Las campañas más duras de la DGT: "Es lo que ocurre, es la realidad"

Campaña de la DGT contra las distracciones al volante.
Campaña de la DGT contra las distracciones al volante.
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Campaña de la DGT contra las distracciones al volante.
Entre el anuncio que rezaba "Si bebes, no conduzcas" (1985) y el que plantea la decisión "Vivo o muerto" (2018) han pasado más de tres décadas y muchas campañas de tráfico. Algunas más agresivas que otras, pero todas con un objetivo común: concienciar.

La Dirección General de Tráfico (DGT) ha presentado este lunes su último planteamiento para intentar reducir los accidentes, que traslada directamente a la crudeza de algunos spots de los años 90, del estilo "Las imprudencias se pagan... cada vez más" (1992).



"¿En un accidente, ¿quién prefieres ser? ¿Quién vive o quién muere?", apela el nuevo anuncio, que explica las consecuencias, en el propio protagonista y en sus allegados, tanto de morir como de salir vivo, pero con secuelas, de un choque.

El año pasado 1.830 personas perdieron la vida en las carreteras, y este año se espera una cifra mayor, ha reconocido en rueda de prensa el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. La siniestralidad, además, ha subido en los últimos cuatro años.  

La DGT ha decidido afrontar "de cara" el problema, ha añadido su director general, Pere Navarro, que ya estuvo al frente de este organismo entre 2004 y 2012. Precisamente, en 2013, un estudio publicado en Transportation Research concluía que mostrar imágenes cruentas "no salva más vidas".



Los investigadores, de varias universidades españolas, analizaron entonces las campañas de 1980 a 2008 y encontraron un par de excepciones a esta afirmación: la primera, que el dramatismo sí provocaba un efecto "en los fallecidos en accidentes ocurridos en áreas urbanas".

La segunda determinaba que, a pesar de que el uso continuo de realismo termina "inmunizando" a la población, sí se da "una mayor reducción de las cifras de muertos o heridos" cuando tras varios años de publicidad más suave se eleva la intensidad en los mensajes.

Hay varios ejemplos de esta estrategia cíclica en los últimos años. Por ejemplo: el spot que comparaba a los responsables de accidentes con asesinos como Charles Manson y Lee Harvey Oswald (2005); la operadora que preguntaba a un hombre si creía que iba "a morir en la carretera" (2006); o el hombre que reconocía que su caso no era grave porque era "un actor" (2008).



Pero también, los anuncios que muestran las consecuencias de no ponerse el cinturón (2006); a personas que se enteran de que un familiar ha tenido un accidente (2010); que enseñan impactos, aunque no sea dentro de un coche (2013); o que alertan sobre las distracciones con el móvil (2017). "Me sigue poniendo la piel de gallina, pero la realidad es más dura que la propia campaña", dice Navarro.    

Lo mismo opinan desde la asociación de ayuda a víctimas Stop Accidentes. La presidenta, Ana Novella, explica a 20minutos que lo que muestran los anuncios más duros "es lo que ocurre, es la realidad" y están de acuerdo con que la DGT haya retomado este enfoque para las campañas.

En su opinión, si esta "es la única manera" de concienciar, hay que ponerla en práctica, con el objetivo, además, de que las víctimas de accidentes de tráfico no sean vistas solo "como números", sino como personas con historias particulares detrás.
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