Así se fraguó el fichaje de Vettel por Aston Martin: una historia de traiciones, llamadas y reuniones ocultas

Sebastian Vettel pasa por delante del motorhome de Racing Point
Vettel pasa por delante del motorhome de Racing Point
ANTONIN VINCENT / DPPI / AFP7 / EP
Sebastian Vettel pasa por delante del motorhome de Racing Point

"Contrato anunciado, contrato firmado, nunca antes". Esta frase es casi una ley en la Fórmula 1, y por eso nadie se atrevía a aseverar al 100% que Sebastian Vettel iba a seguir en el paddock en 2021, pese a que todo el mundo sabía que llevaba meses negociando con Racing Point para convertirse en su cara visible en el nuevo proyecto como Aston Martin.

El problema es que la víctima ha sido Sergio Pérez. Uno de los tres únicos pilotos que ha puntuado en todas las carreras en las que ha participado en 2020 (los otros dos son Lewis Hamilton y el que sustituyó a Checo, Nico Hülkenberg, porque en la primera carrera no le arrancó el coche) se ha quedado sin sitio en la Fórmula 1 y aunque ya tiene abiertas varias puertas (Alfa Romeo, antigua Sauber, ya le ha llamado para coger el asiento de Räikkönen o de Giovinazzi, quien caiga antes), no puede ocultar su decepción por lo que considera una traición.

Por el camino han quedado meses de negociaciones cruzadas, llamadas entre Alemania, Gran Bretaña, Italia, México y España. La historia del fichaje de Vettel por Aston Martin comenzó a fraguarse mucho antes de que el piloto alemán más exitoso desde Michael Schumacher saliese de Ferrari. Hay que irse dos años atrás.

Año 2018: Sergio Pérez mete al lobo en el gallinero

Julio de 2018. La por entonces escudería Force India estaba al borde de la quiebra, adeudando varios meses de sueldo no sólo a sus pilotos sino también a sus trabajadores. 'Checo' Pérez en ese momento tomó una osada decisión: demandar a los dueños del equipo, con el polémico Vijay Maylla a la cabeza, para obligarles a declarar la bancarrota y permitir un concurso de acreedores con el que saldar las deudas y encontrar un comprador. Y, de paso, cobrar los 4 millones que le debían.

Forzado a vender, el indio Maylla encontró en el consorcio liderado por el multimillonario Lawrence Stroll a su salvador: nacía así Racing Point. El osado movimiento de Pérez había salido bien, el equipo con sede en Silverstone (heredero de Jordan, Spyker, Midland...) se salvaba y, con él, casi 500 puestos de trabajo.

El problema es que meter a Stroll en el equipo ha acabado siendo su perdición. Dos años después, el magnate canadiense es máximo accionista de la legendaria Aston Martin, cuya entrada en la Fórmula 1 se producirá renombrando Racing Point. La necesidad de darle un golpe de salida fuerte al nuevo equipo requiere de un fichaje de relumbrón obligaba a mirar al mercado. Deportivamente, la víctima debía ser Lance Stroll, que no da ni un argumento deportivo para continuar (pese a su reciente podio en Monza) pero es el hijo del jefe. La guillotina cayó sobre la cabeza de Sergio Pérez, que sin dar ni un motivo en pista, se ha visto fuera tras la inesperada oportunidad de hacerse con Vettel.

La salvación de Sebastian Vettel

En enero de 2020, cuando eso de la pandemia era un concepto de película de Hollywood, el coronavirus algo que pasaba en China y las mascarillas eran un elemento propio de los quirófanos, Vettel comenzó a hablar de su continuidad en Ferrari. La relación entre ambas partes estaba muy desgastada tras un lustro sin el ansiado título y Charles Leclerc humillando en su primer año de rojo a todo un tetracampeón. 

Los teléfonos de Maranello empezaron a echar fuego y en una de esas llamadas, les cogió el teléfono alguien que habla español como lengua materna. No fue Carlos Sainz, directamente, sino uno de sus agentes (del entorno de Fernando Alonso) quien acabó por cerrar los detalles por los que el madrileño se iba a convertir en el tercer español en pilotar para la legendaria Scuderia.

Vettel se encontraba, de repente, sin equipo. Tanto tensó la cuerda con los italianos que estos no esperaron más y le hicieron las maletas. Todo un tetracampeón del mundo, abocado a la retirada, como él mismo admitió en este GP de la Toscana en el que celebran los de rojo 1.000 participaciones en el campeonato de Fórmula 1.

Aquí es donde la confluencia de necesidades entre Aston Martin y Vettel coincidieron. Por un lado, el equipo necesitaba a un piloto de garantías. Por otro, el alemán un asiento de un coche que, al menos, le permitiera soñar con volver arriba. Aunque en 2021 no estará luchando por ganar, si dan con la tecla para 2022 quién sabe... Tampoco tenía muchas más alternativas.

Las primeras reuniones se produjeron nada más recomenzar el Mundial, en Austria. Un tanteo, que luego se fue plasmando negro sobre blanco, con llamadas cruzadas por teléfono, mensajes, visitas nada discretas de Vettel al garaje de Racing Point, aprovechando la ausencia de periodistas... Y todo esto, con un Sergio Pérez a quien le empezaba a picar la espalda como a Julio César.

La traición a Pérez se consuma

La gran víctima de todo este culebrón ha sido, por tanto, Sergio Pérez. El mexicano se escudó en su contrato firmado en 2019 hasta 2022 con el equipo que él mismo había salvado. "No tengo miedo, tengo contrato", afirmaba ufano cuando los rumores en el paddock se extendían a sus espaldas.

Empezaron las operaciones clandestinas a sus espaldas. Filtraciones como la del positivo en coronavirus, declaraciones 'off the record' hablando de su falta de profesionalidad, afirmaciones públicas acerca de ese polémico viaje a México en el que se contagió... 

Apenas unas horas antes de pisar Mugello, el mexicano recibió una llamada de Otmar Szafnauer, jefe de Racing Point. Por lo que cuentan quienes vivieron de cerca esa conversación, el tono no fue agradable ni calmado. Eso derivó en una carta de Pérez en la que cuenta más en los espacios en blanco que en lo que tiene escrito. Los Stroll le habían traicionado para hacerse con Vettel, mientras que 'Checo' ahora tendrá que esperar a que alguien le abra las puertas. 

Públicamente, Pérez afirma que se enteró en el momento de esa llamada. Realmente es imposible que no viera las sombras moverse a su alrededor ni los cuchicheos a la espalda.

Para rematar su semana 'horrible', le tocará cumplir sanción el domingo en Mugello tras ser castigado con una posición en parrilla por embestir a Kimi Räikkönen. Irónicamente, uno de los pilotos a los que puede sustituir en 2021.

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