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Eduardo Blasco, del cloro de la piscina a la sal del Mediterráneo: el cambio de vida de un campeón que ahora salva vidas

Eduardo Blasco hace hincapié en la creación de un órgano de migraciónque permita a todas estas personas tener acceso a un visado temporal
Eduardo Blasco hace hincapié en la creación de un órgano de migraciónque permita a todas estas personas tener acceso a un visado temporal
Eduardo Blasco hace hincapié en la creación de un órgano de migraciónque permita a todas estas personas tener acceso a un visado temporal
Eduardo Blasco hace hincapié en la creación de un órgano de migraciónque permita a todas estas personas tener acceso a un visado temporal
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Este es Eduardo Blasco, campeón del mundo en la modalidad de rescate y socorrismo en 2022. Sin embargo, cuando consiguió subir a lo más alto del podium, después de un largo trabajo por ganar el título, su forma de alcanzar la gloria cambió por completo. Este vasco, pero habitante de la isla de El Hierro, decidió cambiar el cloro de las piscinas por la sal del Mediterráneo. Ahora afronta sus días colaborando como buzo de rescate para diferentes entidades humanitarias.

Su amplia experiencia en el mundo del deporte le ha dado el bagaje suficiente para enfrentarse a las desavenencias del mar y tener el coraje de lanzarse al agua cada vez que la alarma suena avisando de que tiene que participar en un nuevo rescate.

Como él mismo trata de explicar, cuando ganó el Mundial sus prioridades cambiaron sin saber muy bien cómo: "Me sentí más libre, tenía la sensación de que profesionalmente había alcanzado el máximo y que ahora era el momento de invertir mi tiempo en aquello que me llenara y aportara".

"Esto es lo mejor que he hecho, pero por supuesto que no te acostumbras. El estrés que genera mi cuerpo cada vez que suena la alarma porque alguien necesita ayuda es brutal. No sabes lo que puedes encontrarte esta vez", confiesa.

"Al verles en medio de la nada y ellos identificar que venimos a ayudarles la imagen más frecuente es la de unos brazos sujetando a un bebé fuera de la embarcación. Es un error muy común porque si sacamos a los bebés primero nos quedamos sin manos para ayudar al resto".

El orden que siguen al sacar a las personas es siempre el mismo porque la mayoría comparten una serie de características: "Primero las mujeres para que ellas sostengan a los niños, que sacamos a continuación, y por último los hombres".

Eduardo Blasco: "Cada rescate es distinto del anterior"

Esto es porque normalmente ellas van sentadas en la parte baja del barco, donde están más expuestas a infecciones y corren más peligro al estar pegadas a la gasolina, que si entra en contacto con el agua del mar, como advierte Blasco por su propia experiencia, "la quemadura que te hace es de llorar".

Cada vez que les avisan para salir de misión, el equipo se desplaza con una embarcación principal, que es la nave nodriza y de ahí se despliega la RIB, embarcaciones semirígidas de menor tamaño que cogen más velocidad. En ella tan solo pueden ir dos nadadores o dos buzos y el patrón de la RIB que apunta las coordenadas para llegar al lugar del rescate lo antes posible.

A la hora de ponerl a los migrantes a salvo y llevarlos del cayuco, donde puede haber cerca de 130 personas, a la RIB , donde caben como mucho 21, y de ahí hasta la nave nodriza, Eduardo explica cómo antes tienen que asegurarse de que ésta última no esté lejos de ellos: “No podemos dejar a la embarcación sola porque quizá cuando volvamos a por otro grupo de personas se han hundido”.

La peor de las condenas sería mirar para otro lado a pesar de conocer que existe un problema al que no sabemos dar solución

Al llegar a España, todas las personas tienen derecho a asistencia sanitaria y jurídica: "El problema es que muchas veces hay tan solo un abogado para un cayuco entero”, critica el nadador.

Eduardo hace hincapié en la urgente necesidad de crear un órgano de migración encargado de que todas estas personas tengan acceso a un visado temporal: “Me cansa escuchar que estas personas se benefician de 'la paguita'. Si se les facilitara una documentación temporal podrían trabajar legalmente y pagar impuestos sin necesidad de depender de ayudas".

Algunos de los miembros del equipo de rescate de Open Arms entrenando a mar abierto

Eduardo persigue de forma incansable hacerse eco entre los medios de comunicación para dar voz a una problemática que arrastra a miles de personas a las costas españolas sin garantías y muchas veces endeudándose con mafias.

Ahora, además de reivindicar la protección de los derechos humanos, este nadador entrena para poder llegar al Campeonato Mundial de Salvamento que se celebra en Gold Coast (Australia) en agosto de este año 2024: "Mi meta es intentar estar entre los 3 primeros para que me den un micrófono y puedan escuchar todo lo que tengo que decir".

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