'Baby-clash': así es como la llegada de los hijos puede dinamitar la pareja

La llegada de un hijo a la pareja no es tan ideal como lo pinta la sociedad.
PHILIPS AVENT - Archivo

En inglés, el término 'baby-clash' hace referencia a las palabras 'bebé', y 'choque'. Y no es un término casual, sino que está fundamentado en infinidad de estudios, además de en la vida real de miles de parejas que ven cómo la llegada de un hijo es justamente lo contrario a lo que habían imaginado desde un mundo ideal.

Cuando llega al hogar el primer hijo, sucede en la mayoría de los casos que se produce un periodo de cambio, una especie de 'terremoto emocional' que no todas las parejas saben encajar de la mejor manera posible para que la relación no sufra (demasiado).

Hemos entrevistado a dos psicólogas, Carola Salgado Madrazo, miembro de Doctoralia, y Lara Ferreiro, para profundizar en este fenómeno (inesperado para muchos) de la crisis de pareja con la llegada de un hijo cuando se suponía que todo debía ser de color rosa.

Los hijos, principal 'causa' de divorcio

Los hijos no unen a una pareja que tiene problemas, al contrario.
Getty Images

En primer lugar, Carola comienza diciendo que "el término 'baby-clash' apareció en el año 2005 tras la publicación del psiquiatra francés Bernard Geberowich de su libro 'El Baby Clash'. La pareja a prueba del niño'".

Ya en 2022, una publicación del IV Observatorio de Derecho de Familia AEAFA (Asociación Española de derechos de Familia) afirmó que las principales razones por las que una pareja se divorcia son: el desgaste que provoca la crianza de los hijos y/o el trabajo en un 32% de los casos; el desenamoramiento en un 24%; la infidelidad en un 21%; las dificultades económicas en un 17%; y las discrepancias en la educación de los hijos en un 14% de los casos.

Y es que pese a que la maternidad o la paternidad es (a priori) una de las mejores experiencias que vive el ser humano, sabemos que las mejores cosas de nuestra vida se encuentran fuera de la zona de confort. Salir de la zona de confort implica curiosidad, y también descontrol.

"El nacimiento de un hijo nos invita a entrar en este área de novedad en pareja; una realidad muy alejada de la que nos transmite la sociedad sobre esta etapa, que habla del nacimiento de un hijo como una oportunidad para reforzar la pareja. Más bien, nos enfrentamos a un terremoto emocional dentro de nuestro núcleo familiar". El 'baby-clash' supone una auténtica revolución en la vida de la pareja de la que poder salir reforzado… ¡o todo lo contrario!

El 'nuevo' estrés no ayuda

Con un bebé en casa, hay que aprender a gestionar el estrés, que será un extra a considerar.
iStockphoto

Convertirse en padre o madre va a desencadenar una serie de procesos internos que, "indudablemente, afectarán a la estabilidad de la pareja. Vamos a observar cambios en la madre, cambios en el padre y cambios en el contexto, en las rutinas. A estos cambios le sumaremos el estrés provocado por el incremento de tareas y por las exigencias de la nueva situación", argumenta la psicóloga Salgado.

Con la llegada del bebé, aparecerá una reducción considerable del tiempo en pareja, que habrá que aprender a manejar para no morir de ansiedad y desencanto en el intento. Se trata, en este momento, de reformular la ecuación que mantenía el equilibrio en la relación de pareja.

¿Qué sucede cuando llega el primer hijo? Y el segundo, y/o el tercero…

A menudo, los padres pueden sentir celos de la relación d ela madre con el hijo recién nacido.
Getty Images

A pesar de que cada pareja es diferente y no en todas se sufre el mismo grado de 'baby-clash', se puede afirmar que sí hay una serie de factores comunes en la mayor parte de las relaciones.

Una de ellas muy repetida es la melancolía post parto o 'baby-blues': "La mujer experimenta una serie de cambios hormonales que afectarán a su estado de ánimo. Podemos observar llanto frecuente, ansiedad y problemas de sueño. En los casos más complicados puede convertirse en una depresión post parto". 

Otra característica común son los cambios emocionales en los hombres. "Muchas veces observamos que los padres se sienten desplazados del estrecho vínculo que se crea entre madre e hijo. La mujer en su estado, tendrá dificultad para entender esta actitud que tildará de negativa y egoísta por parte de su pareja".

El cambio de rutinas y el exceso de actividad harán que permanezcamos en un estado de alerta mantenido y puede llevarnos al agotamiento. En muchos casos, la consecuencia será la falta de comunicación. "Cuanto más cansados estamos, menos ganas tenemos de comunicarnos. Cuando una pareja deja de hablar, deja de resolver sus conflictos".

La desilusión que provocan las falsas expectativas, y la idealización del proceso va a generar conflicto seguro, así como el intervencionismo familiar y la falta de privacidad. Por último, pero no menos importante, aparece el sentimiento de culpa al pensar que debería ser la etapa más feliz de nuestras vidas y sin embargo nos sentimos mal.

Consejos para superar el 'baby-clash'

Es importante mantener una comunicación fluida, para evitar que la relación 'muera'.
ARCHIVO

A pesar de todo lo dicho anteriormente, este fenómeno ampliamente estudiado supondrá un momento de transición y de adaptación al cambio que puede solucionarse y superarse. A continuación, la psicóloga Carola Salgado comparte sus consejos profesionales para afrontar y superar la crisis de pareja tras la llegada de nuestro primer hijo.

1. Mantener una comunicación fluida

Afrontar las discusiones en el momento que se producen los conflictos, y no posponerlos. Hay que tener en cuenta que en esta etapa nunca encontraremos el momento adecuado, así que mejor 'coger el toro por los cuernos' en el momento. 

Si no hay diálogo, la guerra es lo que nos espera. Recordemos que como dice Jonh Gottman, psicólogo experto en relaciones de pareja, "la felicidad en la pareja no se basa en la ausencia de conflicto, sino en la forma en que se manejan estos desafíos".

2. Reorganizar el tiempo disponible

El tiempo a solas se verá reducido de forma considerable, eso es un hecho, por lo que habrá que esforzarse y buscar esos ratos juntos para los dos, o sólo con uno mismo. Debemos buscar a lo largo de la semana algo de tiempo para nosotros.

Debemos encontrar algo que nos guste y que podamos hacer juntos y solos, sin niños.l
Yogimi

Para poder cuidar al bebé, es importante que aprendamos a cuidarnos nosotros mismos. En este aspecto, será positivo desarrollar nuestra capacidad para pedir ayuda.

3. Adaptación a las nuevas rutinas

Habrá que ir adaptándose poco a poco a las diferentes etapas del crecimiento del bebé, puesto que cada una tiene necesidades diferentes. Esto implica que cada vez que aparece una nueva etapa, habrá que volver a adaptarse al nuevo cambio. Reorganizar e incluso renunciar temporalmente a algunas actividades que llenaban nuestra vida se hace imprescindible ahora. Necesitamos comprensión y paciencia.

4. Dejar claras las responsabilidades, y compartirlas

Estamos acostumbrados a enfrentarnos a la responsabilidad de cosas que podemos aparcar en ciertos momentos, o incluso a no asumirlas. Ahora, sin embargo, vamos a tener un bebé al que cuidar, y esa responsabilidad no se puede desdeñar.

Las parejas 'perfectas' que nos venden en redes sociales generan falsas expectativas y frustración.
Cedida por la Diputación de Barcelona

Es importante al mismo tiempo que nos alejemos lo más posible de los modelos 'perfectos' de padres y madres de las redes sociales. No hace falta que hablemos de las dosis de ficción a la que nos someten las redes sociales.

5. Poner límites a la familia

Con el propósito de no generar aún más conflicto en el seno de la pareja, hay que saber poner límites a la intromisión de la familia que, en muchos casos, lo hace con la mejor de sus intenciones. 

¿Y si no nos ponemos de acuerdo sobre cómo criar a nuestro hijo?

Pedir ayuda profesional a tiempo, que medie en los conflictos, puede solucionar muchos problemas.
Valentin Russanov /Getty Images

Especialmente interesante es el apartado al que hace referencia la psicóloga Lara Ferreiro, que expone que "una de las causas comunes de estos problemas de pareja suelen ser las diferencias en la crianza de los hijos. ¿Por qué sucede? A cada uno de nosotros nos han educado de una manera, y puede que no nos pongamos de acuerdo".

En este sentido, es habitual que no queramos dar nuestro brazo a torcer, y nos pongamos a la defensiva a la hora de tomar decisiones sobre nuestro hijo. "Es algo que veo mucho en terapia, que además se agrava por la falta de horas de sueño, y también la falta de deseo sexual que puede aparecer en la mujer tras el parto".

"Mi consejo es que las parejas que discuten demasiado no vengan a pedir ayuda profesional como último recurso, cuando se ha producido ya un desgaste grande, sino que lo hagan antes, cuando podemos encontrar la solución y reconducir la situación entre todos", concluye Lara Ferreiro.

¿Quieres recibir gratis todos los jueves en tu correo los mejores contenidos de salud y mujer? Apúntate a nuestra Newsletter.