La gestión de los neumáticos ha determinado el devenir del GP 70º aniversario, que se ha llevado Max Verstappen. El neerlandés le arrebató el primer puesto a Valtteri Bottas en boxes, y acabó por delante de él y de un Lewis Hamilton que minimizó daños acabando segundo. 

Los primeros compases de carrera fueron para Mercedes, como siempre. Bottas, recién renovado, demostró desde el principio que no se iba a dejar comer la tostada, al menos, por Lewis Hamilton. El británico, que seguirá siendo líder cuando acabe, intentó ganarle la posición a su compañero en la primera vuelta, pero no lo logró y espero a más adelante. 

Lo ocurrido en la última vuelta de la carrera del pasado domingo ha puesto en alerta a todos los pilotos, especialmente a los de Mercedes que vieron cómo sus dos coches estuvieron a punto de abandonar.

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Las opciones de Nico Hulkenberg, que logró un gran tercer puesto en la clasificación, las perdió en la primera vuelta frente a un Max Verstappen que iba a una estrategia distinta, si bien luchó por no caerse desde el primer momento.

El comienzo de Carlos Sainz, que salió 12º con un McLaren con serios problemas de sobrecalentamiento el sábado, ganó la posición gracias a un problema de Sebastian Vettel, que casi se lo lleva puesto. Los reflejos del madrileño evitaron que chocaran, pero no que el alemán hiciese un semitrompo que le mandó a las últimas posiciones.

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En la vuelta 12, empezó a entrar en juego el factor neumáticos. Los medios de Hamilton empezaron a destrozarse, sobre todo el trasero izquierdo, mientras que por detrás Verstappen, con duros y, por tanto, en mejores condiciones, empezó a acosarle.

Vistos los problemas de su compañero, Bottas no esperó a sufrir más degradación y entró a boxes antes que su compañero. Comenzó entonces unas cuantas vueltas de Verstappen al frente de la carrera, dando una lección de gestión con los duros: el objetivo era hacer sólo una parada en boxes. Una estrategia arriesgadísima, pero quizá la única para ganar a los Mercedes.

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Por detrás, Sainz intentaba hacer algo similar, pero sus opciones se fueron al garete en boxes. El madrileño, que pasó demasiado tiempo en pista con los neumáticos destrozados, hizo una muy mala parada cuando el neumático trasero derecho no entró bien y, además, tuvo que esperar a que pasara un Renault para evitar chocar. Resultado: ocho segundos perdidos y serios problemas para llegar a la zona de puntos.

Por delante, un Verstappen totalmente desatado y neumáticos medios se escapó al frente del pelotón, mientras los Mercedes sufrían seriamente con los duros, algo bastante inesperado. La genialidad de Red Bull, como equipo, se completó cuando, sin tener demasiada necesidad, entró a hacer una segunda parada a la vez que Bottas.

Es decir: mientras el finlandés iba con problemas, a sabiendas de que quizá no llegarían al final en buenas condiciones, Verstappen montó duros para ir hasta el final y salir delante de el. A partir de ahí todas las miradas se fueron hacia un Lewis Hamilton que no entró en boxes hasta mucho más tarde y que tenía unas visibles ampollas en los dos neumáticos traseros.

Al salir de boxes cuarto, se las tuvo que ver con Charles Leclerc, que defendió la tercera posición con uñas y dientes pero no pudo hacer nada ante el empuje del Mercedes. Hamilton cazó a su compañero Bottas a falta de dos giros, y le duró muy poco para ganarle la segunda posición, que fue un resultado más que óptimo visto lo visto.

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Sainz entró en 13ª posición al final, lastrado por ese problema en boxes. De no haberlo tenido, posiblemente, habría acabado al menos cerca del 'top 5', que sigue siendo el objetivo primordial para la siguiente carrera, en España.