Tras el fracaso de la semana pasada para convecer a Podemos de que apoye la investidura sin que sus caras más visibles sean ministros, Pedro Sánchez volverá a intentarlo la próxima semana, en esta ocasión, con una mejora de la oferta para el acuerdo programático. Según ha dicho este domingo la vicepresidenta en funciones, Carmen Calvo, "a lo largo de los días se puede modificar y perfeccionar" el documento que hay sobre la mesa, que es una mera "síntesis" del programa electoral.

La ejecutiva del PSOE estudiará esta posibilidad el jueves, cuando termina la consulta de Podemos a sus bases. Para entonces, el PSOE espera que haya empezado la negociación con Podemos, que insiste en que no hablará de un programa si no va de la mano de la formación de Gobierno, es decir, de la entrada de ministros morados sin vetos por parte de Iglesias. El próximo jueves, ha dicho Calvo, se verá si "hemos podido sentarnos a hablar". También, por tanto, se verá si Iglesias nombra un equipo negociador o si sigue enrocado en hablar también de ministerios.

Para entonces, quedarán cuatro días para que el 22 de julio empiece en el Congreso la sesión de investidura a la que de momento Sánchez acude sin apoyos suficientes y de la que insiste en que debe salir reelegido. "El presidente tiene que estar ahora en el objetivo más importante de la política española, que es su gobernabilidad", algo que "no es solo responsabilidad de los socialistas", ya que "el sistema tiene que funcionar".

Hace siete días, Sánchez presentó un documento para negociar un acuerdo de Gobierno con Podemos que no solo no incluía ningun a novedad programática, sino que ni siquiera contemplaba puntos ya pactados con el partido morado en el acuerdo presupuestario y político que firmaron Sánchez e Iglesias en octubre de 2018.

Iglesias lo despachó calificándolo de "corta y pega" del programa electoral del PSOE. Podemos acusa en él "retrocesos evidentes" en cuestiones que ya daban por sentadas en su alianza con el PSOE, puesto que se habían plasmados en un acuerdo anterior. Para los socialistas siempre ha sido un "documento abierto de trabajo" y ahora están dispuestos a modificarlo, no sin antes "hablar" con los de Iglesias, es decir, ponerlos a negociar sobre el programa.

A la espera de ver por dónde va el  "perfeccionamiento" al que se ha referido Calvo este domingo, la propuesta actual soslaya temas clave para Podemos en política laboral, vivienda, pensiones y precio de la luz.

Entre las ausencias más flagrantes está elcompromiso firme para derogar la reforma laboral de 2012 que exigen Podemos y los sindicatos. El compromiso de Sánchez es "iniciar un diálogo con los agentes sociales para la elaboración de un nuevo Estatuto de los Trabajadores" y analizar "la conveniencia de aprobar, con carácter de urgencia, las modificaciones de los aspectos más lesivos de la reforma laboral".

Tampoco responde a la reivindicación de Podemos de hacer una ley para que las pensiones se revaloricen con el IPC. Sánchez asegura su "compromiso" con vincularlas al "IPC real", pero no dice nada de hacerlo en una ley que garantice que sea así siempre. Por el contrario, apunta que hay que introducir medidas para eliminar el déficil actual.

Ferraz defiende que la propuesta se ha "reforzado" sobre vivienda pero ha desaparecido algo que figuraba el pacto de 2018. Sánchez accedió a que ayuntamientos y comunidades crearan índices de referencia de precios del alquiler para poder limitarlos en zonas tensionadas que ya desapareció en el decreto de vivienda y también está ausente ahora. Sánchez tampoco menciona ahora reformar el mercado eléctrico para abaratar la factura de la luz, como se acordó en 2018.