Todavía no ha empezado formalmente la campaña interna entre los aspirantes a liderar el PP pero ya han saltado las primeras chispas entre algunos de ellos. María Dolores de Cospedal, Soraya Sáenz de Santamaría, Pablo Casado e, incluso José Manuel García-Margallo tienen diferencias entre ellos que no son nuevas y que se exacerban ahora que pugnan por lo mismo -la presidencia del PP- y que están sobreexpuestos en los medios de comunicación.

Así, en una sola jornada desde que este miércoles entregaran los avales en la sede nacional del PP hasta este jueves, el catálogo de agravios entre dos o más de ellos abarca la pugna por quién ha dado más la cara en estos años por el PP, quién tiene un discurso más elaborado y profundo, quién se ha saltado las normas y ha empezado ya la campaña o sobre si hay que hacer pagar, aunque sea 20 euros, a los afiliados para que puedan votar el próximo 5 de julio entre los aspirantes a suceder a Mariano Rajoy.

Este jueves ha sido motivo de disputa quién ha hecho más por el PP en los últimos difíciles años, en los que hubo que gestionar las acusaciones y consecuencias relacionadas con la trama Gürtel.

La secretaria general, María Dolores de Cospedal, ha mantenido que "dar la cara siempre es bueno, es duro porque te la parten, pero es bueno", utilizando palabras que ya empleó el miércoles cuando, en la presentación de su candidatura recordó que siempre ha "dado la cara por la honorabilidad de unas siglas que se han visto injustamente salpicadas". "Me he enfrentado a individuos que nos engañaron a todos", recordó Cospedal, sin citarlos, sobre los cabecillas de la Gürtel

"Sé que ha perjudicado mi imagen, lo sé muy bien, esto es un coste siempre pero no me arrepiento", ha dicho Cospedal en clara diferencia con las palabras hace unos días de Casado, el vicesecretario de Comunicación del partido con quien la secretaria general solía turnarse para comparecer ante la prensa, también se presentó como el defensor, por el bien del PP de "traidores a los que yo ni siquiera conocía".

En los peores momentos, sectores del partido reprocharon a la exvicepresidenta del Gobierno su silencio sobre la Gürtel y que no saliera en defensa del partido, que ahora pugna por presidir. Este jueves, ella prefirió enfocar su campaña desde otro ángulo, las encuestas que, según ha dicho en la Cope, la sitúan junto al presidente de la Xunta, con más posibilidades de recuperar el Gobierno.

"Hasta hace una semana, las encuestas decían que había dos personas que tenían capacidad para recuperar el Gobierno de la nación y éramos Alberto Núñez Feijóo y yo. Está en las encuestas del fin de semanas de varios periódicos", ha señalado.

Mientras que Casado mantiene que las presuntas irregularidades que vuelven a surgir en torno al máster que cursó en 2009 en la Universidad Rey Juan Carlos obedecen a intentos de perjudicar su candidatura, en el resto de equipos ha suscitado malestar que el vicesecretario de Comunicación se haya lanzado a recorrer España, es decir, a hacer campaña pura y dura, antes del inicio oficial de la misma, el sábado a las 10 de la mañana.

Por otra parte, las dos mujeres candidatas también han dejado patentes sus diferencias en relación a la posibilidad de que los afiliados salden el pago de sus cuotas con el PP con el pago de 20 euros, que les permitiría inscribirse para poder votar el próximo 5 de julio.

Cospedal ve con buenos ojos la propuesta que estudia en este sentido el Comité Organizador del Congreso, porque, según su portavoz y exministra de Sanidad, Dolors Montserrat, "lo más importante es llegar a final de mes y es normal que familias o afiliados que haya dejado de pagar la cuota de afiliación, pero esto no significa que de corazón continúan siendo afiliados".

Más tolerante aún se ha mostrado Santamaría, que ella no está en "el aparato" del PP pero ha apostado por no ir a "reclamarle las cuotas" a la gente.

Por su parte, el también candidato José Manuel García-Margallo ha cargado contra sus contrincantes insistiendo en que se comparen proyectos y propuesta de solución para los problemas del país porque, ha dicho, el proceso de elección de un nuevo líder en el PP "es una discusión de ideas" y no un "Miss America", ni un "concurso de belleza". "Sobra codicia personal y falta ambición de país", ha dicho el exministro de Asuntos Exteriores.

Para redondear la jornada, este jueves también ha sido el día de la reaparición, a escala nacional, de Núñez-Feijóo, tras su silencio mientras maduraba la decisión de si presentar o no su candidatura y su anuncio en Santiago de Compostela de que finalmente no lo haría.

El presidente gallego ha insistido en su compromiso en Galicia, pero ha abierto la puerta a volver a intentar liderar el PP y, por tanto, ser candidato a la presidencia del Gobierno, en 2020, cuando termina su mandato.

Según ha dicho, hoy es "absolutamente incompatible" presidir la Xunta con presidir el PP pero ha señalado de que si esta posibilidad se produce en 2020, sería "todo un honor" aceptarla. "Soy político, me gusta la política y el mayor honor que puedo tener como militantes del PP es presidir el partido en España", ha dicho.

Se desconoce qué habrán parecido estas palabra al resto de candidatos, tres de los cuales , "dos mujeres" entre ellos, le han contactado estos días para explicarle sus proyectos, ha dicho.

Quizá también para ganarse su favor, Cospedal aseguraba hace unos días que si Feijóo hubiera presentado su candidatura, ella no lo habría hecho yo le habría respaldado. Por su parte, Santamaría tuiteaba sobre el "excelente político" que es el presidente gallego, persona "muy valiosa donde esté".

Frente a estas muestras de reconocimiento, Feijóo ha señalado este jueves que "probablemente" ya tiene claro a quién dará su aval, pero esperará a que termine la campaña para decirlo, sumándose a sí al grupo de dirigentes del PP que no revelan su preferencia, del que también forman parte Rajoy, la presidenta del Congreso, Ana Pastor, y la presidenta del PP valenciano, Isabel Bonig.