Todos los nombres que ha tenido España a lo largo de la historia

Híspalis era el nombre que le dio Julio César a la actual ciudad de Sevilla, y se trataba de una latinización del término fenicio ‘ispal’.
Híspalis era el nombre que le dio Julio César a la actual ciudad de Sevilla, y se trataba de una latinización del término fenicio ‘ispal’.
Anibal Trejo / CC BY-NC-SA 2.0
Híspalis era el nombre que le dio Julio César a la actual ciudad de Sevilla, y se trataba de una latinización del término fenicio ‘ispal’.

Sabemos que el Homo antecessor, la especie cuyos fósiles se descubrieron en Atapuerca, Burgos, tenían la capacidad de producir lenguaje oral gracias a su aparato fonador. Se desconoce qué tipo de lenguaje desarrollaron y, por supuesto, resulta imposible saber si tuvieron un nombre para el lugar en el que vivían hace aproximadamente 1,2 millones de años. De existir, sería el primer nombre que un homínido le puso a una parte de nuestro territorio.

La península ibérica ha sido bautizada de diversas formas a lo largo de su prolongada historia y de las civilizaciones que se sucedían por el mundo. Hay nombres en textos egipcios y asirios que se cree que pueden referirse a España pero no hay forma de confirmarlo. Hay que remontarse a la época prerromana para tener registro fidedigno de los primeros nombres de la península ibérica.

Hesperia

Hesperia fue uno de los nombres que los griegos utilizaron para referirse a la península ibérica en la antigüedad. Su significado, ‘tierra del poniente’, refleja su ubicación al oeste del mundo conocido por los griegos.

Sin embargo, no fue un término que se utilizara de manera generalizada ni constante para referirse a toda la península ibérica. Los griegos también utilizaron otros nombres, como Iberia, que se impuso a cualquier otra denominación.

Iberia

Los griegos no tenían un nombre único para referirse a la península ibérica, ya que no existía un concepto de tratarse de un territorio unificado. El nombre de Iberia puede proceder de los habitantes costeros que poblaban la actual Portugal y España: los íberos, que, a su vez, se cree que adoptaron el nombre del río Íber, que algunas fuenten relacionan con el Ebro.

El término Iberia fue utilizado por numerosos autores y geógrafos griegos, como Heródoto. Con la llegada de los romanos, que conquistaron la península en el siglo II antes de nuestra era, Iberia dio paso a Hispania, como la denominaban los romanos.

Hispania

Tras la presencia de íberos, pueblos celtas, fenicios, cartagineses, tartesos y griegos, los romanos conquistan el territorio hacia el año 200 antes de nuestra era. La etimología de este término aún es fuente de debates, ya que parece que encierra una raíz fenicia.

La hipótesis más sostenida es que el término original era Ispania, procedente de la palabra hebrea ‘saphan’ que significa ‘conejo’. El por qué se añadió la ‘H’ se desconoce, pero no era extraño entre los textos latinos. Así, también existían evidencias de que escribían ‘Hiberia’ e Híspalis, la actual Sevilla.

al-Ándalus

En el siglo VIII, la conquista de la península ibérica por parte de los musulmanes dio lugar a un nuevo nombre: al-Ándalus. Este término se mantuvo en uso durante 750 años, pero a medida que los musulmanes perdieron territorio en la península, el área geográfica denominada al-Ándalus también se redujo.

Aunque ‘al-Ándalus es un término usado en árabe como sinónimo de Hispania, no es una palabra de origen árabe, por lo que su origen se desconoce y se han propuesto varias teorías sobre su procedencia.

Unificación de los reinos: España

La reconquista cristiana de la península ibérica, que se prolongó durante varios siglos, dio lugar a la fragmentación del territorio en diferentes reinos. Cada uno de estos reinos tenía su propio nombre, como León, Castilla, Aragón o Navarra. Sin embargo, a partir del siglo XV, con la unión de los reinos de Castilla y Aragón con los Reyes Católicos, comenzó a consolidarse el uso del nombre España.

El origen del término procede del latino Hispania. La N se convirtió en Ñ por un proceso llamado palatización y también se perdió la H inicial, algo común en el latín tardío. Finalmente, la I se abrió convirtiéndose en la E.

Sostienen los cronistas que, hasta el siglo XV, el término España se utilizaba principalmente en un contexto geográfico, pero comenzó a adquirir connotaciones más políticas. Lo demás, nunca mejor dicho, es historia.

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