Los supervivientes del trágico accidente
de Barajas: la otra cara de la moneda

El accidente este miércoles de un avión de Spanair con destino a Las Palmas de Gran Canaria en el aeropuerto de Madrid Barajas ha causado 154 muertos. M. L. Estévez González, una de las supervivientes, falleció en el hospital, pero aún hay 18 personas que tienen la fortuna de seguir luchando por la vida. Tres de ellas se encuentran hospitalizadas en estado de extrema gravedad, pero otras se encuentran bien e incluso ya han hecho sus primeras declaraciones a los medios:

Ligia Palomino Riveros: Esta doctora colombiana de 42 años asegura que tras el accidente "volvió a nacer". "La verdad no sentí miedo, me pareció un vuelo como común y corriente hasta que despegó y empezó a tambalear", explica. "Yo salí disparada con el asiento. A mi alrededor veía muchos escombros, veía humo, veía un incendio... luego una niña que me pedía ayuda, yo no podía moverme; para mí fue mucha impotencia no poderme mover porque yo estoy acostumbrada a mi trabajo de médico", agregó.

Rafael Vidal Rodríguez: Un madrileño de 30 años que, cuando tuvo lugar el accidente, ya debería estar en Canarias. Debería haber cogido un vuelo anterior "pero como estaba lleno, se montó en el de la una de la tarde". Como todos los supervivientes, cree que "ha vuelto a nacer" tras la catástrofe. Rafael se encuentra hospitalizado con diversas heridas, pero sus padres han podido relatar la experiencia que les ha contado su hijo. "Nada más abandonar tierra, la aeronave dio un bandazo a la izquierda, otro a la derecha, y en ese instante Rafa supo que se iban a estrellar. Se encogió, como una bola, y esperó a que todo pasara", explica su padre. Rafa "sólo oía a gente que gritaba: ¡Me ahogo!", además ni siquiera se enteró del incendio ya que la parte delantera no ardió, indica su madre.

Antonia Martínez Jiménez: 27 años y natural de Jaén. Una de las azafatas del vuelo JK5022, está ingresada en el Hospital de La Princesa, "consciente, con ánimo y alegría", y "sin ganas de volver a volar" y con "un pronóstico grave reservado". Tiene quemaduras en la cara pero está consciente. En declaraciones a los periodistas, su padre, Dionisio Martínez, ha explicado que "tiene un alegrón" porque su hija, Antonia, es probablemente la única persona de la tripulación que se ha salvado. "Sabía que me iban a rescatar", ha contado a su familia.

Beatriz Reyes Ojeda: La única superviviente con heridas leves. "Podría ser dada de alta en las próximas horas", según ha dicho el consejero de Interior de la Comunidad de Madrid, Francisco Granados. Natural de Valleseco (Gran Canaria), de 41 años, regresaba de unas vacaciones en Sudáfrica. Llegó a Madrid procedente de Frankfurt en un vuelo de Lufthansa. Llamó a su hermano a Canarias antes de volar diciendo que habría un retraso. Momentos después comenzó una pesadilla en su familia hasta que fueron capaces de localizarla en el hospital Infanta Sofía de San Sebastián de Los Reyes. Beatriz, todavía conmocionada, sabe que es una "resucitada". Ramón Roselló, amigo y compañero de trabajo de la herida, tras visitarla en el hospital, ha asegurado que a Beatriz, quien ante la catástrofe reaccionó haciéndose ella misma un torniquete en una pierna y ayudando a sacar a dos niños que estaban cerca de ella, se encuentra "muy bien, aunque evidentemente dolorida" y con el shock que supone haber vivido un accidente de tal envergadura. Ha añadido que ha sido "consciente" en todo momento de la dimensión del siniestro; de hecho, ha apuntado,"ayer mismo estuvo leyendo toda la prensa". Se espera que sea dada de alta en los próximos días.

Anna Maija Stefanides: 56 años. Finlandesa afincada en Suecia, trabaja como técnico en un laboratorio. Había venido a España a visitar a unas amigas noruegas que residen en Las Palmas. "Mi mujer dijo que quería ir a ver a sus amigas y una de ellas ni siquiera sabía que iba", dice su marido, el doctor Peter Stefanides, que permanece desde ayer junto a ella en el hospital Ramón y Cajal y que se enteró de lo ocurrido por televisión. "Tiene cuatro costillas rotas y un corte en la cabeza, pero ninguna quemadura ¡Es increíble!", cuenta su marido. La herida evoluciona favorablemente y ha sido trasladada a planta.

Rafael Moreno Pérez: 68 años. Viajaba junto a su mujer Ángeles Carpintero Ruiz. Al igual que ella, es miembro del coro Flor de Oroval y reside en el barrio Los Llanos de Santa Lucía, en Canarias, según laprovincia.es. Está ingresado en el hospital madrileño de La Paz y tiene quemaduras por inhalación. Permanece en la UCI, pero evoluciona favorablemente y con síntomas de mejoría.

Ángeles Carpintero Ruiz: Tiene 67 años y reside en el barrio Los LLanos del municipio de Santa Lucía, en Canarias, según laprovincia.es. Es miembro del coro Flor de Oroval y viajaba junto a su marido, Rafael Moreno Pérez. Está ingresada en el 12 de Octubre con un traumatismo craneoencefálico severo y una fractura abierta en la tibia izquierda. Permanece en la UCI, estable dentro de la gravedad.

Leandro Ortega Peña: 22 años. Natural del municipio canario El Calero. Miembro del equipo de fútbol de la localidad, había acudido a Madrid a asistir a un curso de trabajo y se quedó una noche más para conocer la capital, según el diario laprovincia.es. Está ingresado en el 12 de octubre con una contusión pulmonar y una fractura de esternón y vértebras. Evoluciona favorablemente aunque permanece en la UCI.

Kim Yvonne Tate Pérez: Tiene 30 años. Es profesora y reside en Canarias. Su diagnóstico es un neumotórax izquierdo y un politraumatismo, tiene pronóstico grave, aunque evoluciona favorablemente.

Pedro Antonio González Díaz: 40 años y residente en Boadilla del Monte (Madrid). Está ingresado en La Paz y evoluciona "favorablemente" de las fracturas de los fémures y la pelvis. De hecho, ya ha sido trasladado a planta. Fuentes municipales han indicado que pertenece a una familia "muy querida" en la localidad. Pedro Antonio trabaja en una gestoría y viajaba sin acompañante a las islas Canarias a la boda de unos amigos. Su padre, Pedro González, fue miembro de la Policía Local de Boadilla, y tras su fallecimiento el Consistorio le rindió homenaje público al poner con su nombre una de las calles del municipio. Además, su madre también trabajó en las dependencias municipales. Según fuentes municipales, el herido salvó "milagrosamente" la vida al viajar en la parte delantera del avión y salir "brutalmente despedido" de la aeronave tras el impacto. El herido ha relatado lo sucedido como "una situación terrible y angustiosa".

Jesús Alfredo Acosta Mendiola: Un niño de ocho años, con una pierna fracturada e ingresado en el Niño Jesús. El pequeño no para de preguntar por su padre, fallecido en el accidente, y por su madre, en coma y con pronóstico muy grave. Los tres se dirigían a Canarias de vacaciones. El pequeño fue rescatado junto a otro niño de seis años por el bombero Francisco Martínez. Uno de los pequeños (no se ha especificado cual) preguntaba constantemente "dónde estaba su padre y cuándo terminaba la película".

Gregoria Mendiola Rodríguez: 44 años. Está ingresada en el hospistal Ramón y Cajal. Su pronóstico es muy grave y continúa en la UCI. Es la madre de Jesús Alfredo Acosta Mendiola, de ocho años, ingresado en el Niño Jesús.

Roberto Álvarez Carretero: El pequeño de seis años rescatado por el bombero Francisco Martínez. Su tío asegura que el niño "está en plena forma. Está todo el rato pidiendo comida, agua... Como siempre, vamos". "El niño se queda por puro trámite; se podría ir a casa hoy mismo", añade su tía. Su hermana, desgraciadamente, no fue tan afortunada y se convirtió en otra de las víctimas de la tragedia.

José Pablo Flórez García: Tiene 29 años y es técnico de emergencias del Samur. Tiene fracturas costales, traumatismo torácico con hemoneumotorax, aunque su evolución es muy favorable.

María Alonso Filloy: Otra de la pequeñas rescatadas por el bombero Francisco Martínez. Su madre, Amalia Filloy, entregó a la niña de 11 años de sus propios brazos para que los servicios de rescate le salvasen la vida. La madre y su otra hija, de 14 años, fallecieron. La pequeña de 11 se encuentra hospitalizada en observación, con fractura abierta de fémur y pronóstico estable dentro de la gravedad. Su padre, José Alonso Alonso, también hospitalizado, evoluciona favorablemente.

José Alonso Alonso: 47 años. Natural de Fregeneda (Salamanca) y residente en Las Palmas. Es funcionadio de prisiones y padre de la niña de once años, María Alonso Filloy. Tiene una fractura de pelvis y traumatismo torácico y también continúa ingresado en la UCI. Su pronóstico es estable dentro de la gravedad.

María Loreto González Cabana: María Loreto y su hija Clara Díaz, subieron al avión siniestrado en la capital madrileña después de viajar desde Monforte, donde habían acudido para disfrutar de las fiestas mayores de la capital de Lemos (Lugo), en el domicilio familiar. María Loreto, más conocida como 'Keka', tenía billete para un avión que salía unos tres días después del accidentado, pero cambió el día de viaje para acompañar a su hija Clara porque no quería viajar sola. Según indicaron fuentes de la familia de la accidentada, María Loreto, a pesar de la gravedad de su estado, parece que está fuera de peligro y desde que llegó al centro médico se encuentra inconsciente. Su hija de 20 años no tuvo tanta suerte, falleció en el accidente.

Pedro Hernangómez: Un hombre de 57 años y natural de Valseca (Segovia), aunque reside en Canarias. Él es uno de los cuatro supervivientes que se encuentran en estado muy grave. Permanece ingresado en el Hospital Ramón y Cajal con una herida inciso contusa en los huesos, fracturas en el hueso malar, en el fémur derecho y en el tobillo izquierdo. El estado se agrava con una contusión pulmonar.

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