La Policía Nacional intervino el pasado jueves en un piso de la calle Ramón Pignatelli de Zaragoza, tras detectar un movimiento inusual de personas en pleno estado de alarma por la epidemia de coronavirus, informa Heraldo. Según el rotativo aragonés, el interior de la vivienda se había convertido en un bar clandestino.
Los inquilinos, que regentan un bar en la calle Conde de Aranda, decidieron aprovechar la clausura temporal de su negocio para seguir atendiendo a sus clientes en la vivienda.
Fueron los vecinos los que percibieron cómo grupos de jóvenes se acercaban al edificio, situado en el número 48 de la calle Ramón Pignatelli, y llamaban a gritos a una mujer que estaba en la tercera planta.
Al llegar los agentes tras ser avisados, entraron a la casa y encontraron a varias personas bebiendo y de fiesta. No hubo detenidos, pero los agentes levantaron varias actas por desobediencia.
Según Heraldo, el edificio donde está la vivienda está 'okupado' y estaba prevista una orden de desalojo para finales de este mes,pero el estado de alarma previsiblemente retrasará la operación.
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