Madrid

El primer 2 de mayo de la coalición de gobierno PP-Cs: de luto por la Covid-19 y con mucho por hacer

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Europa Press

A punto de cumplir nueve meses de gobierno, la coalición autonómica PP-Cs celebra este sábado su primer 2 de mayo, día de la Comunidad de Madrid. Será, sin duda, muy diferente de lo que habían imaginado. La crisis sanitaria ha desbaratado por completo cualquier posibilidad de celebrar el acto institucional al uso, aunque sí que ha permitido organizar un homenaje a fallecidos y enfermos de Covid-19, así como a los miembros de la sociedad civil que están luchando contra la pandemia (sanitarios, fuerzas y cuerpos de seguridad, limpiadores, etc.). Será a las 11:00 horas en la Puerta del Sol, asistirán un número reducido de representantes institucionales y el Ejecutivo regional al completo.

Los 14 miembros del Gobierno, con la presidenta Isabel Díaz Ayuso a la cabeza, llegan a este día tan señalado con semanas de intenso trabajo a sus espaldas. No en vano, el coronavirus ha golpeado a Madrid con particular intensidad y la Comunidad lleva más casi dos meses en jaque, con un sistema sanitario que se ha estresado al máximo y con, al menos, 13.500 fallecidos (más de 8.200 en hospitales con pruebas PCR positivas y el resto en domicilios, residencias y otros lugares con síntomas compatibles).

Durante estas semanas sin precedentes, el Ejecutivo, como ya hacía antes de la emergencia, se ha esforzado en mostrarse unido, aunque en algunos momentos las fricciones entre los dos partidos que forman la coalición, e incluso cierta descoordinación, han sido evidentes. A cuenta de la gestión en las residencias de ancianos durante la pandemia trascendió una diferencia de pareceres entre el consejero de Políticas Sociales, Alberto Reyero (Cs), y el de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero (PP). El primero dijo en los micrófonos de la Ser a mediados de abril que no había ninguna residencia medicalizada en la Comunidad y, un día después, el segundo, le acusó en Telemadrid de “desconocer” la realidad porque sí se habían trasladado recursos sanitarios a algunos centros.

A cuenta de la flexibilización del confinamiento para los niños, varios días antes de que el Gobierno central lo anunciara formalmente, también se evidenció la distancia entre los socios de la Puerta del Sol: el vicepresidente y portavoz Ignacio Aguado (Cs) anunció en varios medios de comunicación que defendería en el Consejo de Gobierno aprobar una propuesta para que Isabel Díaz Ayuso se la trasladara a Pedro Sánchez en la conferencia de presidentes. Cs llegó a elaborar un plan regulando las condiciones en las que se producirían estas salidas, pero el Consejo no logró la necesaria unanimidad para sacar adelante la propuesta. El PP defendió que no querían tomar ninguna decisión precipitada sobre la desescalada para no echar a perder los logros conseguidos manteniendo a la población confinada en sus casas durante semanas.

Antes de que la Covid-19 irrumpiera para cambiarlo todo, los roces más evidentes de los socios de gobierno se habían producido por el posicionamiento de cada uno de ellos respecto a la comisión de investigación de Avalmadrid y especialmente la declaración de la presidenta Díaz Ayuso en la misma, que finalmente no salió adelante, y por la relación, sustancialmente distinta, que mantenían PP y Cs con Vox, el partido que posibilitó la investidura de Isabel Díaz Ayuso, allá por agosto de 2019, tras semanas de intensas negociaciones. Estas diferencias acabarían por truncar el primer proyecto de ley que llevó el Gobierno a la Asamblea pocos días antes del comienzo de la crisis sanitaria: tres bonificaciones fiscales para unos 30.000 madrileños. No salió adelante por el voto en contra de Vox. 

Discrepancias de los socios, también en la pandemia

La diferente estima que unos y otros tienen a la formación que en Madrid lidera Rocío Monasterio fue patente, incluso, durante la celebración de los 100 días de gobierno de la coalición, a finales del pasado noviembre. Entonces, PP y Cs también presumieron de haber puesto en marcha unas 200 medidas de la hoja de ruta que marcaron al inicio de la legislatura. Entre ellas no figuraba, sin embargo, el proyecto de presupuesto regionales para 2020, dado que la coalición renunció a elaborarlos achacando esta decisión a la falta de información sobre los ingresos que recibiría del Gobierno central en materia de financiación autonómica.

La renuncia a elaborar la norma fundamental para cualquier gobierno supuso la prórroga de las cuentas de 2019, un traje con el que los socios no se mostraron del todo incómodos, dado que contenían la autorización de gasto más elevada de la historia de la Comunidad, lo que les permitiría acometer sus proyectos, según defendieron en repetidas ocasiones. Una planificación que, de momento, se encuentra en suspenso, a la espera de superar, primero, la emergencia sanitaria, y, después, las consecuencias económicas y sociales derivadas. Según los primeros cálculos realizados por el Ejecutivo, el impacto de la pandemia sobre la economía regional se sitúa en 2.000 millones de euros, el 10% del PIB de Madrid, una cifra que habrá que tener en cuenta para la elaboración de las cuentas de 2021 o, incluso, para unos presupuestos de emergencia, una propuesta que defiende Vox.

Una legislatura por recomponer después de la Covid-19

En cualquier caso, con las estimaciones de impacto económico, y dado que aún no hemos superado la crisis sanitaria, aún es demasiado pronto para saber cómo afectará la pandemia al pacto que se plasmó en 155 puntos. Entre los proyectos a materializar hasta 2023 figuraban el inicio de los trabajos en Madrid Nuevo Norte, varias ampliaciones de la red de Metro, la apertura de este servicio las 24 horas durante los fines de semana, una rebaja del tramo autonómico del IRPF, el abono gratuito para mayores de 65 años

El consejero de Transportes, Ángel Garrido, reconoció esta semana en una entrevista con 20minutos que algunos de los proyectos que ya estaban en marcha se tuvieron que paralizar temporalmente para volcar todos los esfuerzos en las cuestiones que marcaba la emergencia de la pandemia, y a la vez aseguró que harán todo lo posible para recuperarlos y sacarlos adelante. En algunos casos, el trabajo que ya se había hecho era notable. Lo primero, en este aspecto y en el resto, es superar la coyuntura actual y afrontar la “nueva normalidad” que viene y los retos que se van a imponer.

En el caso de Madrid Nuevo Norte, se llegó a aprobar en lo peor de la crisis sanitaria y el Gobierno regional confía en que la puesta en marcha de este proyecto que lleva sobre el papel más de 20 años pueda ayudar a revitalizar la maltrecha economía que dejará la Covid-19. Ante Pedro Sánchez, la presidenta madrileña defendió la vivienda como uno de las claves de la recuperación económica.

Un gran acuerdo de recuperación que no cuaja

Para afrontar este futuro inmediato, sobre la mesa del Gobierno PP-Cs está la oferta del PSOE para llegar a un gran pacto político y social de recuperación. Públicamente, los socialistas madrileños tendieron la mano el 22 de abril y se mostraron dispuestos a hacer borrón y cuenta nueva (hay que recordar que el PSOE-M ganó las elecciones autonómicas de 2019 pero necesitaba, entre otros, el apoyo de los naranjas para gobernar y finalmente estos inclinaron la balanza hacia la derecha). 

El Ejecutivo no cerró la puerta a un gran acuerdo regional, incluidos agentes sociales, pero la posibilidad ahora mismo parece lejana. Máxime cuando esta misma semana, en el pleno monográfico que se celebró en la Asamblea de Madrid el pasado miércoles, las diferencias entre las fuerzas políticas sobre bastantes aspectos de la gestión de la crisis del coronavirus quedaron a la vista.

Los grupos de izquierda, PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos, echaron en cara al Ejecutivo, sobre todo, la gestión que se ha hecho en las residencias de ancianos y también en los hospitales y otros centros sanitarios, esencialmente en el aspecto referido a la carestía de materiales de protección, que ha derivado en el contagio de miles de profesionales. 

Vox también exhibió dureza contra el Gobierno: directamente pidió a Díaz Ayuso que redujese consejerías para ahorrar y que cesase al consejero de Políticas Sociales. PP y Cs, en este caso juntos, encajaron los golpes de la oposición y defendieron la gestión que han estado realizando en una situación extraordinaria y de dimensiones desconocidas que ha puesto patas arriba la vida cotidiana en la región.

Los líderes de los partidos políticos se volverán a reunir en el 2 de mayo más atípico, en el que hay poco que celebrar y mucho por hacer. Está por ver si la unidad se impone a la distancia para lograr cuajar el gran acuerdo que sea el punto de partida de la recuperación que viene. 

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