El miedo a las represalias de sus agresores es el principal motivo por el que no denuncian las víctimas de violencia machista en España, con un 80%. Es una de las conclusiones del informe realizado esta semana por el 25-N, el Día Internacional contra la Violencia de Género.

Estos datos se basan en un informe de la Fundación Adecco, una encuesta realizada a 500 mujeres que han sufrido violencia doméstica, residentes en España, entre 18 y 60 años.

Después del miedo, el siguiente motivo por el que las mujeres que padecen violencia de género no denuncian es el paro y la precariedad, con un 71%. El depender económicamente de su agresor, "muchas veces por imposición directa de éste", según recoge esta investigación, les hace sentir menoscabada su autoestima, temen encontrase solas, sin recursos, e incluso perder la custodia de sus hijos.

Hay una cierta relación entre el desempleo y la violencia machista, según el proyecto europeo We Go!, llevado a cabo en 12 centros de 4 países europeos (España, Grecia, Bulgaria e Italia). El 65% de las encuestadas manifiesta estar en el paro, el 16% admite tener ocupación, pero sin contrato, algunas veces, sin conocimiento del agresor. Dentro de las desempleadas, el 58% es de larga duración, es decir, lleva más de un año sin encontrar trabajo.

Dentro de las mujeres víctimas con discapacidad, las cifras se agravan. Solo un 8% tiene empleo, el 78% está en el paro y el 12% tiene ocupación sin contrato.

Begoña Bravo, consultora de la Fundación Adecco, explica que la "violencia de género aleja "a las víctimas del mundo laboral, debido al bloqueo de acceso al empleo que ejerce el agresor. Para ella, "el hecho de no ser independiente económicamente" puede ocasionar que la violencia machista "se perpetúe en el tiempo".

Por su parte, Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco, concluye que "si bien el empleo no es un muro infranqueable" contra la violencia doméstica, si supone "una sólida barrera que actúa como mecanismo preventivo". 

Dentro de los datos de esta investigación, el 49% de las mujeres preguntadas cree que tardará en encontrar más de un año trabajo.

Los siguientes frenos para denunciar son la inseguridad jurídica con un 40%, la desconfianza en la protección que le proporcionará el sistema y un 38% admite no denunciar por vergüenza a “reconocer” las graves situaciones que ha tolerado. Además, un 35% declara no querer perjudicar al agresor (prisión, pérdida de estatus social y familiar, etc).

En 2017, los juzgados españoles recibieron un total de 166.260 denuncias por violencia machista, la cifra más alta desde que el Consejo General del Poder Judicial contabiliza los datos. El número se incrementó un 16% con respecto al año pasado y un 29% desde 2012, hace un lustro. Entre las causas, según esta investigación, destacan principalmente dos.

- Creciente conciencia social: La consideración de violencia de género se ha pasado del ámbito privado a un problema social de primera magnitud. En este informe, se habla de la difusión de noticias como el #Metoo y las manifestaciones que recorrieron España a raíz del caso de La Manada.

- Esperanzadores datos de empleo: Las acusaciones empezaron a crecer en 2014, cuando el paro femenino empezó a caer. Durante estos años ha bajado el paro femenino y han subido el número de las denuncias. El análisis de la investigación explica que la mejora del empleo potencia "la confianza de las mujeres" para ser autónomas e independientes.

Mesonero destaca que "la progresión de denuncias podría considerarse positiva", en la medida que "afloran más casos de violencia", pero también "visibiliza el gran peso que tiene esta lacra en nuestra sociedad".

Las Comunidades donde se han registrado los mayores aumentos de denuncias en 2017 respecto a 2016 han sido Madrid (25,2%), Murcia (24,4%), Navarra (22,2%) y Aragón (22,1%). En el otro lado, Asturias es la única región en la que las denuncias han descendido (-1,3%).