Durante su etapa universitaria, muchos estudiantes optan por hacer uno de los cursos académicos fuera de nuestro país para, así, adquirir una serie de competencias extra y, además, aprender un nuevo idioma sumergiéndose en otra cultura.

Esto es lo que pretendían decenas de jóvenes que eligieron Italia como destino de su Erasmus y que, tras varios meses tratando de conseguir un alojamiento en el que pasar el curso, se han visto en el país vecino sin un lugar en el que vivir.

Este miércoles, El programa de Ana Rosa ha contactado con Ander y Julia, dos estudiantes afectados por la escasez de viviendas de alquiler en Italia. Ambos han destacado que llevan varios meses buscando un piso en el que vivir tanto a través de inmobiliarias como de particulares: "Muchos eran estafas que intentaban captarnos. Nos dijeron que no nos preocupásemos y que una vez aquí contactásemos con las inmobiliarias en persona, que sería más fácil".

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"Vinimos con tiempo para poder tener piso antes de empezar las clases y no hubo manera. Nos hicimos todo el tour de las inmobiliarias de aquí, que hay unas 15 o 16, y era imposible. Nada más vernos nos decían que no, que para estudiantes nada. Nos han puesto muchísimas pegas por ser españoles. Dicen que tenemos fama de ir de fiesta", ha destacado Julia.

Por su parte, Joaquín Prat ha criticado la falta de previsión de los encargados de ofertar las becas Erasmus. Según ha indicado el presentador, los responsables deberían tener claro que los estudiantes van a poder encontrar un lugar en el que alojarse mientras cursan sus estudios para que la experiencia sea lo más satisfactoria posible.

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"Eso es lo que echamos en falta. Hemos venido aquí, la universidad nos ha dejado venir a estudiar, pero en el alojamiento no te ayudan. No tenemos ninguna ayuda ni de la universidad local ni de la de aquí para encontrar alojamiento", ha señalado Ander.

De la misma manera, los dos estudiantes han apuntado que no contemplan la posibilidad de volver a España, ya que esto significaría perder el año académico al no estar matriculados en su universidad de origen.

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Julia ha agregado que tampoco existe la posibilidad de alojarse en localidades cercanas al lugar de estudios: "Por ejemplo, en Bolonia, que está a media hora de aquí, están igual. No tienen dónde meterse y los precios son desorbitados. A lo mejor, por una habitación de cinco metros cuadrados con una cama, te piden 500 o 600 euros por ser de Erasmus".

Finalmente, Julia y Ander han destacado que tienen que quedarse en casas de otros estudiantes que sí han tenido la suerte de encontrar pisos de alquiler. Ante esto, Joaquín Prat ha sentenciado: "Iros a dormir al rectorado, vas a ver qué pronto os solucionan la papeleta".