Suciedad, malos olores, ruidos… el sufrimiento de quienes viven junto a una vivienda ocupada ilegalmente

Imagen de archivo de un inmueble de Vallecas tapiado para evitar ocupaciones.
Imagen de archivo de un inmueble de Vallecas tapiado para evitar ocupaciones.
Jorge París
Imagen de archivo de un inmueble de Vallecas tapiado para evitar ocupaciones.

Un problema enquistado en el sector inmobiliario español, la ocupación ilegal de viviendas, ha cobrado en las últimas semanas una especial relevancia, al multiplicarse los casos de usurpaciones de inmuebles por parte de individuos problemáticos, que se convierten en la peor pesadilla de propietarios y vecinos.

Los datos más recientes recabados por el Ministerio del Interior reflejan que en los últimos meses se ha producido un ligero aumento de las ocupaciones en España con respecto al año pasado.

En el primer semestre de 2020, se interpusieron 7.450 denuncias por usurpación de propiedades inmobiliarias, lo que arroja una media de 26 diarias y supone un crecimiento de unas 350 en comparación con el mismo periodo de 2019, cuando se tramitaron 7.093 actas.

Dentro de este cómputo global la casuística es inmensa: ocupaciones de familias que no tienen alternativa habitacional a usurpaciones; 'patadas en la puerta' materializadas por mafias que hacen negocio después con esas viviendas o las utilizan como narcopisos o prostíbulos ; o allanamientos de personas que han hecho de la ocupación su 'modus vivendi' y convierten los vecindarios a los que llegan en lugares problemáticos.

Son estos dos últimos tipos de ocupaciones los que más quebraderos de cabeza provocan. Peleas, ruidos, suciedad o malos olores son las molestias más comunes. En los casos más graves, se denuncian agresiones físicas y verbales, trapicheos de drogas e, incluso, incendios, en ocasiones a consecuencia de enganches ilegales a la red de suministro eléctrico.

Cada vez son más los ciudadanos que alzan la voz para dar a conocer sus experiencias traumáticas con ocupas problemáticos. Su único objetivo es dar a conocer el día a día que viven para que alguien les eche una mano. Varias personas que viven junto a casas ocupadas han relatado a 20minutos, bajo estricto anonimato, los problemas que les causan los ocupas en su día a día.

"Trajeron unos perros muy peligrosos y nos amenazaban con ellos"

Desde una zona residencial de viviendas unifamiliares situada en Alicante, una lectora recuerda cómo el año pasado unas personas ocuparon uno de los chalets y generó un sinfín de problemas al vecindario.

Ana (nombre ficticio) explica que la casa se quedó vacía tras el desahucio de los propietarios, que pasaron por dificultades económicas y no pudieron seguir pagando la hipoteca al banco. La vivienda vacía se quedó vacía, y sin suministros dados de alta, y al poco tiempo llegó una familia con niños

La convivencia no fue pacífica, relata esta lectora, porque al no tener luz los recién llegados intentaron enganchar los suministros a los de viviendas contiguas. También el hecho de no tener agua hacía que acumularan suciedad

"Los vecinos del chalé de al lado eran personas mayores que tenían miedo. Se turnaban para vigilar que no engancharan la luz a sus viviendas. No dormían y los ocupas les amenazaban a diario. Nosotros nos unimos a ellos para estar vigilantes, pero trajeron unos perros muy peligrosos y nos amenazaban con ellos", recuerda Ana. Cuando se fueron, añade, "se llevaron hasta las ventanas" y dejaron la casa "invivible". 

"Tiran piedras, rompen ventanas y se enfrentan entre ellos"

"Mi familia y yo realmente estamos muy asustados", cuenta una lectora desde Barcelona. Hace unas semanas que se percataron de que en la planta baja de un edificio contiguo al de su residencia habían entrado a vivir un grupo numeroso de personas de entre 20 y 35 años.  

"Cada vez que volvía del trabajo por la calle Olzinelles, estaban con una mesa en medio de la acera jugando o tomando alcohol", relata la mujer, que afirma que de una semana a esta parte, de madrugada, se han comenzado a producir "terribles" enfrentamientos junto al inmueble ocupado. "Tiran piedras, rompen ventanas y puertas de cristal y se enfrentan entre ellos a matar", relata. 

Los vecinos les instan a parar gritando desde sus ventanas y llaman a la policía, pero no es suficiente para poner fin a los altercados. "Muchos vecinos, entre los que me incluyo, tenemos niños en casa y ya no queremos llegar de noche ni mucho menos pasar por la calle porque tenemos mucha angustia", lamenta esta lectora, que quiere "tranquilidad" para su vecindario.

"Salió ardiendo una habitación y pudo haber afectado a mi casa"

En Villamartín, un pueblo gaditano de alrededor de 12.500 habitantes situado a unos 50 km de Jerez de la Frontera, hace aproximadamente un año que una mujer decidió ocupar una vivienda propiedad de un banco y empezó a provocar problemas a los vecinos de su entorno.

Sobre todo, porque la mujer no llegó sola a la vivienda: lo hizo acompañada de tres perros grandes que tienen atemorizado al barrio porque siempre están sueltos. De hecho, al menos han mordido a dos personas, según cuenta uno de los vecinos, que prefiere mantenerse en el anonimato. 

"La Policía y la Guardia Civil nos dicen que no pueden hacer nada al respecto,  que cuando veamos los perros fuera, llamemos a la perrera", cuenta el lector, que indica que las peleas cerca de la vivienda ocupada son frecuentes. Incluso, hace unos días que salió ardiendo una habitación de la misma. "Si no llega a ser por la mañana, quizás habría afectado a alguna casa cercana", lamenta. 

"Parece que por ser ocupas tienen patente de corso"

Un lector lamenta que ha convivido durante algún tiempo con ocupas y no escatima en calificativos para describir el suplicio que han vivido. "Griterío, impunidad, chulería, gamberrismo, peleas...", enumera Antonio (nombre falso), que califica a los usurpadores con los que convivió como "maleducados y delincuentes".

Su testimonio incluye enganches ilegales de agua, electricidad, internet y corte y destrozos en instalaciones de vecinos, lo que le ha hecho pensar en que estas personas tenían cierta "impunidad".  "Parece que por ser ocupas tienen patente de corso", lamenta, y relata una anécdota que se produjo cuando los ocupas fueron desalojados de la vivienda junto a su casa: "Cuando se iban no podían meter el gran televisor en el biplaza de alta gama nuevo y descapotable", sostiene.

"Destrozan el mobiliario de las zonas comunes"

Desde Madrid, una lectora envía el caso de una familiar, que vive con dos menores en un piso de protección oficial situado en un edificio con un gran número de viviendas ocupadas desde hace años. Por esta situación, cuanta Marta (nombre ficticio), "las personas con derecho a una VPO no pueden tomar posesión de ella". 

Los ocupas "destrozan el mobiliario de las zonas comunes, tiran basura al patio desde las ventanas y, para colmo, cuando vienen a echar a unos, ya han cambiado el nombre en el buzón y hay otros ocupas diferentes... Son una mafia", lamenta. 

Tema en exclusiva de 20minutos para Upday
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