La permisividad del Gobierno con la llegada de turistas extranjeros a España está generando cierto malestar en algunos sectores de la población por el temor a que se conviertan en foco de contagios y por el agravio comparativo que supone para los ciudadanos españoles, que tienen prohibido salir de sus comunidades autónomas, excepto por causa justificada. Esta situación se mantendrá, además, de cara a las vacaciones de Semana Santa.

Es decir, el turismo nacional continuará restringido por las medidas antiCovid, con todas las autonomías cerradas perimetralmente, pero en cambio los ciudadanos procedentes de otros países de la Unión Europea sí podrán pasar sus vacaciones en España, si así lo desean y sus respectivos gobiernos se lo permiten.

Sin embargo, la ministra de Industria y Turismo, Reyes Maroto, consideró ayer que la llegada a España de turistas procedentes de la Unión Europea "no supone un elemento de riesgo" porque no implica una gran movilidad. "El mes pasado vinieron 400.000 viajeros internacionales cuando en un mes normal podemos estar hablando de 4,5 y hasta 6 millones", expuso la ministra durante una entrevista en La Sexta.

Es el caso, por ejemplo, de los turistas alemanes, que están llegando en masa a Baleares, uno de sus destinos favoritos, desde que hace diez días el ejecutivo de Angela Merkel dejó de considerar al archipiélago zona de riesgo y levantó las restricciones de viaje para sus ciudadanos.

Ayer mismo, el gigante alemán TUI, el mayor operador turístico del mundo, recuperó los vuelos a Mallorca con la llegada de cinco aviones procedentes de ciudades como Hannover, Düsseldorf, Frankfurt o Stuttgart, todos ellos "prácticamente llenos". A partir de esta semana abrirá una nueva ruta desde Múnich. Otras compañías aéreas como Eurowings ya vuelan a Baleares desde hace días.

El portavoz de la aerolínea Tuifly señaló que la demanda para viajar a Mallorca desde Alemania está siendo "muy elevada", aunque puntualizó que «no llega a los niveles del negocio registrado en Pascua del año 2019», previo a la pandemia.

Los hoteles en Mallorca, por su parte, están listos desde hace días para acoger a los turistas alemanes. Según la Federación Empresarial Hotelera de la isla (FEHM), está abierta en torno al 10% de la planta hotelera de Mallorca y se prevén nuevas apertura de cara a Semana Santa.

Desde la FEHM aseguraron, no obstante, ser conscientes de que las reservas están sujetas "a muchas variables" e incertidumbre, especialmente tras el repunte de casos en varios países europeos que hacen temer el inicio de una nueva ola de coronavirus. "Nos movemos en escenarios efímeros y de suma volatilidad", afirman.

Y sus peores temores podrían confirmarse porque ya han surgido voces en Alemania que piden volver a limitar los viajes a Baleares. "La decisión del gobierno federal de levantar el aviso de viaje para Mallorca ha sido un grave error. Lo mejor sería que diera marcha atrás", afirmó ayer el ministro principal del estado de Baja Sajonia, Stephan Weil, quien abogó por suspender la autorización para viajar. "Si (Merkel) no está dispuesta a hacerlo, será necesario abrir un debate serio sobre obligaciones estrictas de pruebas y cuarentena para la vuelta. El índice de contagios en Mallorca puede que no sea crítico, pero cuando gente de toda Europa se junte en la isla en Semana Santa tendremos un foco inmediato", argumentó.

Weil también indicó que es "difícil de explicar" que no se puedan "reservar unas vacaciones familiares en Luneburgo, pero sí viajar en avión hasta Mallorca", aludiendo a las limitaciones a la movilidad interior existentes en el país. En la misma línea se posicionó la presidenta de Mecklemburgo-Pomerania, Manuela Schwesig: "Nadie puede entender que la opción de unas vacaciones en Mallorca vuelva a prevalecer sobre unas en el propio país por razones epidemiológicas". Esa incongruencia es, precisamente, la que tampoco se explican muchos españoles que no pueden salir de sus comunidades.

Este lunes, la canciller Merkel se reúne con los jefes de gobierno de los estados federados para analizar los pasos a seguir ante la escalada de nuevos contagios y la llegada de las vacaciones de Semana Santa: todo apunta a que será necesario reintroducir parte de las restricciones que se habían levantado, lo que podría afectar a los viajes a España.

Además de Baleares, la Comunidad Valencia, Castilla-La Mancha, Extremadura, La Rioja y Murcia figuran también entre las zonas fuera de riesgo, según las autoridades germanas.

Pero además de la llegada de turistas alemanes a España, también están generando polémica los viajes de turistas franceses, en su mayoría jóvenes, que desde hace semanas aterrizan en masa en Madrid para disfrutar de los bares y el ocio de la capital española, unas ‘libertades’ que actualmente no encuentran en su país.

Ese fenómeno también se está notando en Barcelona desde que la Generalitat flexibilizó el horario de apertura de la hostelería: este fin de semana, los Mossos d’Esquadra y la Guardia Urbana desalojaron varios botellones en el Born y en la plaza del Macba, en pleno centro de la ciudad, en los que participaban jóvenes, entre ellos algunos extranjeros.

Asimismo, en Sevilla, cuatro compañías aéreas han anunciado que recuperarán a lo largo de esta semana su actividad en el aeropuerto de San Pablo, con rutas desde París, Zúrich y Lisboa, entre otras, que ofertarán Air France, Edelweiss y TAP, respectivamente.

Exteriores pide prudencia

Ante la llegada de turistas a España, la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, recordó la semana pasada que «todos los gobiernos recomiendan a sus ciudadanos que no se muevan si no es por motivos fundamentales» y apeló a la "responsabilidad individual".