Tomás Gimeno asesinó presuntamente a sus hijas, Anna y Olivia, el pasado 27 de abril. Dos meses después, aún se encuentran en paradero desconocido, tanto él como la pequeña de un año.
El cadáver de Olivia fue hallado el pasado 10 de junio dentro de una bolsa de deporte que estaba a 1.000 metros de profundidad. Para hundirla, su padre habría introducido peso y la habría atado al ancla del barco junto a otra bolsa.
Los investigadores creen que el cuerpo de Anna se encontraría en esa otra mochila de deporte, pero cuando la encontraron estaba rota y vacía.
Todos los esfuerzos de los agentes implicados en la búsqueda de Tomás Gimeno y Anna están centrados en el mar, cerca del puerto en el que se le vio por última vez el 27 de abril a través de las cámaras de seguridad.
"Hoy hace dos meses que un asesino infame y cobarde terminó con la vida de Olivia y Anna. Ellas son presente y futuro, nunca serán olvidadas", ha recordado Joaquín Amills, portavoz de la familia de las niñas, junto a un dibujo de ambas.
Hoy hace dos meses que un asesino infame y cobarde terminó con la vida de Olivia y Anna.
— Joaquin Amills (SOSDESAPARECIDOS) (@amills_joaquin) June 27, 2021
Ellas son presente y futuro, nunca serán olvidadas. pic.twitter.com/UxtF9wPwHi
El buque oceanográfico Ángeles Alvariño, barco perfectamente equipado para rastreos de este tipo, se encuentra trabajando de manera incansable desde hace casi un mes.
Esta semana, han sido halladas dos botellas de oxígeno propiedad de Tomás Gimeno a 1.500 metros de profundidad.
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