Orús, director de 'El principio del fin de las armas nucleares': "La gente no sabe hasta qué extremo estamos en peligro"

Juana Pérez Montero, editora de Pressenza, y Álvaro Orús, director de 'El principio del fin de las armas nucleares'.
Álvaro Orús, director de 'El principio del fin de las armas nucleares', y Juana Pérez, editora de la agencia que lo produce.
Jorge París
Juana Pérez Montero, editora de Pressenza, y Álvaro Orús, director de 'El principio del fin de las armas nucleares'.

Es un tema del que apenas se habla. Un asunto que la inmensa mayoría de los partidos no recogen en sus programas electorales. Pero hay voces que alertan de que el riesgo es real y mucho mayor del que la sociedad cree. Hablamos de las armas nucleares, un arsenal que en el mundo asciende a entre 14.000 y 19.000 unidades, de las que unas 2.000 están en alerta permanente. 

"La gente no sabe hasta qué extremo estamos en peligro. No solo por un posible uso intencional, sino también por un uso accidental", advierte Álvaro Orús. Junto a él, Juana Pérez apostilla: "Corremos el mismo peligro que en 1945, cuando se lanzaron las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki". 

Ambos forman parte del equipo que ha impulsado el documental El principio del fin de las armas nucleares; él, como director y ella, como editora de Pressenza, la agencia que lo produce. "Hay menos que en los 80 pero suficientes como para destruir varias veces el planeta. Y cada vez es un armamento más sofisticado, en un entorno de una tensión internacional creciente y dirigentes bravucones e impredecibles", advierte la periodista. 

Sin ir más lejos, este domingo Irán anunciaba el cese de sus restricciones a la producción y enriquecimiento nacional de uranio, en parte como represalia por la muerte de su poderoso general Qasem Solemaini el pasado viernes durante un ataque de Estados Unidos en Bagdad. 

En ese contexto, a lo largo de casi una hora, y con el testimonio de expertos y víctimas directas, el trabajo persigue un doble objetivo. Por un lado, instar a los gobiernos a que firmen el Tratado de Prohibición de Armas Nucleares, y que una vez suscrito no lo abandonen, y por otro movilizar a los ciudadanos en favor del desarme. El citado tratado fue aprobado el 7 de julio de 2017 en el seno de la ONU. Salió adelante con el voto a favor de 122 países pero hasta el momento solo lo han firmado 80. La cifra de los que lo han ratificado es aún menor: apenas supera los 30, cuando es necesario llegar a los cincuenta para que entre en vigor.

Entre los países que ni siquiera lo han rubricado se encuentra España. "No lo vamos a firmar por tres razones: porque queremos preservar el Tratado de No Proliferación, por solidaridad con nuestros aliados de la Alianza Atlántica" y por una apuesta por el "multilateralismo y el fomento del mayor consenso posible, algo que ese tratado no consigue". Estos fueron los motivos que en febrero de 2018 esgrimió el entonces ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, en el Congreso al ser preguntado por el diputado de Podemos Pablo Bustinduy. Para Dastis, se trataba de un acuerdo que “divide a la comunidad internacional”. 

“El Gobierno se atiene a cierta disciplina dentro de la OTAN, que tiene una política de defensa que incluye las armas nucleares. Pero la ICAN -campaña internacional que obtuvo el Nobel de la Paz en 2017- le ha dado toda una serie de argumentaciones sobre que el contrato con la OTAN no entra en contradicción con el tratado”, explica el director de un largometraje que en España se estrenó en septiembre y que desde entonces ha recorrido varias ciudades, además de haber sido proyectado en otros países.

Propuestas

"Todos los documentales que habíamos visto sobre este tema eran un poco depresivos. Te llevaban a sentir impotencia. Nosotros desde el principio quisimos darle otra orientación y a todos los entrevistados les preguntamos qué podía hace una persona de la calle para ayudar al desarme nuclear", cuenta Álvaro. 

De ahí salieron varias propuestas: escribir a los parlamentarios instándoles a que firmen un apoyo a la prohibición de este armamento; hacer un llamamiento en las ciudades dirigido a las autoridades locales; difundir el documental; participar en movilizaciones como la Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia, o pedir a fondos y entidades que desinviertan en este tipo de armas.

Más del 90% del arsenal se lo reparten entre Estados Unidos y Rusia y ninguno de los dos ha firmado el tratado pero tanto Álvaro como Juana creen que con una postura internacional fuerte se produciría un efecto de desprestigio que "desmontaría discursos como el de que las armas nucleares protegen a todo el que está bajo su paraguas". "La estigmatización tiene unos efectos prácticos, por ejemplo en la desiversión", defiende él, quien espera que ocurra así lo mismo que pasó con las minas antipersona o las bombas de racimo. 

A la espera del nuevo Gobierno

En España, los autores del documental tienen cierta esperanza en que con el nuevo Ejecutivo la tendencia cambie. Durante las negociaciones para los Presupuestos Generales de 2019 entre el presidente, Pedro Sánchez, y el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, este último afirmó que el Gobierno se había comprometido a firmar el Tratado de Prohibición de Armas Nucleares. 

La convulsa situación política que se ha vivido desde entonces ha hecho imposible que dicho compromiso llegase a materializarse. Tras la investidura de Sánchez este martes habrá que esperar para saber si aquella postura se mantiene. De momento, al menos, el programa pactado por PSOE y Podemos para su “coalición progresista” no hace referencia a este punto en su medio centenar de páginas.

Pese a esa ausencia, ambos entrevistados se muestran optimistas y creen que "igual que los jóvenes han salido a defender el clima, lo que ha supuesto un antes y un después en el movimiento ecologista", puede producirse "un mecanismo de ese tipo, que haga que la población despierte y caiga en la cuenta del peligro en el que está viviendo". 

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