"Nerviosos" y "acojonados": así ven los candidatos a liderar el PP a sus adversarios

Los candidatos a presidir el PP, María Dolores de Cospedal, Pablo Casado y Soraya Sáenz de Santamaría, durante sus actos de campaña.
Los candidatos a presidir el PP, María Dolores de Cospedal, Pablo Casado y Soraya Sáenz de Santamaría, durante sus actos de campaña.
EFE
Los candidatos a presidir el PP, María Dolores de Cospedal, Pablo Casado y Soraya Sáenz de Santamaría, durante sus actos de campaña.

Si se pregunta a cualquiera de las tres candidaturas con más posibilidades de alzarse con el liderazgo del PP en el congreso extraordinario del 20 y 21 de julio, en los equipos de Soraya Sáenz de Santamaría, Pablo Casado y María Dolores de Cospedal se asegura con rotundidad que los ganadores serán cada uno de ellos. "Cada uno lo piensa de sí mismo, es como el Madrid y la Champions", dice un asesor.

Sin embargo, sólo hay un puesto en la cima del partido y, además de patearse España de sede en sede, los equipos de campaña se escrutan unos a otros y llegan conclusiones como que hay nervios, miedo y versiones demasiado dulcificadas del paso de cada uno de ellos por el PP.

A Casado se le critica que pretenda pasar como alguien ajeno al "aparato" del partido; a Cospedal, lo contrario, que haga alarde de dominarlo; y a Sáenz de Santamaría, que pretenda saltarse la casilla del PP para ponerse directamente en situación de candidata a la Presidencia del Gobierno.

En todos ellos, los demás ven nerviosismo, "acojone" y una puntita de juego sucio, justo en la semana en la que el presidente de la Comisión Organizadora del Congreso (COC), Luis de Grandes, tuvo que pedir mesura en los ataques y que "no desprestigien el partido". "Yo no he dicho que van a ser unos juegos florales, pero tampoco debe ser un juego de tronos", decía De Grandes en una entrevista en Antena 3.

Primero en hacer campaña

El malestar de las otras candidaturas con Casado empezó antes de que el 23 de junio diera comienzo la campaña electoral interna que desembocará el 5 de julio en la votación de los exiguos 66.300 afiliados que se han registrado en tiempo y forma. Casado no esperó a recorrer España, por donde va sumando kilómetros -hasta 20.000 quiere hacer- y también resaltando que él representa la única candidatura de renovación.

El mensaje del vicesecretario de Comunicación es que él no forma parte del aparato del PP ni de su pasado, dado que en numerosas ocasiones tuvo que dar la cara por personas implicadas en casos de corrupción a las que "ni conocía". Sin embargo, dice, nadie puede dudar de que "ha dado la cara" por el partido, por ejemplo, cuando resultaba ser el elegido para aparecer ante la prensa en situaciones complicadas, como unos malos resultados electorales.

También ha sido él quien ha denunciado "presiones" y "represalias" de los dirigentes para influir en el voto de los afiliados y no asistan a sus convocatorias, algo que analiza como "zancadillas" a su candidatura.

Desde las otras barreras, a Casado lo califican hasta de "agresivo" cuando hace públicas esas denuncias. "Está acojonado, se está viendo al verdadero Pablo", decían desde una trinchera opuesta. Allí deslizan otras cuestiones, como la idea de crear un grupo de Facebook con amigos del PP, presentándoles como apoyos, y -según otras candidaturas- generando "bastante cabreo".

Para sus adversarios, el mensaje de Casado no se sostiene, en primer lugar porque "va de nuevo", cuando recuerdan que ya estuvo en puestos internos en Nuevas Generaciones. Resaltan que tanto él como su mano derecha en la campaña, Javier Maroto, "lleva años en el aparato".

Excesivo control del PP

Cospedal quiso renunciar a su puesto de secretaria ganeral tras anunciar su candidatura, pero finalmente no lo hizo porque planteaba un problema jurídico al partido mayor de la neutralidad que quería representar. En todo caso, desde Génova se asegura que su despacho "no lo pisa más" hasta el final del proceso.

Con eso y con todo, la hasta ahora número dos del PP basa su campaña en el conocimiento que como tal tiene del partido, algo que levanta las reticencias de sus adversarios, que le atribuyen un excesivo control del aparato, también en tiempos de campaña interna.

"Va de que conoce mucho el partido, que es verdad", dicen en otra trinchera, donde aseguran que, no obstante, Cospedal no está siendo capaz de levantar el "buen rollo" que otros perciben en los actos de su campaña.

Los adversarios de la exvicepresidenta del Gobierno consideran que ha "deshinchado" a medida que avanzan los días. Lo creen así porque, señalan, a sus actos "no va mucha gente" y en sus discursos "no está enfática".

Santamaría, presidenta del Gobierno

Consciente de que hasta ahora no ha sido lo que se dice una "mujer de partido", Sáenz de Santamaría pone el acento en su campaña no tanto en convertirse en presidenta del PP, sino en la consecuencia, ser también candidata de este partido a la Presidencia del Gobierno, una perspectiva que se le critica desde las otras dos candidaturas, que recuerdan cómo durante los tiempos más duros de la investigación por la trama Gürtel, ella escurría el bulto negándose a hablar de cuestiones de partido desde su púlpito de Moncloa.

Su desconocimiento de lo que hacía el partido ha llegado a la mitad de campaña, cuando Santamaría se ha desmarcado del censo de militantes del PP, supuestamente hinchado, al señalar que ella no estaba en el aparato del partido como para saber estas cosas.

"Ahora que la gente que no quiere mochilas, personas que hayan gestionado mal o que hayan podido haber cometido una irregularidad, dicen que es la inexperiencia y que lo que tenemos que hacer es seguir gestionados por personas que han alardeado de no hacer política ni estar en el partido", replicaba, sin nombrarla, Casado hace unos días.

El adversario de las adversarias

Cospedal y Santamaría, que eran adversarias mucho antes de que la retirada de Mariano Rajoy dejara abierta la batalla por la sucesión, se enfrentan ahora a la sorpresa de que hay otro competidor que se mide con ellas al mismo nivel.

Al menos al inicio de la campaña, en el ánimo de la secretaria general estaba hablar con la exvicepresidenta también de esta versión extendida entre ellas que ambas siguen negando y desde el equipo de Sáenz de Santamaría se reprocha que otras candidaturas hayan ido alertando de que se iban a "pelear, y de momento no se han peleado nada".

Sin embargo, en el equipo de Casado se aprecia que las dos "están nerviosas" porque no contaban con el vicesecretario. Según trasladan, esperaban que hubiera candidatos "frikis", pero no alguien capaz de pasar a la primera vuelta con alguna de ellas, algo que sería el final para las dos porque ambas saben que si los afiliados no eliminan a Casado, la carrera terminará para la que quede tercera pero también puede terminar para la que pase a la segunda vuelta con él ya que el vicesecretario contaría con sus votos y también con los de su adversaria.

Queda una semana para la votación de los afiliados del 5 de julio, la primera parada hacia un congreso extraordinario que el coordinador general del partido, Fernando Martínez Maillo, confía que dejará atrás "los ataques" entre candidatos, "lógicos" en un proceso en el que "se dicen cosas que probablemente no se dirían en otros momentos".

Hasta entonces, "cada uno venderá su libro como quiera, esta es la realidad", dicen desde el fragor de la campaña por el liderazgo del PP.

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