Visto para sentencia el juicio de los atentados de Barcelona y Cambrils

  • Ahora la Audiencia Nacional tendrá que determinar el grado de responsabilidad de los tres acusados en los ataques terroristas del 17 y 18 de agosto de 2017.
  • Los acusados han expresado su arrepentimiento y aseguran que lamentan lo ocurrido en Las Ramblas y Cambrils. 
  • El juicio deja incógnitas sin resolver, como el vínculo del imam de Ripoll con los servicios secretos españoles.
Los tres acusados en el juicio sobre los atentados de Barcelona y Cambrils.
Los tres acusados en el juicio sobre los atentados de Barcelona y Cambrils.
ACN
Los tres acusados en el juicio sobre los atentados de Barcelona y Cambrils.

El juicio de los atentados del 17 y 18 de agosto del 2017 en Barcelona y Cambrils ha quedado visto para sentencia este miércoles en la Audiencia Nacional después de tres meses. El tribunal ahora tendrá que determinar el grado de responsabilidad de los tres acusados en los ataques terroristas, Mohhmed Houli, Driss Oukabir y Said Ben Iazza.

Los tres están acusados de participar en los preparativos de los atentados de Las Ramblas de Barcelona la tarde del 17 de agosto de 2017, mediante un atropello masivo con una furgoneta, y en el paseo marítimo de Cambrils la madrugada del día 18, con cuchillos y un hacha, que se saldaron con 16 muertos y 140 heridos.

Estos atentados tuvieron lugar tras la explosión la noche del 16 de agosto de 2017 en la casa de Alcanar (Tarragona), en la que los terroristas preparaban artefactos para cometer atentados, en la que resultó herido Mohamed Houli.

Fiscalía pide 85 años de cárcel

El principal acusado y superviviente a la explosión de la casa de Alcanar, Mohamed Houli, se enfrenta a una petición de la fiscalía de 41 años de prisión por integración en organización terrorista, tenencia y fabricación de explosivos y conspiración por un delito continuado de estragos. El segundo principal acusado y hermano de uno de los terroristas abatidos en Cambrils, Driss Oukabir, se enfrenta a 36 años de cárcel por los mismos delitos. Finalmente, Said Ben Iazza está acusado por colaboración y se le piden ocho años de prisión.

El ministerio público descartó definitivamente la acusación de asesinato para ninguno de los tres, aunque sostiene que Houli y Oukabir eran miembros de la célula de Ripoll. No los responsabiliza de las muertes, puesto que no son los autores materiales de los atentados que dejaron 16 víctimas mortales en Barcelona y Cambrils. "Este es el juicio hasta la explosión de Alcanar", defendió el teniente fiscal de la Audiencia Nacional, Miguel Ángel Carballo.

En cambio, acusaciones como la Asociación 11-M, AVT o el sindicato de Mossos USPAC sí los culpan de asesinato y piden prisión permanente revisable. Las acusaciones populares (11-M y AVT) argumentaron que Houli y Oukabir “formaban parte del plan criminal” y, por lo tanto, “tienen que responder por los hechos”. También rechazan que la precipitación de los planes después de la explosión de Alcanar y el cambio de táctica para atentar no los exime de responsabilidad, puesto que trabajaban para “causar el mayor número de asesinatos posibles” de la manera que fuera.

La Generalitat se suma a la tesis de la fiscalía, pero también reclama que se los condene por muerte con carácter de tentativa contra los agentes de los Mossos y Bomberos que resultaron heridos en la explosión de Alcanar, puesto que consideran que Houli y Oukabir participaron en la fabricación de explosivos y no alertaron del riesgo que suponía la casa para evitar los daños. Además, varias acusaciones también piden reconocimientos como víctimas de terrorismo e indemnizaciones.

El papel de los acusados 

Uno de los elementos que tendrá que determinar la sentencia es si Driss Oukabir era miembro de la célula. Su defensa lo niega y ha alegado que el acusado llevaba una vida disipada -con consumo de drogas, alcohol y prostitución- para justificar que estaba alejado de la religión y de los objetivos de los otros miembros de la célula.

Varias pruebas han apuntado que sí habría formado parte de la célula. Entre ellas, un testigo protegido que lo sitúa en Alcanar, las conversaciones con su hermano Moussa en que se echa atrás poco antes de los atentados, un viaje a Marruecos con fines "logísticos" o las medidas de seguridad que tomaba para evitar que se le relacionara con la célula. De hecho, algunas acusaciones particulares lo consideran el número dos del imam de Ripoll.

Por otro lado, las acusaciones ven acreditada la participación de Mohamed Houli en los preparativos con elementos como los vídeos que grabó sobre la fabricación de explosivos en Alcanar o la compra de precursores. El ministerio público considera “flagrante” su participación. Algunas acusaciones también han remarcado que, después de la explosión, sus declaraciones no ayudaron a evitar los ataques.

En cuanto a Said Ben Iazza, la fiscalía lo considera un "consciente colaborador", que dejó su furgoneta frigorífica a los terroristas con los cuales se cree que tenía mucha confianza, y también les facilitó documentación para comprar precursores de explosivos. Así, el fiscal asegura que la "ignorancia deliberada" también es delito y que no hay que compartir los objetivos terroristas para ser condenado por colaboración.

Las últimas palabras de los acusados

El presidente del tribunal, Félix Alfonso Guevara, ha puesto punto final a la vista oral este miércoles 17 de febrero del 2021 después de que los tres acusados hayan utilizado el último uso de palabra para defender su inocencia.

Durante su turno de última palabra, Mohamed Houli ha asegurado que no tenía conocimiento "de la ideología de esas personas, que no tiene nada que ver con el verdadero islam, que es paz y respeto", y ha recalcado: "No comparto las ideas extremistas de Dáesh".

"Siempre me mantenían al margen de lo que sucedía y estaba obligado y presionado", ha manifestado Mohamed Houli, que ha añadido que tenía miedo a que si les abandonaba o no les obedecía pudieran actuar contra él y contra su familia.

Por otra parte, Houli ha comentado que no sabe cómo llegó su pasaporte hasta la furgoneta usada para el atentado de Las Ramblas y ha mantenido que nunca fabricó explosivos y que tampoco vio cómo los preparaban los miembros de la célula.

"Yo no sabía que iba a pasar lo de Las Ramblas y Cambrils y me arrepiento de haber estado en la casa de Alcanar y de haber estado con esas personas", ha recalcado. También ha asegurado que nunca vio a Driss Oukabir en la casa de Alcanar.

Por su parte, Driss Oukabir, acusado de alquilar la furgoneta utilizada en el atentado de Las Ramblas, ha dicho: "Lamento mucho todo lo ocurrido". Oukabir ha comenzado pidiendo perdón al tribunal por no haber podido contenerse estos días ante "tantas mentiras", ya que durante la vista oral ha protestado y hecho gestos, por lo que el presidente del tribunal le ha llamado la atención varias veces. 

Así mismo, el acusado ha recordado que desde el momento en el fue detenido ha facilitado todo a los Mossos d'Esquadra, a los que dio la contraseña de su teléfono móvil.

"Qué interés iba a tener en todo eso que ha ocurrido si también he perdido a un ser querido", ha preguntado Driss Oukabir en referencia a la muerte de un hermano suyo cuando participaba en el atentado de Cambrils. Y ha añadido: "Ojalá no hubiera pasado, jamás habría imaginado que iba a pasar todo esto, Si hubiera sabido algo habría intentado que no pasara, pero jamás se me pasó por la cabeza que pasaría esto".

Por último, Said Ben Iazza, acusado de prestar su documentación y una furgoneta para que los miembros de la célula compraran precursores de explosivos, se ha remitido al informe de su abogado. Said Ben Iazza ha mantenido una actitud ausente durante todo el juicio.

Las defensas piden la absolución para dos de ellos

Los letrados de Driss Oukabir y de Said Ben Iazza han pedido la absolución de ambos al mantener que hicieron un favor el primero a su hermano y el segundo a unos clientes habituales de su carnicería pero que desconocían que las furgonetas iban a ser usadas para preparar y cometer atentados yihadistas.

El abogado de Said Ben Iazza ha pedido además la puesta en libertad inmediata de su cliente al llevar ya tres años y medio en prisión provisional, con lo que ya habría cumplido casi la mitad de la pena que pide para él la Fiscalía -ocho años de cárcel-.

Por su parte, la defensa de Mohamed Houli estima que este debe ser condenado como máximo a cuatro años de prisión por cooperación en el depósito de explosivos ya que se le deben aplicar las circunstancias atenuantes de confesión de los hechos y colaboración con la investigación.

Tres meses y más de 200 testimonios

La vista oral dio el pistoletazo de salida el 10 de noviembre de 2020 y se ha alargado hasta el 17 de marzo del 2021. A lo largo de estos tres meses, ha habido una pausa de tres semanas en Navidad, un aplazamiento por la nevada de Madrid provocada por el temporal Filomena y varios positivos por Covid-19 entre las partes que también han afectado el calendario y han retrasado la exposición de los informes de las defensas.

Por la sala de vistas de la sede de San Fernando de Henares de la Audiencia Nacional han pasado unos 200 Mossos d'Esquadra -investigadores y también agentes que abatieron a los terroristas-, una decena de Guardias Civiles y varios agentes del Cuerpo Nacional de Policía. También han atestiguado víctimas directas de los ataques, conocidos de los terroristas, trabajadores de empresas de alquiler de furgonetas o precursores de explosivos o vecinos de la casa de Alcanar, entre otros.

Incógnitas sobre el imam

El juicio deja incógnitas sin resolver sobre el imam de Ripoll, Abdelbaki Se-Satty. La acusación particular de los padres del niño de tres años que murió en la Rambla, Xavi Martínez, ha pedido que se abra una nueva investigación sobre Se-Satty. 

Esta acusación ha cuestionado que muriera en Alcanar y las pruebas de ADN hechas. También se han planteado interrogantes sobre la explosión del chalé con dos testigos que afirmaron que habían visto un vehículo poco antes de la deflagración dirigiéndose hacia la casa y una furgoneta huyendo del lugar de los hechos minutos después.

Tampoco se ha aclarado el vínculo del imam con los servicios secretos españoles, el CNI, pero se ha abordado por encima con algunas declaraciones, como la del responsable de la mezquita belga donde trabajó Se-Satty, que explicó que le escuchó hablar por teléfono y el imam le dijo que hablaba con los servicios secretos españoles.

De la misma forma, no se ha aclarado si la célula contaba con apoyo logístico del extranjero. Sus miembros viajaron a Francia, Bélgica, Marruecos, Suiza o Alemania, pero la investigación no ha podido determinar si tenían conexiones internacionales que los ayudaron a preparar los atentados.

Progresiva radicalización

La vista oral también ha evidenciado la progresiva radicalización de los miembros de la célula. Peritos explicaron el contenido de informes sobre los objetos utilizados en los atentados, como los cinturones explosivos falsos o los pañuelos rojos que evidenciaban la determinación de morir matando, o los dispositivos digitales con buscas de objetivos para atentar o vídeos yihadistas.

Los vídeos que se han proyectado durante la vista oral, como el de la preparación de explosivos en que Younes Abouyaaqoub, Mohamed Hichamy y Youssef Aalla se consideran a sí mismos “escogidos” por Alá y avisan de que quieren hacer “sufrir”, son una muestra de la radicalización de los miembros del grupo y la proximidad ideológica con Daesh.

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