Baja tolerancia a la frustración y tendencia a las adicciones: los efectos de 'hiperregalar' a los niños

Los niños suelen escribir las cartas de Navidad con tiempo, dando margen para rastrear las mejores ofertas.
Dos niños abren regalos en Navidad.
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Los niños suelen escribir las cartas de Navidad con tiempo, dando margen para rastrear las mejores ofertas.

¡Que vienen los Reyes Magos! Llega la noche que probablemente más ilusión hace a los niños españoles. Sus majestades llegan cargados de juguetes, pero hay que repartir. En esta ocasión, menos es más. El exceso de regalos producirá el efecto contrario en los más pequeños, que ante una avalancha de paquetes por desenvolver perderán la emoción del momento y dejarán de valorarlo. Es lo que los expertos han calificado como 'niños hiperregalados'.

"Está demostrado que los niños con pocos juguetes disfrutan más de ellos y desarrollan juegos más elaborados y creativos. En cambio, los que reciben muchos juguetes pueden acabar sufriendo el síndrome del 'niño hiperregalado': incapacidad de centrar su atención en un juego por la cantidad de estímulos que tiene a su alrededor, apatía, falta de interés y de esfuerzo, aburrimiento y frustración", recoge en su blog Deparenpar la psicóloga Sheila Alcázar.

Según el informe Consumo Navideño 2019 de la consultora Deloitte, los españoles gastan 554 euros durante estas fechas, un 2,4% más que en 2018 y 93 euros más que la media europea. Esta cantidad incluye cenas de empresa, comidas familiares, salidas de ocio y regalos. Estos últimos representan la mayor partida. Los españoles se han gastado 238 euros en regalos estas Navidades, según los cálculos de Deloitte.

Claves para que no se vaya de las manos

La psicóloga clínica de Sanitas Grecia de Jesús recomienda en primer lugar escribir la carta junto a los pequeños "para orientarles" y porque "al verbalizar sus deseos se pueden dar cuenta de que en realidad están pidiendo muchos regalos o de lo que es realmente importante para ellos".

De Jesús recuerda 'la regla de los cuatro regalos': "Uno que vayan utilizar de forma cotidiana, otro que necesiten, otro para leer y un cuarto que realmente deseen" —que es en realidad el tipo de regalo que la mayoría de los niños piden en sus cartas—. Al incluir algo que necesitan como regalo de Navidad, "nos ayuda a que los pequeños valoren el esfuerzo que supone adquirir las cosas que necesitamos", explica la psicóloga. Añade, también, que la "presentación atractiva" de los regalos y "mostrar emoción con ellos" al verlos y abrirlos ayuda a que los más pequeños valoren todo lo que los Reyes Magos (o Papá Noel) les traen.

En las familias de padres separados, en ocasiones, se declara tácitamente una guerra entre exparejas por ver "quién quiere más a los pequeños" según cuánto dinero se gasten en regalos para ellos. En estos casos, Grecia de Jesús plantea "aceptar la situación (puesto que se escapa de nuestro control) e intentar reconducir la atención de los niños hacia los regalos pequeños que, sin embargo, pueden generar un gran valor emocional, como por ejemplo un libro, que nos hará pasar tiempo de calidad con nuestros hijos mientras se lo leemos cada noche, o un juego de mesa".

El mejor regalo: tiempo con ellos

"A los niños les gusta pasar tiempo que sus padres, que les dediquen el 100% de su atención, que les escuchen y vean lo que saben hacer. Confundir los deseos con los regalos es un error. Regalarles tiempo es más importante que los objetos", añade el profesor de Psicología de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) José Ramón Ubieto.

"Estamos llenando la vida de objetos y hay que ser conscientes de ello. Hace 40 años los niños tenían pocos objetos a su alrededor y las relaciones eran más directas —por ejemplo, en las comidas estaban los adultos, los niños y las comidas (sin pantallas)—. Les estamos produciendo hartazgo, deberíamos regalarles aburrimiento", abunda el experto de la UOC.

Ubieto, que considera que "no hay fórmulas mágicas puesto que cada uno tiene su propia valoración de la crianza", señala que son los adultos quienes crean la oferta que genera la demanda. En otras palabras: "Introducimos el virus nosotros y luego nos quejamos de la enfermedad", comenta para explicar que los niños piden a sus padres lo que estos les ofrecen. "Si les ofrecemos actividades y experiencias, acabarán demandándonos eso. La oferta genera demanda. Nos quejamos porque tienen mucho pero se lo compramos nosotros", continúa.

El profesor sugiere "combinar tipos de regalos (los que necesitan, los que usan y los que desean) para que entiendan que los presentes pueden satisfacer muchos tipos de necesidades, no solo llevarlos al terreno de lo lúdico".

Consecuencias del 'niño hiperregalado'

Cuando los niños reciben un exceso de regalos, los expertos señalan que los pequeños "no entienden el valor de los mismos". La psicóloga Grecia de Jesús apunta que "se genera un sentimiento de egoísmo y se asocia el consumismo a la felicidad". 

Además, estos niños que consiguen todo lo que piden desarrollan personalidades con baja tolerancia a la frustración, tendencia al aburrimiento, son más propensos a caer en adicciones en la edad adulta —porque no están acostumbrados a tener límites— y necesitan cada vez más estímulos", concluye.

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