Igor 'El ruso': "Soy rápido, conozco la anatomía humana, sabía donde les disparaba"

Igor el ruso declara en el juicio.
Igor el ruso declara en el juicio.
EFE
Igor el ruso declara en el juicio.

Los peritos forenses del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA) que han comparecido este jueves en la cuarta sesión del juicio con jurado que se celebra en la Audiencia de Teruel contra el criminal serbio Norbert Feher, Igor el Ruso, desvelaron las expresiones que les manifestó el detenido durante la entrevista que le realizaron, afirmando que "tenía que eliminar obstáculos" porque se sabía perseguido por las justicias de diversos países, e incluso les llegó a decir lo siguiente: "Soy rápido, conozco la anatomía humana, sabía dónde les disparaba".

En relación a este punto, destacaron que Feher, que mostró en todo momento "gran frialdad emocional y sin remordimientos", "sonrió" cuando le preguntaron por qué había disparado al ganadero en una parte del cuerpo y a los agentes, que portaban chalecos antibala en otras.

También destacaron que Feher, al que atribuyeron un nivel de inteligencia "normal medio-alto", no padece ninguna psicopatología que le impidiera ser capaz de comprender la gravedad de los hechos cometidos ni afectar a su capacidad volitiva.

Los forenses que realizaron la valoración psiquiátrica en la prisión de Zuera, explicaron que los datos obtenidos en las autopsias confirman un "modus operandi" en el procesado dirigido a enfrentarse a sus víctimas por sorpresa y dispararles en zonas vitales.

Las víctimas no pudieron defenderse

Los especialistas aseguraron que Igor 'el Ruso' abatió por sorpresa a sus tres víctimas, sin que tuvieran la posibilidad de defenderse de sus disparos.

Los dos especialistas forenses que realizaron las autopsias a los cadáveres explicaron que la noche del 14 de diciembre de 2017, el ganadero José Luis Iranzo recibió un disparo en el corazón "mortal de necesidad" cuando se disponía a entrar en una caseta rural de su propiedad en Andorra (Teruel) en cuyo interior se encontraba el procesado, y posteriormente otro en el brazo al intentar huir.

Añadieron que los guardias civiles Víctor Romero y Víctor Jesús Caballero fueron atacados por la espalda en una caseta de campo próxima (masico), con disparos en los glúteos que les provocaron fracturas en la cadera o el fémur que les hicieron caer rápidamente.

En opinión de los médicos forenses, los dos agentes fueron abatidos posteriormente cuando se encontraban en el suelo, después de recibir cuatro disparos el guardia Romero, uno efectuado en el cuello a unos 35 centímetros de distancia, y siete Caballero.

Ninguna de estas tres víctimas, subrayaron estos especialistas, presentaban lesiones que evidenciaran que habían intentado defenderse y que "no fue una lucha, sino un ataque por sorpresa".

Descartan la "neurosis de guerra"

Los forenses descartaron, además, que el acusado estuviera afectado por una "neurosis de guerra" a causa de sus vivencias en el conflicto bélico de la antigua Yugoslavia, un concepto surgido durante la Primera Guerra Mundial que consideraron en desuso desde hace décadas y sustituido en la actualidad por el de "estrés postraumático".

Estos especialistas no apreciaron en el procesado síntomas de un estrés postraumático producto de una vivencia angustiosa ya que se integró poco después del conflicto en organizaciones paramilitares.

Se refirieron, además, a la personalidad narcisista y antisocial del procesado, que durante la entrevista les confesó que "prefería desobedecer a la justicia humana que a la del Padre eterno, ya que la muerte es inevitable", y que sus víctimas eran "personas que tenían que morir" y él era "el instrumento más adecuado para hacer eso".

Los especialistas forenses añadieron que el procesado les relató, además, que había sido "entrenado para atacar". "Si hay posibilidad de actuar, actúo", les dijo.

El análisis de los forenses fue confirmado y desarrollado por las dos psicólogas del Instituto de Medicina Legal de Aragón, que se han referido al procesado como un "psicópata primario" incapaz de sentir miedo a enfrentarse a cualquier tipo de situación, así como a las consecuencias de sus actos.

Le atribuyeron, además, una personalidad motivada por "el control y el poder" y carente de empatía hacia sus víctimas, con una conducta regida por el principio de racionalidad que le convierte en una persona "muy peligrosa", capaz de servirse de toda la "violencia necesaria" para conseguir sus propósitos y de evaluar en todo momento sus posibilidades de huir.

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