'Homeschooling' o educación en casa: la alternativa que varios padres se plantean durante la pandemia de coronavirus

Un niño estudia y hace los deberes en casa durante el confinamiento por el coronavirus.
Un niño estudia y hace los deberes en casa durante el confinamiento por el coronavirus.
Eduardo Parra - Europa Press
Un niño estudia y hace los deberes en casa durante el confinamiento por el coronavirus.

Ante el inminente regreso a las aulas en septiembre y la creciente incertidumbre y el debate creciente en torno a la presencialidad en los colegios, muchos padres y madres abogan por un modelo educativo distinto que se adapte a la excepcionalidad de la situación provocada por la pandemia de coronavirus

Las comunidades autónomas ya están dando a conocer sus planes y medidas de seguridad que impondrán en los colegios, con el objetivo de garantizar la seguridad y contener los contagios en las aulas. No obstante, la comunidad educativa echa en falta la unidad en cuanto a los criterios y la coordinación en materia educativa entre todos los territorios del país.

Por ello, y tras un confinamiento que ha obligado a muchos padres y madres a apañárselas como han podido para que sus hijos terminaran el trimestre sin atrasar su progreso, han crecido los movimientos que abogan, o bien por la flexibilidad educativa que permita escoger entre la escuela presencial o a distancia; o directamente por la educación en casa, lo que se conoce comúnmente por el término 'homeschooling'.

Aunque varios países de Europa -como Portugal,  Francia o Dinamarca- regulan este tipo de educación, en España es todavía una opción alegal; esto es, que no ha sido reglamentado ni está prohibido expresamente, aunque la ley sí que establece que la escolarización es obligatoria para los niños de entre 6 y 16 años. La lucha constante de quienes abogan por este tipo de aprendizaje es, de hecho, obtener un reconocimiento legal que les permita llevar a cabo la educación en casa de forma integrada en el sistema educativo.  

Flexibilidad educativa

"La presencialidad en la vuelta al cole no cubre las necesidades de todas las familias ni protege a los menores", alega un grupo de familias "preocupadas" que ha creado una plataforma para defender la continuidad de la educación a distancia, "pero no de forma coyuntural como consecuencia de la crisis sanitaria actual, sino de forma estructural, dotando al sistema educativo de los mecanismos necesarios para que las familias puedan optar por el modelo de escolarización que les resulte más adecuado a sus características, entorno, medios y necesidades".

Así, los miembros que apoyan la 'Propuesta de Flexibilidad Educativa', han solicitado al Ministerio de Educación "que valore los beneficios de una aplicación de medidas basadas en la disminución de riesgos y defensa de las niñas y niños", ante el "estupor" que aseguran les provoca la importancia que la presencialidad está teniendo en una vuelta a las aulas que se produce "a contrarreloj, poniendo incluso este principio por encima de la propia seguridad" y del impacto psicológico que pueda tener esa vuelta en condiciones "tan especiales" sobre los niños y niñas.

Lo que el colectivo defiende, en definitiva, es la libertad de que las familias que "puedan y quieran" seguir con la educación online, tengan el derecho a hacerlo, y que puedan así aunar los intereses plurales de cada unidad familiar. "Unos no tienen forma de conciliar de otra manera que no sea el colegio o los abuelos; otros por contar con personas de riesgo en ellas; otros porque han teletrabajado, organizando su vida de una manera en la que niñas y niños han tenido un espacio para el aprendizaje más o menos cómodo y que podrían seguir haciéndolo", explican en un escrito al que ha tenido acceso 20minutos.

Educar en casa: dedicación y compromiso

"Somos una familia que se educa en casa desde siempre", declara Sara García a 20minutos. García tiene una hija de nueve años y, desde que la pequeña nació, tanto ella como su marido decidieron apostar por este tipo de aprendizaje "porque no queríamos que nos contaran cómo iba aprendiendo cuando era pequeña, sino ser testigos de su desarrollo, su evolución, sus intereses...".

Aunque asegura que su hija es consciente de que "puede ir al colegio si así lo desea y que no está obligada a estar en casa", no ha expresado esta necesidad en todos estos años en los que, según cuenta, se han sentido muy a gusto. "Para mi todos serían pros con este tipo de educación, porque pasamos muchas más horas juntos", declara García, que trabaja desde casa, añadiendo que el hecho de no tener horarios ni cosas "tan pautadas" les permite con mayor libertad hacer otros planes o incluso viajes.

Para ellos, lo único duro que tuvo los meses más preocupantes de la pandemia fue la falta de contacto con el exterior, porque "para mi, tener a mi hija en casa es lo normal, lo que, comparado con alguien que está acostumbrado a tener a su hijo durante ocho horas en el colegio, supongo que fue mucho más fácil". 

A la hora de educar en casa, no obstante, hay que tener en cuenta "el compromiso de hacerlo", ya que, según explica, implica una "dedicación muy grande" de la que hay que ser consciente. "Mi hija, por ejemplo, tiene mucho interés por el inglés, y yo no soy bilingüe. Entonces, hay una persona con la que conversa en inglés, juega en inglés...etc.". "Es un poco el saber que los padres vamos a movernos mucho, tanto buscando recursos humanos de personas que quieran aportar experiencias a nuestros hijos; como aprendiendo y estudiando nosotros mismos nuevas cosas que cubran los niveles que se requieran". 

Ahora, asegura que varios padres y madres interesados le han preguntado sobre cómo gestionan la educación desde casa y cómo organizan el día, tras haber iniciado el teletrabajo e incluso la educación online en sus hogares. 

Una alternativa demandada con la pandemia

"La sociedad ha dado un paso muy importante de acercamiento y entendimiento sobre lo que es la educación en casa", aseveran desde la Asociación de Libre Enseñanza (ALE), que definen los términos 'homeschooling', 'educación en casa', 'unschooling' o 'educación sin escuela', como la "opción educativa elegida por aquellas familias que deciden no delegar la educación y el aprendizaje de sus hijos e hijas en terceras personas, asumiendo, por sus propios medios, ese proceso".

Los alumnos y alumnas terminaron el pasado curso escolar desde casa, con clases online y métodos de aprendizaje a los que no estaban acostumbrados; ni los profesores, ni los estudiantes, ni sus padres. "Hasta marzo de 2020 las consultas en ALE eran sobre legalidad, formas de aprendizaje y socialización. A partir de marzo, este último aspecto se ha visto relegado por los otros dos", cuentan a 20minutos un grupo de voluntarios de la asociación, explicando que, con la pandemia, ha cambiado la imagen que se tenía de este método -se creía que era mantener a los niños "en una burbuja y sin contacto"- y se ha entendido que "lo único que nos unía en los momentos de confinamiento era pasar más tiempo juntos". Ahora, asegura que varios padres y madres interesados le han preguntado sobre cómo gestionan la educación desde casa y cómo organizan el día, tras haber iniciado el teletrabajo e incluso la educación online en sus hogares. 

"Este año está siendo muy especial por la cantidad de personas que se quieren acercar a la educación en casa"

Según cuentan desde la asociación, había familias que ya se sentían atraídas por la "educación libre", pero por motivos laborales, familiares y sociales, preferían adaptarse al sistema educativo. "En estos momentos muchas familias han decidido tomar la decisión, priorizando el bienestar familiar y queriendo atender a su familia como modo de responsabilidad social frente a la incertidumbre", aseguran, añadiendo que "este año está siendo muy especial por la cantidad de consultas que nos llegan y la cantidad de personas que se quieren acercar a la educación en casa ante la incertidumbre y la visión crítica de cómo se está abordando el nuevo curso escolar".

En el punto de mira

La pandemia, entre muchas otras cosas, ha servido a varios  padres y madres para darse cuenta de que quizás no pasaban el tiempos suficiente, ni el que desearía, con sus hijos; y eso se ha traducido en un mayor interés hacia una alternativa educativa que se ha puesto en el punto de mira. 

"Hemos observado que muchas familias han valorado que, durante el confinamiento, han tenido la oportunidad de pasar más tiempo con sus hijos e hijas, descubriendo cómo aprenden, cómo juegan, cómo se desarrollan, etc.", explican desde ALE, asegurando que "educar a los menores en familia ofrece una mayor libertad en cuanto a los horarios seguir y a los contenidos a aprender, dando la posibilidad de hacer un acompañamiento más personalizado, atendiendo en todo momento sus necesidades emocionales y físicas".

Los motivos por los que una familia decide elegir esta opción son muchos, y muy variados. "Generalmente son familias que han tenido malas experiencias en la escuela o en el instituto (por acoso escolar, fobias, inadaptación a los ritmos impuestos, etc.)", cuentan desde ALE, añadiendo que también existen familias que quieren ofrecer una educación más personal, que respete los ritmos e intereses de cada niño.

¿Elección u obligación?

"Lo que ha ocurrido durante el confinamiento no es la educación en casa que realizamos las familias que elegimos esta opción", asevera la asociación en su página web. Preguntados al respecto, los miembros de la ALE explican que "lo que para nuestro colectivo es una elección, para muchas otras familias ha sido una obligación durante el confinamiento; teniendo que hacer 'malabarismos' con tiempos de teletrabajo, con recursos insuficientes para una vida online y con tareas impuestas por las escuelas; convirtiéndose, de la noche a la mañana, en profesores de sus hijos e hijas".

Por ello, inciden en la necesidad de tener claro que la decisión de educar en casa ha de estar basada en una reflexión "meditada" y "responsable". "Es importante un consenso familiar, pues se pasa mucho tiempo en familia y es necesario buscar un equilibrio con lo laboral. Formas hay muchas, y cada familia tiene que encontrar la suya", explican. 

No obstante, a pesar de que las familias que ya apostaban por este método antes de la crisis sanitaria, también han tenido que enfrentarse a ciertas dificultades durante los meses más duros. "Quienes hemos elegido educar en casa tomamos el hogar como la base desde la cual planteamos actividades que pueden desarrollarse en casa, en el exterior, en familia o compartiendo con el entorno, viajando, etc. Propiciando así, de una forma abierta y natural, la participación en la comunidad. Teniendo en cuenta esto, nosotros también nos hemos visto encerrados en casa sin poder desplegar todos nuestros recursos sociales, educativos y de aprendizaje; que tan importantes son para el desarrollo de la infancia y la adolescencia",

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