¡Ya está aquí la primavera! Uno de los periodos del año más esperados por sus suaves temperaturas que dan algo de tregua respecto al frío pero no alcanzan los grados sofocantes del verano. Aunque esta estación conlleva ciertos fenómenos perjudiciales para algunos, como las alergias o las precipitaciones características de estos meses, es cierto que permite entre otras cosas disfrutar más del deporte al aire libre.
Pero, acostumbrados al frío y a vestirnos para las temperaturas más bajas, ¿cuál es la manera correcta de vestirse en primavera para hacer deporte al aire libre? Lo primero que hay que hacer es comprobar las condiciones climáticas (prever lluvias o viento, por ejemplo) y calcular así mismo los niveles de polen en el aire en el caso de los alérgicos.
Una vez dispuestos todos estos datos, incluida la temperatura exterior, habrá que tener en cuenta a la hora de vestirse que la temperatura corporal aumenta en 10 grados lo que marque el termómetro, es decir: si hay 15 grados habrá que calcular la ropa como si hubieran 25.
La técnica de las capas
La técnicas de vestirse por capas sigue funcionando igual durante esta temporada, sobre todo dependiendo de la zona de residencia y de la hora a la que se haga deporte, ya que no es lo mismo correr a las 8 de la mañana o las 10 de la noche que a las 3 de la tarde. Simplemente habrá que aligerar la cantidad de capas y el material de algunas de ellas.
En el caso de las camisetas, habrá que optar por tejidos técnicos que transpiren correctamente y mantengan la piel seca para no enfriar demasiado la temperatura corporal al cesar la actividad. Pero, al contrario que en invierno, es mejor optar por tejidos no excesivamente ceñidos al cuerpo y olvidar las prendas térmicas.
Es aconsejable llevar una ligera sudadera o chaqueta que nos abrigue durante los primeros momentos del entrenamiento en el exterior y que sea cómoda de llevar cuando nos la quitemos si pasamos calor. Igualmente es importante contar con el cortavientos de rigor o la chaqueta impermeable si las condiciones climáticas lo requieren.
La mejor manera de elegir la parte de abajo es escogiendo aquellas prendas que nos resulten más cómodas: mallas, pantalones, largos o cortos. Sin embargo, hay que dar importancia a los calcetines, ya que evitarán que los pies se queden fríos y que las zapatillas puedan hacer rozadura.
Por último, es importante contemplar que las manos y la cabeza seguirán siendo las partes del cuerpo que más sufrirán el frío, sobre todo si el ejercicio se realiza a primeras o últimas horas del día. No descartes usar unos guantes o incluso una braga ligera para cubrir el cuello.
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