Cuando Estefanía de Mónaco dio a luz a su tercera hija, Camille, en 1998 faltaba algo en su certificado de nacimiento: el apellido del padre. De poco sirvió para evitar que se propagasen los rumores de que el progenitor de la criatura era Jean-Raymond Gottlieb, ex guardaespaldas e instructor de esquí de Estefanía, pero a la niña le valió para no optar a la línea de sucesión al trono.

Sus hermanastros Louis y Pauline Ducret ocupan el puesto decimosegundo y decimotercero, respectivamente. Son fruto de su matrimonio con Daniel Ducruet, otro de sus guardaespaldas de quien se divorció en 1996 después de cuatro años juntos.

Dos años más tarde de dejar a Ducret llegaba Camille. El embarazo de la princesa rebelde se llevó con total secretismo ya que no estaba casada con el padre de la niña y encima era de otro de sus guardaespaldas. Gottlieb renunció a su puesto como jefe de seguridad en el instante en el que inició su idilio con Estefanía. Aquella relación tampoco le duró y Gottlieb desapareció del mapa así que cuando Camille cumplió los 19 años, la joven decidió tomar el apellido de su padre.

Nieta de la actriz Grace Kelly, que se convirtió en princesa monegasca cuando se casó con el Príncipe Rainiero III, la millennial es la que físicamente se parece más a su abuela materna aunque ha demostrado que no es un miembro típico de la monarquía al igual que su madre.

Para empezar porque tres años de su vida los pasó viviendo en un circo y durmiendo en caravanas ya que a Estefanía de Mónaco le dio por enamorarse de hombres relacionados con el mundo circense. Primero fue un domador de elefantes el que cautivó el corazón de la hija pequeña de Grace Kelly y más tarde un acróbata con el que se terminó casando, pero el matrimonio no llegó ni al año. 

A través de su Instagram, hemos visto cómo Camille Gottlieb ha celebrado su 20 cumpleaños. Lo hizo en Montecarlo, ciudad en la que vive, en un hotel ubicado en la Avenida Princesa Grace, llamado así en honor a su abuela, considerada la calle más cara del mundo.

Posando en biquini y con una corona hinchable en la cabeza, la rubia reservó varias suites para ella y sus amigos en el Le Meridien Beach Plaza, un complejo exclusivo que cuenta con la única playa privada en la zona. Hizo topless, saltó sobre las camas y se lo pasó bomba como cualquier chica joven.

Con bastante rapidez, la pequeña de la casa monegasca va ganando popularidad y su perfil de Instagram aumenta en seguidores (53,9 mil followers) gracias también al número de apariciones que tiene en las revistas del corazón.