistos y ha situado al país como el Estado de la Unión Europea donde más se ha incrementado el precio de este bien de consumo. Según los datos armonizados de inflación en Europa correspondientes al pasado junio hechos públicos por Eurostat este viernes, la electricidad es ahora un 37,1% más cara que en junio de 2020, una cifra sin parangón en toda la UE a la que solo se acerca Estonia, con un 31,4%.
El dato de junio es el más elevado de toda la serie histórica de España -que se remonta hasta el año 1997- y marca el tercer máximo consecutivo desde el pasado abril, cuando la inflación eléctrica se disparó hasta el 36,9% tras registrar un 14,6% de marzo. En mayo, la inflación interanual se redujo seis décimas respecto al dato de abril, pero el mes pasado volvió a repuntar ocho décimas hasta el 37,1% de junio.
Estas subidas van parejas a las experimentadas en los precios de la energía en el mercado mayorista diario español -al que acuden las eléctricas a comprar la electricidad que luego venden a los consumidores y cuyos precios repercuten en la factura de la luz-. Según datos de OMIE, el operador del mercado eléctrico de España y Portugal, junio cerró de nuevo como el mes más caro del año, con un coste medio mensual que se alzó hasta los 83,3 euros el mW/h, un 172% más que los 30,62 que se pagaron en junio del año pasado.
Sin ir más lejos, este martes el precio de la energía subió un 3% y coloca a la jornada como el segundo día energéticamente más caro de la historia. Ya se ha batido dos veces el precio más caro de la historia en el mes de julio.
Además, no parece de momento que julio vaya a aflojar la escalada de precios. El precio medio de la electricidad para mañana, miércoles, en el mercado mayorista ha marcado un máximo histórico al alcanzar los 106,57 euros por megavatio hora (MWh), según los datos difundidos por el Operador del Mercado Ibérico de la Electricidad (OMIE).
En el año de la reactivación económica, los precios de la electricidad se han disparado en todo el Viejo Continente, lo que ha provocado que la inflación haya repuntado un 8,1% interanual de media en la UE un récord histórico para los Veintisiete. Sin embargo, el alza registrada por España prácticamente cuadriplica la media comunitaria.
La elevada inflación eléctrica de este 2021 está condicionada por el desplome de los precios registrado durante el confinamiento estricto del año pasado y los meses posteriores. En abril de 2020 el precio de la electricidad se desplomó un 19,9% interanual, lo que supuso la mayor caída en toda la historia. En mayo los precios se mantuvieron por los suelos y en junio comenzaron a recuperarse lentamente, aunque se quedaron todavía un 10,6% por debajo de los niveles registrados en 2019. Sin embargo, el alza anotada en junio en España supera con mucha claridad la caída registrada el mismo mes de 2020.
La bajada del IVA no evita nuevas subidas en la factura
La reducción en el IVA de la factura eléctrica del 21% al 10% aprobada por el Gobierno y que entró en vigor el pasado 26 de junio no parece que vaya a ser suficiente como para frenar la escalada de precios. Según calcula la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), si la tendencia de julio se mantiene la factura media de los hogares con la tarifa regulada -un 39% del total de consumidores- crecerá hasta los 72,2 euros en julio, un 5% más que el mes pasado cuando ascendió a 68,8. En cualquier caso, la OCU estima que de no haberse aprobado la reducción impositiva, el coste para el usuario se habría disparado hasta los 79,4 euros en junio, la factura más cara de la historia.
La organización de consumidores achaca los elevados precios al encarecimiento del gas natural y el aumento en el precio de los derechos del CO2, que no tienen perspectivas de bajar en el corto plazo.
La electricidad y el transporte elevan una décima el IPC
Los altos precios de la electricidad y el transporte en España son el factor que ha disparado la inflación total, que el mes pasado alcanzó un 2,5% de crecimiento interanual, una décima más que la registrada en mayo. El IPC nacional está tres décimas por encima de la media europea, que en junio se redujo hasta el 2,2%. Sin embargo, España está lejos de los niveles de países como Hungría (5,3%), Polonia (4,1%) o Estonia (3,7%) que ocupan las primeras posiciones de Europa.
España encabeza el repunte de precios en Europa en el apartado de gastos en vivienda, agua electricidad, gas y otros combustibles, con un 10,7% de incremento interanual, una cifra inflada por los altos precios de la energía. Prueba de ello es que el precio de los alquileres está solo un 0,6% por encima del nivel del año pasado, igual que ocurre con el del agua 0,5% o el del gas, que está incluso un 0,6% por debajo del nivel de 2020.
Los precios del transporte son la segunda categoría que más crece, con un incremento interanual el pasado junio del 8,5% -seis décimas menos que en mayo- notablemente superior al de la media comunitaria del 6,6%. En cambio, los precios que siguen sin levantar cabeza son los de hoteles y restaurantes, que este junio estuvieron un 1,5% por debajo de los registros del año anterior.
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