El cambio climático podría secar la cascada del Parque Nacional de Ordesa

La cascada de Cola de Caballo en el Parque Nacional de Ordesa
La cascada de Cola de Caballo en el Parque Nacional de Ordesa
Heraldo
La cascada de Cola de Caballo en el Parque Nacional de Ordesa

La subida paulatina de las temperaturas generará una disminución de los caudales de agua que podría poner en peligro a final de siglo la supervivencia de la cascada de la Cola de Caballo del Parque Nacional de Ordesa, en el Pirineo aragonés, en épocas de estiaje, según un estudio realizado por investigadores del Instituto Geológico y Minero de España (IGME).

La investigación está basada en las previsiones de los modelos climáticos que prevén que la temperatura media en el Pirineo pueda subir a finales del siglo entre 2 y 7,1 grados, ascenso que hará que paulatinamente haya menos precipitaciones en forma de nieve y que dure menos la cobertura nival que llegue a formarse.

Según el estudio, en el que han colaborado miembros del grupo de espeleología Otxola, el agua que descarga el manantial de Garcés procede fundamentalmente de la infiltración de la fusión nival, que también condiciona la geometría interna de la red de conductos del karst (formaciones geológicas modeladas por el agua).

Una cuarta parte de este agua se infiltra de manera concentrada a través de profundas simas que conectan la superficie del terreno con esta red de galerías, descargando a través del manantial de Garcés en apenas diez días.

Sin embargo, las tres cuartas partes restantes del agua de fusión nival se infiltran, de manera difusa, a través de la extensa red de fracturas y diaclasas que presentan las calizas del Paleoceno-Eoceno que afloran en la superficie del terreno hasta llegar al nivel freático del acuífero.

Desde ese punto, el agua subterránea comienza a fluir subhorizontalmente con un régimen de flujo laminar, alcanzando el punto de descarga en el manantial de Garcés tras un viaje subterráneo de algo más de un año de duración, según explica el IGME en una nota de prensa.

La abundancia de nieve acumulada en otoño, invierno y primavera garantiza una generosa recarga del acuífero a través de la eficiente infiltración de la fusión nival, lo que se traduce en una descarga del acuífero continua y estable, responsable de generar el caudal de base que mantiene el esplendor visual de la cascada de la Cola de Caballo, que los lectores del diario británico 'The Guardian' han nombrado como la cascada de agua más bonita del mundo.

De confirmarse las previsiones de los modelos climáticos, las precipitaciones en forma de nieve de reducirían, lo que provocaría que la cobertura nival que llegue a formarse dure menos y por tanto se disminuiría la recarga difusa que garantiza los caudales de descarga y la supervivencia de la cascada como se conoce en la actualidad.

El equipo de científicos del IGME está integrado por Jorge Jódar, Antonio González, Sergio Martos, Javier Heredia y Luis Javier Lambán (director del proyecto) y ha contado con la colaboración de Fernando Carmena, José Ignacio Gómez, Marta Quintana y Elena Villagrasa (directora del Parque) así como del grupo de espeleología Otxola.

Esta actividad se enmarca dentro del proyecto europeo PIRAGUA (EFA 210/16) "Evaluación y prospectiva de los recursos hídricos de los Pirineos en un contexto de cambio climático, y medidas de adaptación con impacto en el territorio (2018-2020)".

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