La situación vivida en el partido entre el Valencia y el Cádiz, con los jugadores valencianistas abandonando el terreno de juego después de que Diakhaby denunciase un insulto racista de Juan Cala en pleno partido ha trascendido lo futbolístico para convertirse en un tema de conversación en los círculos políticos de la Comunidad Valenciana y el país.

Diakhaby le dijo al árbitro que Cala le llamó "negro de mierda", según el acta

Unidas Podemos ha sido el partido que más ha denunciado lo sucedido y apoyado a un Diakhaby que se quedó en la grada una vez que el partido se reanudó tras el incidente. Pablo Iglesias, Irene Montero y Pablo Echenique emplearon sus cuentas personales de Twitter para referirse al tema. “No podemos aceptar insultos y agresiones racistas ni en el deporte, ni en la calle, ni en los medios de comunicación. Y ya está bien del blanqueamiento cómplice de los que dicen “ni nazis, ni judíos, ni fascistas ni antifascistas”. Toda nuestra solidaridad con Diakhaby”, escribió Iglesias.

Desde otros partidos también se criticó la escena, siendo un claro ejemplo el mensaje de Íñigo Errejón, que hizo referencia al hecho de que el partido continuase tras el pequeño parón y no se suspendiese, como sí pasó tras el incidente de los gritos de “nazi” a Zozulia. “Como se dijo “negro de mierda” en lugar de “nazi”, el partido se siguió jugando con normalidad”.

Desde la Comunidad Valenciana también hubo voces al respecto. Ximo Puig, presidente de la Generalitat Valenciana recurrió a su cuenta personal de Twitter: “La igualdad y el rechazo al racismo. Ése es el partido más importante. Un abrazo a Diakhaby. Ésta es su casa, su tierra”.

Por su parte, la vicealcaldesa de Valencia, Sandra Gómez, estuvo muy activa en Twitter durante todo el partido y condenó el hecho de que no se suspendiese el encuentro. “Este partido no debería haber continuado con el racista en el campo y Diakhaby en el vestuario. Hay cosas más importantes que los puntos en la clasificación y este gesto podría haber dado la vuelta al mundo.”

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