La Dolça Revolució reunió este sábado en Balaguer (Lleida) a un centenar de personas sin medidas de seguridad contra el coronavirus para hacer un acto de desobediencia con el objetivo de demostrar que los medios y los gobiernos "engañan" sobre la pandemia. Cabe recordar que la región sanitaria de Lleida todavía se encuentra en la fase 1 de desescalada, y por lo tanto no se permiten reuniones de más de 10 personas.
El campesino y fundador de Dolça Revolució, Josep Pàmies, ha asegurado que el confinamiento es "absurdo" y por eso han decidido hacer esta acción reivindicativa donde se ha encontrado "gente sin miedo" de todo el país para darse abrazos y besos ya que, según él, si se usan plantas y otras sustancias como no hay que tener miedo ante el coronavirus.
Así, el curandero ha defendido que con el MMS se puede combatir la Covid-19 y ha lamentado que las autoridades sanitarias declinen hacer estudios científicos sobre su eficacia.
Besos, abrazos y baños de MMS
Pàmies ha señalado que quedaron en una zona cercana al río Segre y que aprovecharon para hacer un reconocimiento de plantas que ayudan a luchar contra la dolencia. Así mismo, ha dicho que también se dieron besos y abrazos y que se rociaron con vaporizadores de MMS para evitar posibles contagios del virus. Al encuentro había gente que venía de Barcelona y también otros puntos del Estado, como Burgos, en un momento en que no está permitida la movilidad entre distintas regiones sanitarias.
El activista defiende que las personas pasen el virus cuanto antes mejor para poder obtener "resistencia natural", y en aquellos casos en que haya complicaciones respiratorias, ha asegurado que se puede combatir con el MMS. En este sentido, ha añadido que desde Dolça Revolució se han ofrecido como "conejitos de indias" para que las autoridades sanitarias les infecten controladamente con la Covid-19 para demostrar que el MMS es efectivo pero que no se les ha escuchado.
Se han ofrecido voluntarios para infectarse de Covid-19 para demostrar la supuesta efectividad del MMS
Por todo ello, Pàmies considera que los medios y los gobiernos están "engañando" sobre el coronavirus y sus efectos reales y ha acusado a las "presiones de la industria farmacéutica" por el hecho que no se permite investigar sobre los "beneficios" de las terapias naturales para combatir el virus.
Según Pàmies, desde el inicio de la pandemia del coronavirus la Dolça Revolució ha recibido miles de consultas sobre sus remedios y con un equipo de 15 voluntarios están intentando asumir todo este volumen de demanda. De hecho, asegura que la entidad ha doblado su número de socios.
Guerra contra mascarillas y vacunas
Además de hacer acciones reivindicativas, Dolça Revolució también ha llevado al Contencioso–administrativo de Madrid la obligación de llevar mascarilla. Consideran que es una "incongruencia" que se tenga que llevar cuando la OMS ha dicho que el virus no se contagia por el aire. Así mismo, también han denunciado en el gobierno español las fumigaciones masivas que ha hecho el Ejército con "productos tóxicos".
Paralelamente, Dolça Revolució está impulsando una acción legal que reúne una demanda colectiva de 450 familias contra el Departament d'Educació, que presentarán esta semana al Contencioso–administrativo de Cataluña por la prohibición de ir a la escuela a alumnos que no estén vacunados.
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