Tras recordar que la obesidad es en este momento un problema que emerge a gran velocidad tanto en el primer como en el tercer mundo, el profesor Serra ha asegurado que una manera eficaz de combatirla es consumiendo de forma adecuada la dieta mediterránea, recientemente reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

"La dieta mediterránea no solo es un conjunto de alimentos, forma parte de nuestro patrimonio cultural que implica la manera en la que se producen, procesan y distribuyen esos alimentos", ha declarado.

PREVENCIÓN DEL RIESGO DE MORTALIDAD

Serra Majem ha recordado, además, que las últimas investigaciones constatan cómo el consumo de una dieta mediterránea acompañada de ejercicio físico regular, entre dos y tres horas a la semana, previenen hasta un 40 por ciento el riesgo de mortalidad.

En concreto, previene de enfermedades relacionadas con la salud del corazón, la diabetes, el cáncer, la depresión o la obesidad. Un abanico de bondades que le hacen ser la dieta número uno, según el último rankingde las 41 dietas globales estudiadas más saludables.

Aceite de oliva virgen extra, vegetales, frutas, carne roja, mantequilla, legumbres, pescados, frutos secos y vino son parte de la base de alimentos que debe contener una dieta mediterránea.

SOSTENIBILIDAD

"Pero no sólo importa lo que comemos sino de dónde procede lo que comemos y en este punto es donde entra la importancia del sistema alimentario y la sostenibilidad", ha subrayado el experto.

En el contexto actual de sobreproducción y excesivo consumo, ha concretado, "estamos dañando los ecosistemas, estamos perdiendo la propia biodiversidad al dejar de producir determinados alimentos, por lo que el impacto ambiental que se produce es cada vez mayor". "Hemos olvidado el sabor propio de ciertos alimentos porque nos preocupa más la apariencia", ha apostillado.

Citando algunos peligros nutricionales que existen en este momento, no solo por la actitud del consumidor, también por la oferta, se ha referido al nutriplato como "un enemigo de la dieta mediterránea, porque rompe con la pirámide de alimentación que tan bien ha entendido la sociedad, y genera confusión entre comer las cantidades adecuadas con que haya que comer todo junto".

También se ha referido al coste medioambiental del transporte de alimentos, por lo que se tendría que priorizar el consumo de alimentos producidos en el territorio, y del maltrato animal entendido como una sobrexplotación para el consumo, que ha advertido, "seguro nos pasará factura".

En este sentido, Sierra Majem ha animado a la sociedad a tomar conciencia de lo que comen y a consumir de una manera responsable, al tiempo que ha propuesto una serie de acciones transversales para mejorar la cadena alimentaria en las que se debe implicar no sólo el sector sanitario, sino también el agrícola, el de la cultura, la educación, el medio ambiente, los medios de información y la propia economía.