La 32 edición de los Goya tuvo algunos elementos diferenciadores con respecto a otros años. El más obvio fue que era la primera vez que el certamen no se celebraba en Madrid. También llamó la atención que, entre los invitados a la fiesta del cine español, hubiese influencers cuando algunos actores no tienen ni asiento.

Dulceida, María Pombo, Marta Carriedo, María Fernández Rubíes, Marta Lozano o Carla Hinojosa fueron algunas de las instagramers que estuvieron en Sevilla gracias a una marca de cosmética y a una bebida alcohólica. Sin embargo, se ha criticado que estas chicas estuvieran paseándose sobre la alfombra roja junto a los actores.

"A los Globos de Oro y a los Oscar van influencers como Chiara Ferragni", comentaba Dulceida a la periodista Sandra Barneda. "Sería maravilloso si yo y otras influencers conseguimos que, con nuestra presencia aquí, el cine español llegue a más gente", añadía la catalana.

Así que en Instagram no pararon de subir fotos y stories con las correspondientes menciones a las marcas. En algún caso, hasta aparecían productos colocados 'de manera casual' en la imagen a modo de publicidad encubierta. ¿Hubo intercambio económico? Carriedo dice que no. "A nadie le pagan por ir a los Goya", contesta la empresaria en el programa Morning Glory de Mediaset.

Entonces, si no hay dinero de por medio, "¿por qué asocias tu nombre a una marca?", cuestiona David Moreno a Marta Carriedo. "Porque son firmas con las que ya has trabajado y colaborado", responde.

La madrileña explicó en el espacio que las marcas en cuestión se encargó de costear traslado y alojamiento para que pudiesen "vivir la experiencia".

La gala no la vieron sentados junto a los actores y la gente premiada sino a través de una pantalla ubicada en una sala vip que la Academia puso a disposición de las marcas.