La Nochebuena y la Navidad estarán marcadas por un tiempo estable y seco, con temperaturas superiores a las normales de la época y con precipitaciones en el extremo noreste peninsular. Sin embargo, el cambio de año traerá consigo frío e inestabilidad.

Todavía es pronto para dar un pronóstico claro del estado del tiempo en las fechas navideñas, pero el portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología, Rubén del Campo, ha adelantado que la tendencia es de "continuidad" respecto a estos últimos días, al menos en la próxima semana y en las fechas navideñas más señaladas.

La semana del 21 al 28 de diciembre entrará con temperaturas superiores a la media establecida en esta estación y precipitaciones más escasas de lo habitual en el área mediterránea, pero ligeramente mayores en el extremo noroeste peninsular.

A partir de ese mismo lunes, junto con el nuevo año, llega un cambio de tendencia, ya que "los modelos de predicción marcan una anomalía fría, con temperaturas por debajo de lo normal, sobre todo en el norte, y precipitaciones" que en principio podrían afectar al Cantábrico, Baleares y a puntos del sureste peninsular.

Las lluvias llegarían de la mano de una borrasca que se formaría en el Mediterráneo, cerca de Italia, y de un núcleo de altas presiones en el Atlántico norte, de manera que juntas formarían dos centros de presión y "un pasillo de vientos fríos" en el interior del continente europeo, que traería lluvias a nuestro país en la segunda parte de las fiestas navideñas.

Mientras tanto, desde este jueves y hasta principios de la próxima semana se prevé "un desfile de borrascas atlánticas de oeste a este", que ofrecerán un tiempo parecido al de jornadas anteriores con vientos del oeste y suroeste húmedos y temperaturas templadas para la época, algo más altas de lo normal, así como lluvia en la fachada atlántica.

Según el portavoz, en los próximos días se esperan "vaivenes de temperatura", de manera que mañana viernes podrían bajar los termómetros nocturnos y subir los diurnos. Al contrario que el sábado, que traerá algunas heladas por la noche en zonas de montaña y en páramos del centro peninsular donde son habituales.

En el resto de España las temperaturas se mantendrán en valores templados o altos y podrían alcanzar los 20 o los 22 grados en el Mediterráneo y el área Cantábrica debido a los vientos del noroeste y suroeste.