La hidroxicloroquina, un medicamento utilizado hasta ahora contra la malaria y que se ha convertido en el centro de una importante controversia por sus supuestos efectos nocivos más que curativos a la hora de tratar la Covid-19, ha sido suministrado de manera masiva en España a los pacientes de esta enfermedad.

“Lo estoy tomando desde hace un par de semanas. Si no es bueno, se lo diré”. Con estas palabras del 18 de mayo, el presidente estadounidense, Donald Trump, lanzó definitivamente al estrellato a la hidroxicloroquina.

Un estudio publicado por la revista científica The Lancet cuatro días después de las palabras de Trump y elaborado tras analizar a unas 96.000 personas, este tratamiento utilizado hasta ahora contra la malaria está relacionado con un mayor riesgo de muerte y enfermedades cardíacas.

Estos alarmantes resultados llevaron a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a detener temporalmente los ensayos clínicos con hidroxicloroquina en pacientes de Covid-19, el pasado lunes.

¿Qué es la hidroxicloroquina?

"Tras leer la publicación, decidimos a la luz de estas dudas ser cautos y suspender temporalmente la afiliación a este medicamento", explicó la jefa de científicos de la OMS, Soumya Swaminathan Chief Scientist.

Este miércoles se ha desvelado, gracias al borrador de un artículo aún no revisado por pares sobre un amplio estudio elaborado por la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) y publicado en la plataforma medRxiv, que el 85,7% de los pacientes hospitalizados por Covid-19, la enfermedad que provoca el nuevo coronavirus, en España ha recibido hidroxicloroquina.

El estudio contiene datos de 12.213 pacientes hospitalizados por coronavirus (dados de alta o fallecidos) y en su desarrollo han participado 604 investigadores de 146 centros hospitalarios de todas las comunidades autónomas, especialmente de Madrid, la cual ha aportado aproximadamente un tercio de los casos analizados.

Este mismo miércoles, el Gobierno francés ha derogado el decreto que autorizaba el uso de la hidroxicloroquina para tratar pacientes de Covid-19, haciéndose eco de las dudas que ya habían expresado el Consejo Superior de Salud Pública y la Agencia del Medicamento.